"Todos somos más allá de lo que se ve a primera vista"
La otra noche él se sorprendió porque en vez de comenzar la noche con unas cervezas o una copa estilo “ron con coca cola vs. artín con limón”, yo soy de las que prefiero vodka negro con limón, me decidí por tequila. Se me quedó mirando con una expresión que bien no sabía si definirlo como “que aquello no estaba bien en una chica como yo”, o “que aquello si estaba bien”. Su reacción me hizo pensar…
Cuando la gente me conoce o bien piensan que soy “una chica muy suelta” o que “soy una niña muy dulce”. Ya me han dicho las dos cosas, y a veces cuando me empiezan a conocer, decepciono o sorprendo tanto para bien como para mal. Al principio aquello me afectaba y como en capítulos anteriores en relación con los hombres, también reaccionaba en relación con otras personas, me adaptaba a ellos porque así se sentían mucho mas relajados y no sentían la necesidad de salir corriendo. Y aún así, en mi día a día creo que tan solo existe una persona que me conoce realmente bien, conoce mis dos caras, mis reacciones y mis pensamientos. Sino fuera porque él solo puede querer a los hombres, seguramente hace mucho tiempo habría pensado en tener una relación “más que amigos”.
La gente suele pensar que si te gustan las carreras de coches, de motos, improvisar en el momento, probar cosas, cometer locuras, llevar tacones, vestirte de forma muy sexy o sensual, ser arriesgada, beber tequila, pintas, bailar como si la vida dependiera de ello, reírte, pasarlo bien… Etc. Por regla de tres no puedes hablar de arte, cultura, sociedad, tener buena educación, comportarte como una señorita en reuniones, ser responsable, ambiciosa, interesante pero no aburrida, trabajadora, emprendedora… Etc. Para la sociedad existen dos tipos de mujeres: “las putas” y “las señoritas”, la fina línea que separa una de ellas es tan fina que apenas se aprecia, por lo que siempre ante los ojos de unos y de otros adquirirás un rol determinado. Todos tenemos una parte mas racional y otra parte mas salvaje, más animal. Nadie está libre de pecado, pero a veces los demás están tan acostumbrados a verte de una determinada manera que cuando comienzan a conocer como eres de forma completa por así decirlo, les cuesta asimilarlo, porque la imagen que tenían de ti cambia radicalmente.
A veces me pregunto qué pensarían las personas que me conocen fuera del ordenador, en mi vida real de carne y hueso, si leyeran este pequeño rincón de la gata. Seguramente la opinión que tendrían de mí cambiaría rápidamente.