Hemos tratado tres diferentes mitos ( Emergencias, Facilidad de pago, Seguridad) relacionados a la las razones que mueven a una persona a tener una tarjeta de crédito. Con el fin de que quien desee poseer uno de estos instrumentos pueda tener una visión más acabada sobre el manejo de ella, de manera que pueda gestionarla de forma eficiente.
En ese sentido, el cuarto mito de nuestra serie tiene que ver con una de las prácticas más dañinas en el uso de la tarjeta de crédito. Cuando la persona utiliza este instrumento de deuda como una fuente de dinero extra.
Acceder a una tarjeta de crédito es asumir una responsabilidad, ya que esto implica un acuerdo o contrato entre la entidad financiera y la persona o empresa, sobre la base de facilitarle un dinero para consumo a corto plazo.
No obstante, un grupo de personas entienden que este crédito concedido es una fuente adicional de recursos disponible. De hecho, lo cuentan como un dinero extra, y lo agregan como parte del efectivo al cual pueden acceder.
La tarjeta de crédito no es un dinero extra, es un préstamo; que dentro del mercado, es el de más alto costo y el que tiene una mayor incidencia en los burós de crédito. Es por esta razón que su uso no debe enmarcarse como parte del disponible, sino como una alternativa de pago dentro del rango de ingreso que una persona usualmente genera.
Cuando una persona asume el dinero de la tarjeta de crédito como un extra en su disponible lo que realmente está haciendo es duplicando la deuda. Porque si el consumo que hace excede sus ingresos y estos son financiados por medio de la tarjeta, entonces tendrá que buscar, de otra fuente, los recursos para solventar ese excedente.
Esto puede ser a través de fondos propios (ahorros), solicitud de préstamo a una institución financiera o a una persona (familiar, amigo(a), tercero(a)) o bien comprometiendo ingresos futuros. En cada uno de los escenarios, lo que se está haciendo es asumiendo otra deuda o bien cambiando el propósito que se haya establecido a una porción de dinero específico (ahorros o ingresos futuros). Teniendo como resultado la desestabilidad financiera
En otras palabras, tiene que buscar cómo pagarle a la institución financiera al mismo tiempo que tiene que solventar su estructura de gastos que está fundamentada sobre un disponible mixto (propio y ajeno) Por lo tanto, está duplicando su deuda.
Si esto es así ¿Cómo las personas logran solventar esta práctica?
Porque se crea un círculo vicioso, en donde la persona logra crear una ilusión de control en el ritmo del dinero. Sin embargo, es solo cuestión de tiempo para que la bomba explote, porque llegará un momento en donde será insostenible mantenerlo. A razón de la disparidad que eventualmente se creará en la generación de ingreso y el flujo de pago.
En palabras más sencillas, llegará el momento en donde, por la acumulación de obligaciones y la incapacidad de hacerles frente, tendrá más compromisos vinculados a la tarjeta de crédito que ingresos para solventarlos.
La tarjeta de crédito como instrumento de deuda puede formar parte, aunque no es obligatorio ni determinante, de la estructura de gestión financiera de la persona. Esta le permite abrirse campo de manera más fácil a opciones del mercado como préstamos (hipotecarios, personales, comerciales), servicios (alquiler de vehículos, entretenimiento, telecomunicaciones, etc), y a una gama de beneficios a través de los diferentes programas de fidelización de las distintas instituciones financieras que las emiten.
Sin embargo, aunque existen ciertos beneficios que provee tener este tipo de instrumento, no es menos cierto que es una deuda y que debe ser tratada como tal. Siendo, dentro del mercado, el de mayor carga de intereses y costos asociados.
Por lo que el manejo adecuado de ella estará sujeto, en primera instancia, a la prudencia; y en segundo lugar a la estrategia.
En ese sentido, ofrecemos algunas pautas básicas extraídas de la serie " Entendiendo las tarjetas de crédito (Parte 4) " para el manejo adecuado de la tarjeta de crédito:
- Tenga un límite de crédito que no exceda sus ingresos Independientemente de las ofertas que reciba nunca acceda a tener un límite de crédito superior a sus ingresos. Esto le permitirá tener control sobre sus consumos.
- Utilícela para cosas puntuales. Establezca una ruta de consumo: Combustible, supermercado, universidad, etc.
- Coordine su fecha de corte. Si tiene que hacer una erogación de cierta relevancia, trate de hacerla próximo a la fecha de corte, después que haya pasado, para así tener un mayor espacio de tiempo para saldar su cuenta.
- Pague a tiempo. No se atrase en sus pagos. Siempre tenga pendiente la fecha de corte y la fecha límite de pago. En caso de no poder saldarlo todo, pague el mínimo, evitando caer en baja calificación crediticia.
- Programas de fidelización Tome ventaja de los programas de fidelización de la tarjeta, ya sea para hacer pagos o bien para coordinarlos con sus planes de vacaciones, etc.
- No pague una tarjeta con otra. No cometa el error de pagar una tarjeta con otra. Solo dilata e incrementa el problema.
- Contrólese. Tome el control de su tarjeta. Recuerde que es solo un instrumento de pago.