Una constante en muchas, que no todas, las mitologías del mundo es el mito del diluvio universal. Se descarta que los humanos hayan visto nunca unas precipitaciones de tales proporciones, pero es posible que vivieran grandes catástrofes a nivel local. Normalmente estos mitos atraen mucha atención e hipótesis sobre el desastre o desastres que inspiraron esas leyendas, especialmente cuando la versión más conocida del diluvio es compartida por judíos, cristianos y musulmanes.
Creciente Fértil
Creo que no hace falta contar la historia del arca de Noé, pero conviene recordar que esta historia no es totalmente original. Las mitologías descendientes de la mitología indoeuropea tienen elementos comunes, como un Padre Cielo, una Madre Tierra, una diosa del alba, dioses del Sol, la Luna, la tormenta, las aguas, gemelos celestiales, un dragón serperteante, etc. Si nos limitamos a la zona del Mediterráneo oriental hasta Mesopotamia veremos más coincidencias y no tan antiguas, como las que pueden verse en sus constelaciones. Por ello, no es de extrañar que si delimitamos más la zona para incluir solo el Levante y Mesopotamia, en muchas historias apenas cambien poco más que los nombres.
En el caso de Noé, posiblemente esté inspirado en Utnapištim, Ziusudra y Atrahasis. Todos son nombres en hebreo, babilónico, sumerio y acadio, respectivamente, del personaje que se enfrenta al diluvio universal.
Ziusudra
Ziusudra o Zin-Suddu fue un rey de Shuruppak según la lista de reyes sumerios WB-62. Se le consideró el último rey de Sumeria antes del diluvio. En la lista WB-62 dice "Entonces la inundación se extendió. Después de que se extendiera la inundación, la realeza bajó del cielo; el reinado estaba en Kish". Kish fue una ciudad que floreció en el periódo dinástico arcaico (2900-2334 a.C.) después de una inundación en Shuruppak y otras ciudades sumerias. La datación por radiocarbono sitúa esta inundación en el 2900 a.C., siendo esta prueba apoyada por la alfarería policromada del periodo Yemdet Nasr (3200-3000 a.C.) bajo el estrato de la inundación en Shuruppak.
Una tablilla de comienzos del periodo paleobabilónico (1792-1595 a.C.) vuelve a hablar de Ziusudra, contando la creación del hombre, los animales y la fundación de las ciudades de Eridú, Bad-tibira, Larak, Sippar y Shuruppak. Tras un fragmento no conservado, cuenta como los dioses deciden enviar una inundación para destruir a la humanidad. Enki, dios de las aguas subterráneas, advierte a Ziusudra y le indica las características de la embarcación que deberá construir. Una tormenta arrecia durante siete días, empujando al gran barco entre las aguas. Utu, el dios del Sol, aparece y Ziusudra abre la ventana, se postra ante él y le sacrifica un buey y una oveja. Tras otro fragmento no conservado, Ziusudra está postrado ante An, dios del cielo, y Enlil, dios del viento y el aliento, quien le da un "aliento eterno" y se lo llevan a vivir a Dilmun, un paraíso terrenal semi-mítico en el golfo Pérsico.
Beroso el caldeo, sacerdote de Bel (Marduk) en Babilonia plasmó la historia en griego, llamándolo Xisuthros (Ξισουθρος), identificando a Enki con Cronos y afirmando que la barca de juncos que construyó sobrevivió hasta sus días en las montañas "Corcireas" ("Corcyrean") en Armenia.
Utnapištim
En la epopeya de Gilgameš (c. 2100 a.C.), su protagonista, tras la muerte de su amigo Enkidu, decide buscar a su ancestro Utnapištim, quien ha recibido la vida eterna.
Como Ziusudra, Enki había encomendado a Utnapištim abandonar sus posesiones materiales y crear una gran embarcación a la que llamaría "Preservador de vida", donde viajaría con su esposa y familiares junto a artesanos de su pueblo, crías de animales y grano. El diluvio mataría a todas las personas y animales no embarcados. Enki determinó que el barco sería de madera maciza para que no brillaran los rayos de Šamaš, dibujando en el suelo el barco con la misma longitud y ancho, con una cuaderna maestra, construida en 5 días, de 200 pies y una superficie de un acre. Tendría siete plantas divididas en nueve secciones. El arca se construiría en siete días y la entrada se sellaría al cerrarse.
Tras navegar doce días, Utnapištim abrió la escotilla y vio el monte Niṣir o Nimush, donde dejó el barco durante siete días. Al séptimo día, envió a una paloma para ver si habían cedido las aguas, pero como no encontró tierra, volvió. Luego hizo lo mismo con una golondrina con el mismo resultado. En último lugar soltó a un cuervo, que no volvió. Utnapištim liberó a todos los animales y realizó un sacrificio para los dioses. Los dioses le otorgaron entonces a él y a su esposa la inmortalidad y un lugar entre ellos.
Atrahasis
Por último, Atrahasis o Atra-Hasis era la versión acadia del mismo mito. Como el mito de Ziusudra, empieza con el comienzo del mundo, cuando Anu, Enlil y Enki se reparten el cielo, la tierra y el mar de agua dulce. También se repartieron de la misma manera los trabajos entre el resto de dioses. Después de muchos años de trabajo, los dioses menores se negaron a continuar. Enlil se asusta y Nusku, su visir, le aconseja reunirse con Enki y Anu. Viendo la dureza de su trabajo, Enki, en vez de recomendar castigarlos, sugirió crear a los humanos para encargarles el trabajo. Le encargó su creación a Ninhursag (u otros nombres sinónimos). Para ello debían sacrificar a Geshtu-E, dios de la inteligencia. Enki mezcla su sangre y carne con el barro mientras Ninhursag recita un conjuro. Al terminarlo, pellizcó catorce pedazos de arcilla y los separó en siete pares a la izquierda y derecha, separados por un ladrillo, que se convertirían en siete hombres y siete mujeres en 10 meses.
Para combatir la sobrepoblación que perturbaba su descanso con su ruido, Enlil manda hambrunas y sequías en intervalos de 1200 años. Enki advierte a Atrahasis de Shuruppak sobre como combatir esas amenazas. Atrahasis recomienda a la población abandonar la adoración de todos los dioses salvo del responsable de la catástrofe para avergonzarlo. Cuando ve que sus planes han fracasado tres veces, Enlil reune a los dioses para prohibirles anunciar sus planes de aniquilación a la humanidad. Todos aceptan, pero Enki comunica indirectamente la noticia a Atrahasis a través de un muro de juncos. Le instruye a construir una embarcación donde rescatar a su familia y a las criaturas. Debía tener un techo, cubiertas superiores e inferiores y estar sellado con betún. Atrahasis entra con los animales y su familia y sella la puerta. Hasta los dioses están asustados de la tormenta. El texto denota que se sitúa en un río. Después de una semana, Atrahasis libera una paloma, una golondrina y a un cuervo para saber si las aguas han cedido. Al tomar tierra, realiza un sacrificio. Enlil se enfurece al ver sus planes frustrados de nuevo, acusando a Enki, pero este le explica que es injusto castigando inocentes y que los dioses deben crear medidas para impedir que la humanidad crezca tanto.
China
En China, el mito del diluvio o la inundación está presente en 43 grupos étnicos con más de 400 variantes. Hay tres tipos de mitos del diluvio o inundación
Matrimonio de hermanos
En resumen, dos hermanos sobreviven al diluvio y repueblan la tierra. En algunos casos son un padre y una hija o una tía y un sobrino. Sus vástagos podían ser humanos directamente o esferas de carne, calabazas, melones o piedras de afilar que de alguna manera se convertían en humanos. Suele servir para explicar el origen de la humanidad o de un grupo étnico. Existen cuatro subtipos:
Los ancestros hermanos reciben augurios o instrucciones milagrosas de los dioses
En este caso, una hermana y un hermano reciben la profecía de un dios o dioses de una inundación destructiva. Se les indica que deben estar atentos a indicativos de la inundación, como los ojos de una tortuga o tigre de piedra que se vuelven rojos o un mortero que produce agua. Gracias a sus instrucciones, los hermanos sobreviven escondiéndose en el estómago de la estatua. Para restaurar la humanidad, los hermanos deben casarse entre sí, pero antes de ello, deben determinar si deben hacerlo. La manera de adivinarlo varía. Puede ser tirando dos piedras de molino desde dos montañas, juntándose al llegar abajo, o encendiendo un fuego y viendo si se unen las humaredas. Tras el matrimonio, la hermana da a luz a humanos o los crean moldeando barro. Se transmite predominantemente entre los han, aunque está presente en los bai, manchúes y hui.
La inundación fue inducida por la ira del dios del trueno
En este caso, los dos hermanos son el dios del trueno y el ancestro de los humanos, que suelen pelearse entre sí. Un día, el ancestro de los humanos capturó al dios del trueno, pero sus dos hijos, un hermano y una hermana, los liberaron. Antes de volver al cielo, el dios del trueno envió a los hermanos uno de sus dientes, o una semilla de calabaza, y les contó que habría una gran inundación y qué deberían hacer. Cuando llegó la inundación, todos los humanos fueron destruidos excepto los dos hermanos, que se escondieron en una gran calabaza que creció de la semilla que les dió el dios del trueno. Para recrear a los humanos, como en el caso anterior, debían determinar si debían casarse. Tras hacerlo, la hermana dio a luz a una calabaza. Cortaron en trozos la calabaza y los pedazos se convirtieron en humanos. Alternativamente, abrieron la calabaza y surgieron de dentro los ancestros de muchos grupos étnicos. Este tipo de mito se encuentra en quince grupos étnicos: miao, yao, buyi, dong, gelao, hani, han, maonan, mulao, qiang, she, shui, tujia, zhuang y li, aunque ha sido transmitido principalmente por los miao. Pudo haber empezado en las regiones miao, especialmente en el sureste de la provincia de Guizhou.
El único hombre superviviente buscó a la doncella celestial
El ancestro de los humanos araba los campos con sus hermanos. Cada mañana, tras la labranza, vieron que el campo arado se quedaba baldía durante la noche. Vieron que la culpa era de un jabalí. Cuando sus hermanos fueron a pegar o cazar al jabalí, el ancestro de los humanos les detuvo. Como recompensa, recibió la profecía de un dios, disfrazado como jabalí, de la llegada de una inundación. Sobrevivió a la inundación escondiéndose en un tambor cubierto de piel o una caja de madera. Fue al cielo y quiso casarse con la doncella celestial. Pasó muchas pruebas y se casó finalmente con la chica. Tuvieron tres hijos que se convirtieron en los ancestros de los tibetanos, naxi y bai. Este mito puede encontrarse entre los yi, naxi, tibetanos, pumi, de'ang, dulong, lahu y mongoles, pero principalmente entre los yi y naxi.
El hermano y la hermana araban el campo
Los gelao del occidente de la provincia de Guizhou en el suroeste de China combinan los tres mitos anteriores. Afirman que dos hermanos araban el campo con su hermana. Cada mañana vieron que el campo se quedaba baldío durante la noche. Descubrieron que el culpable era un anciano, que era un dios. El dios les contó que habría una inundación y aconsejó al hermano mayor, que era cruel, a esconderse en una barca de piedra, y al amable hermano menor y su hermana a esconderse en una gran calabaza. Como resultado, el hermano menor y su hermana fueron los únicos supervivientes de la inundación. Como en los casos anteriores, desearon saber si debían casarse para recrear la humanidad. Tras la verificación, se casaron y tuvieron un hijo. El hijo se casó con una doncella celestial y se convirtieron en los ancestros de los humanos. Esta leyenda está presente entre los yi y los miao.
Controlar la inundación
Es el grupo que presente más diferencias. Datan de la dinastía Zhou (1122-249 a.C.). El mito de Yu es el más representativo porque muestra como con esfuerzo y constancia pueden lograrse grandes metas.
Intervención de Nüwa
En las versiones que presentan al terrible dios Gonggong (共工 o 龚工) como culpable, este embiste la montaña sagrada Buzhou enfrentándose con Zhuanxu, Zhu Rong o Shennong. Esta montaña era uno de los ocho pilares que sostenía el cielo, por lo que la Tierra se inclinó y se desbordaron los ríos. Para dañar aún más a su enemigo jurado, el mítico emperador Yao, perforó el cielo con su cuerno, desviando el trayecto del Sol. También destruyó las cuerdas de la tierra. La diosa Nüwa, que también puede aparecer en los mitos mencionados anteriormente como hermana de Fuxi (伏羲), repara el cielo con piedras multicolores, acumulando cenizas de juncos para parar la inundación y usando la pata de una tortuga como pilar del cielo. Sin embargo, el mito también aparece invertido, donde Nüwa arregla los desperfectos del cosmos y Gonggong altera el orden establecido. Esta versión explica por qué el cielo se inclina al noroeste, teniendo en cuenta el movimiento de lo astros, y la tierra se hunde hacia el sudeste, a donde fluyen los ríos. En ocasiones, el emperador Yao (尧) es sustituido por sus sucesores, los emperadores Shen y Yu el grande.
Intervención de Yu el grande.
Yu, el grande (大禹), es el héroe por excelencia de la inundación china. Era hijo del dios Gun, que tomó el cielo el Xirang, una tierra que crecía sola, para embalsar las aguas. El dios del fuego Zhu Rong lo ejecutó por el delito. Su cuerpo permaneció incorruptible durante tres años. Un subordinado de Zhu Rong le abrió el vientre con una espada y surgió Yu cabalgando un dragón. Recapacitando, Zhu Rong consideró que las acciones de Gun no eran tan malas y permitió a Yu usar el Xirang para controlar la inundación. Yu pasó 30 años trabajando sin volver a casa a pesar de las oportunidades que tuvo. Tampoco le detuvo el cansancio, los callos en pies y manos o tener que enfrentarse a Wuzhiqi, dios de los ríos Huai y Wo, en la montaña Tongbai. En algunas historias tuvo ayuda de los dioses, como Hebo, dios del río Amarillo. Al terminar su labor, Gonggong volvió a elevar las aguas, por lo que tuvo que exiliarlo. Este también mandó a Xiangliu, un dragón de nueve cabezas humanas, contra el reino, pero Yu lo mató.
Leyenda local
En este caso, no es universal, afectando a ciudades concretas. También se sitúa en la dinastía Zhou. En este tipo, un dios le cuenta a una persona de buen corazón que la ciudad en la que vive se hundiría pronto en un lago. Si descubría que los ojos de un león o tortuga de piedra se volvían rojos, debía huir. Por ello, iba todos los días a comprobar si sus ojos se volvían rojos. Un carnicero sintió curiosidad cuando se enteró de lo que estaba haciendo. Así que al día siguiente pintó como broma los ojos del león con sangre. Cuando la persona de buen corazón vio los ojos rojos, corrió a la montaña. Mientras los demás se reían de ella, la ciudad comenzó a hundirse y se convirtió en un lago.
Este tipo de leyenda servía para explicar el nacimiento mítico de una persona o el origen de un lago. En ocasiones terminaba derivando en mitos de los tipos anteriores.
Diferencias entre los mitos de ambas regiones
He leído y oído en varias ocasiones afirmar como todos los pueblos del mundo tienen un mito del diluvio universal, lo que es falso. En esta entrada, y en las siguientes donde me enfocaré en otras culturas, mostraré como no es omnipresente ni, como se insinúa frecuentemente, partan de una base común más allá del exceso de agua.
En los mitos aquí presentes, cada región tiene un enfoque diferente. En el mito del Creciente Fértil, el diluvio es un castigo, mientras en China, las virtudes de la persona (bondad, esfuerzo, constancia) permiten superar las dificultades que imponen los dioses.
En ambos casos, de todas las versiones existentes, hay una que predomina en nuestros días. La historia del arca de Noé, por una parte, y la labor de Yu el grande, por otra.
Por último, añadir que si queréis que profundice en algún mito, tan solo tenéis que pedirlo en los comentarios de la entrada o en Facebook.
Esta entrada continúa con Grecia, Roma, Polinesia y la India.
Fuentes