En las culturas clásicas ya se tenía en cuenta la estación del año a la hora de elaborar los menús para las familias. Griegos y romanos adoraban el noble arte de la gastronomía y lo disfrutaban como un placer para los sentidos, además de una buena oportunidad para celebrar pequeños y grandes actos sociales.
Desde entonces, las costumbres en relación a este tema poco han cambiado. Se come ligero y frugal en verano y de forma más copiosa y con alimentos más calóricos en invierno. La diferencia tiene que ver con la necesidad de nuestro cuerpo de regular su temperatura. Cuando decimos que “el cuerpo nos pide una sopa caliente” nos referimos a que necesitamos más calorías para hacer frente a los bajos datos del termómetro.
Podríamos decir que el frío acelera nuestro metabolismo, puesto que lo “pone a trabajar”, mientras que el calor lo ralentiza. Así pues, quemaremos más despacio la grasa en verano.
Aclarados estos principios básicos, el autor de “Tú eres tu Medicina” te ayuda a desenmascarar algunos mitos sobre alimentación veraniega, que te ayudarán a mantener a raya tu peso.
1. En verano se engorda menos por el calor. FALSO. Que sudes más o menos por el calor que haga cuando realices la digestión nada tiene que ver con la báscula. Depende de la composición de los alimentos : que sean más o menos digeribles, que se consuman, por lo tanto, más o menos calorías en ese proceso.
2. Cogeré peso porque, al beber mucho agua, retendré más líquido. FALSO. La hidratación que necesitas es mayor, a causa de los viajes y los cambios de horario y dieta. A través del sudor podrás expulsar también líquido retenido debido a la acción vasoconstrictora del calor.
3. Como necesitamos menos calorías podemos prescindir del segundo plato. FALSO. Si quieres tener una alimentación saludable en estos meses necesitas añadir un elemento principal a tu primer plato. Por ejemplo, un huevo cocido, atún o algo de pollo a tu ensalada. Aportarás la proteína básica. Si prefieres pescado, enriquece una tosta con algo de salmón o también a una ensaladilla o plato de verdura.
4. No debo tomar platos substanciosos y/o calientes en verano. FALSO. Un plato de lentejas en pleno verano no te provoccará nada malo. No ganarás peso, si es que no lo tomas como único menú y te entregas a la vida sedentaria. Te producirá una sensación de mayor saciedad que evitará el picoteo entre horas, además de aportarte la fibra necesaria para el correcto tránsito intestinal, más en esta época de cambios.
5. Para combatir la sed y no engordar puedo alternar el agua con zumos naturales. FALSO. Los zumos naturales son sanos, puesto que están llenos de minerales y vitaminas esenciales. Son una de las estrellas de las famosas dietas “detox”, pero ¡ojo! la fruta tiene elevados índices de azúcar. Azúcar, ya se sabe, es sinónimo de calorías. Zumos sí, con moderación. Para hidratarse, lo mejor el agua.
¡Con estas pautas, ya puedes disfrutar y comer de forma ordenada este verano!