La fibromialgia no es como un dolor de cabeza con el que te tomas una aspirina y se te quita, influyen muchos factores, la mayoría externos y que no podemos controlar, además de que no hay aún una solución efectiva. No nos mentiremos, la fibromialgia es una enfermedad que influye bastante la calidad de vida de una persona, en algunos casos completamente, pero esto no significa que podamos mantener un mínimo o llevarla de la mejor forma posible.
Existen medicamentos y algunas terapias más allá de la medicina que pueden contribuir a mantener la calidad de vida. No hay un medicamento milagroso que resuelva todo y todo el que quiera venderte esto es mentira. De momento, solo existen métodos para paliar el dolor en la medida de lo posible y, aún así, no todas las personas asimilan bien los mismos medicamentos. Por escuchar a enfermos con fibromialgia he visto que hay ciertos tratamientos que afectan de forma diferente a unas personas u otras. Por eso es bueno ir probando con ayuda del médico y no quedarse estancados. La investigación ayuda en el avance en este sentido cada vez más y espero que así siga (y mucho más debería).
También el entorno afectivo y social es muy importante y las asociaciones cumplen un papel vital. No hay que quedarse en casa, hay que salir y compartir la vida con los que se encuentra igual que tu, porque ellos saben de verdad lo que es tener fibromialgia.
Y no solo los medicamentos y el entorno pueden ayudar en esa calidad de vida. En este blog colgamos de vez en cuando algunos consejos que encontramos de terapias más saludables. Muchas de ellas son de relajación, deportes y ejercicio o consejos de alimentación para el día a día.
Todo influye para una persona con fibromialgia, y poner de nuestra parte es importante para mantener una calidad de vida.