Revista América Latina

Mitos y mentiras de la cooperación al desarrollo y de las ONGD

Publicado el 26 diciembre 2010 por Manolox

Financia multinacionales armamentísticas y echa a la calle a centenares de familias con la ejecución de hipotecas, pero Don Emilio Botín se declara solidario.Mitos y mentiras de la cooperación al desarrollo y de las ONGD es un debate crítico, conducido por Adolfo Rodriguez Gil, sobre las estructuras de ayuda al desarrollo y ONG´s concebidas como instrumento de dominación colonial.
Más allá de los discursos oficiales y las loables intenciones de los cooperantes de base, las estructuras de solidaridad, responden a una agenda política definida que persigue dos objetivos fundamentales:

  1. Perpetuar y expandir el sistema de dominación neocolonial en favor de las multinacionales que expolian el tercer mundo a la vez que maquillan sus actividades con un halo benefactor.
  2. Deslegitimar y dividir a los movimientos sociales partidarios de afrontar los problemas estructurales del tercer mundo desde su raíz, anteponiendo el pragmatismo de quienes tienen la capacidad de presentar resultados tangibles a corto plazo. Es decir, en favor de las propias fundaciones de ayuda y cooperación del capitalismo globalizado.

“La Revolución no va a ser subvencionada”



La Ayuda Oficial al Desarrollo ha sido, desde su nacimiento, un complemento a las estrategias de dominación del capital.

La política exterior fue el factor determinante en la puesta en marcha del sistema de Ayuda Oficial al Desarrollo, tras la Segunda Guerra Mundial. Ésta política nació íntimamente ligada a la “guerra fría” y fue impulsada fundamentalmente por los Estados Unidos, con el objetivo de disputar espacios de influencia a la URSS y, tras las primera ola de revoluciones en los países subdesarrollados (China, Cuba, Vietnam, Corea…), de servir de complemento “civil” en la lucha contra los movimientos revolucionarios, es decir, como política contrainsurgente.

Pero también la cooperación al desarrollo jugó un papel importante en el reparto de influencias entre el llamado bloque occidental. Los Estados Unidos, impulsaron planes para la reconstrucción en Europa y Asía, que les permitieron dar salida a su gigantesca industria militar en reconversión y asentar su influencia política y económica. También, este país, que emergía como la potencia dominante en la posguerra, pero que carecía de un imperio colonial, impulsó la descolonización, en la medida en que ésta les abría el camino a ampliar su presencia política y económica en las antiguas colonias, y la “ayuda” fue un instrumento de la extensión de esta influencia. Mientras, los países europeos situados en el campo de los vencedores, impulsaron también la “ayuda”, como fórmula para atenuar la pérdida de control que podía suponer la descolonización. Asimismo, la “ayuda”, o la cooperación al desarrollo como enseguida empezó a llamarse, fue utilizada por todas las potencias, grandes, pequeñas y medianas, como apoyo a los gobiernos “amigos”, como instrumento geopolítico para disputar, crear o consolidar áreas de influencia, como elemento de apoyo en la competencia interimperialista, como complemento de la política de penetración cultural o lingüística, etc.

* Parte del capítulo “Mitos y mentiras de la cooperación al desarrollo y de las ONGD” del libro “Tendencias de la cooperación para el desarrollo y futuro de las ONGD“, (Autores: Alfonso Dubois, Joaquín Arriola, Luis Guillermo Pérez Casas, G. Búster, Adolfo Rodríguez Gil, Carlos Gómez Gil, Carmen Coll, Enrique del Olmo. Prólogo de F. Javier Vitoria Cormenzana).
* Página de Adolfo Rodríguez Gil donde descargar sus trabajos bajo licencia copyleft.

Fuente: Colonización y neocolonización en America Latina


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