Una vez llegados a Hiroshima dimos el salto hasta Miyajima, a tan sólo unas escasas paradas de tren. Esta pequeña isla es uno de las lugares turísticos más destacados de Japón y está denominada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Parte de su fama se debe a que está considerada una de las Tres Vistas de Japón o Nihon Sankei (日本三景). Esta lista, atribuída al filósofo Hayashi Gahō en el año 1643, enumera los tres paisajes escénicos más bellos de Japón:
- Matsushima, un grupo de unas 200 islas rocosas cubiertas de pinos en la prefectura de Miyagi.
- Amanohashidate, una barra de tierra que conecta las dos costas de la bahía de Miyazu en la prefectura de Kioto.
- Miyajima, un santuario con una puerta torii de color bermellón que reposa en el mar de la prefectura de Hiroshima.
Podríamos decir sin miedo a equivocarnos que el torii de Miyajima es una de las fotografías más representativas de Japón. Su belleza radica en la simpleza de su estructura, un arco tradicional japonés de madera flotando en el mar.
Las puertas torii se encuentran habitualmente a la entrada de los santuarios sintoístas, marcan la frontera entre el espacio profano y el sagrado. En este caso, en la isla se encuentra el Santuario de Itsukushima, cuya entrada antes se hacía desde el mar, de forma que los barcos que llegaban debían acceder a través del torii como rito de purificación.
El Santuario de Itsukushima daba antiguamente nombre a la isla, pero con el tiempo ésta terminó conociéndose popularmente como Miyajima (宮島), literalmente Santuario Isla. Y es que la isla entera está considerada territorio habitado por los dioses, razón por la cual se construyó el santuario, y por ello podemos encontrarmos a los ciervos campando libremente, ya que según la religión sintoísta actúan como mensajeros divinos.
El santuario fue originariamente fundado en 593 y construido con forma de embarcadero sobre el agua de la bahía porque debido al carácter sagrado de la isla no estaba permitido poner un pie en la misma. Posteriormente fue habitada pero no se permitían las muertes ni los nacimientos. La disposición del templo fue renovada tal y como la vemos actualmente en 1168. Consta de tres áreas: el Salón Santo donde los dioses habitan, una parte interior donde sólo los sacerdotes ingresan y el área externa para la adoración del público.
Como parte del mismo conjunto podemos encontrar la Pagoda Goju-no-to de cinco pisos y muchos otros templos repartidos por toda la isla.
El mar que rodea la isla de Miyajima, el Mar Interior de Seto que separa las islas de Honshu, Shikoku y Kyushu, se ve siempre afectado por fuertes mareas. En verano durante el día el nivel del agua desciende a partir del mediodía y vuelve a subir por la noche. Por ello es importante llegar a la isla temprano si se quiere ver el torii flotando en el mar con la base sumergida. De lo contrario, por la tarde el nivel del mar habrá descendido lo suficiente como para que la estructura de madera quede totalmente expuesta. Resulta no obstante un vista interesante y permite llegar andando hasta el torii para observarlo de cerca.
Es entonces cuando se puede apreciar que los pilares de la puerta torii en realidad no están anclados en la arena, sino que su peso se sostiene gracias a que el interior de las columnas está relleno con piedras.
Como curiosidad, siguiendo la tradición Shintō de que la naturaleza muere y renace de forma cíclica, el torii de madera del Santuario de Itsukushima se reconstruye cada cierto tiempo. El que hay ahora expuesto fue levantado en madera de alcanfor en 1875 , durante el periodo Meiji.
Si por el día resulta impresionante, merece la pena quedarse hasta que cae la noche y ver como el color del torii bermellón se torna en anaranjado con la iluminación, dándole una apariencia casi mística. Además, si esperamos hasta el último ferry, cuando casi todo el mundo ha regresado ya a tierra, podremos pasear por los alrededores del santuario con mucha más paz y tranquilidad.
Miyajima Hanabi Taikai
En una ocasión os hablé de los fuegos artificiales en Japón, conocidos como hanabi (花火), literalmente Flores de Fuego.
Resulta que nosotros llegamos a Miyajima un 14 de agosto. No se trataba de un día cualquiera, sino de la noche en que se celebraba el Miyajima Hanabi Taikai, una competición de fuegos artificiales sobre el agua entre distintas prefecturas de Japón con el Santuario de Itsukushima como escenario de fondo. Hablamos de uno de los festivales de fuegos artificiales más importantes de Japón.
Los cohetes son lanzados desde botes en el mar y combinados con la silueta del torii gigante hacen una de las escenas más icónicas del verano japonés.
Os dejo con un vídeo que grabé para que veáis el ambiente que se vivía en esa noche tan especial. Os llamará la atención escuchar música de fondo. Bien, una de las peculiaridades de los concursos pirotécnicos en Japón es que los fuegos artificiales van acompañados de música que a veces se sincroniza con el ritmo de las explosiones. Me parece una idea fantástica que eleva esta forma de entretenimiento a auténtica obra de arte.
Realmente hay que estar allí para vivir la emoción rodeado de miles de japoneses, pero espero haberos acercado aunque sea un poquito la experiencia.
Como veis, el entorno natural de Miyajima es por descontado uno de los lugares de obligada visita del país nipón. Queda un poco lejos de Tokio, al oeste de la isla de Honshu pero pudiendo utilizar el tren bala (Shinkansen) no hay excusas, además se puede venir en cualquier época del año.
Sin duda será ésta una de las visitas que recordaré con mayor entusiasmo de mi paso por Japón.