Revista Cultura y Ocio
Moby, el músico norteamericano, editó en 1999 Play, un disco que marcaría no solo su carrera sino también el devenir de la música en el principio del siglo XXI, o por lo menos en la manera de mezclar música electrónica con otros estilos, siendo vanguardista y teniendo esa accesibilidad que da el pop. Pero primero hay que explicar una cosa, y es que Richard Melville Hall, que así es el nombre real de Moby, no era un desconocido cuando lanza Play, su quinto álbum, lo que sucedía es que andaba a contracorriente, era un salmón que empezó haciendo música electrónica de baile en los primeros noventa casi sin destacar (aunque si remezclaba canciones de estrellas del momento) y decidió cambiar radicalmente de estilo y acercarse al punk, justo cuando la electrónica empezaría a llegar a ser popular. Así las cosas, este álbum parecía destinado a pasar sin pena ni gloria, pero cosas de la vida, sus temas empezaron a sonar en cuñas de publicidad y bandas sonoras y saltó la chispa, empezó a vender como churros y conquistó las listas, siendo un superventas. El trabajo que es excelente, tiene música electrónica elegante mezclada con otros estilos variados a partir de samples sencillos, pero eso si, con composiciones bestiales.El tema que iniciaba el disco era Honey, una gozada de tema, de esos que se te quedan en la cabeza y ya no te sueltan, con esas bases programadas y la potencia del piano.
Os dejo con el tema y vídeo de Honey.