Revista Viajes

Mochileando en una tierra de colores: la quebrada de humahuaca

Por Pablosolorzano

A la Quebrada de Huamahuaca había ido ya antes de conocerla. En el jirón Quilca, una calle limeña donde venden libros y revistas viejas, vi una revista sobre Argentina y la foto de la portada era la imagen de un gran cerro que aparecía pintado de muchos colores, como si alguien hubiese usado el cuerpo de la mole para combinar toda una alucinante sinfonía cromática. “Tengo que ir allí”, lo dije con una seguridad tan inusual en mí que me sorprendió. Algunos años después el Cerro de Los Siete Colores ya estaba frente a mí y confirmaba aquello de que un sueño empieza a concretarse cuando uno se anima a dar el primer paso para cumplirlo.  

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Cerro de los 7 colores. Foto de la página http://viajesudamerica.com/

Tilcara
Dejé mi querida CORDOBA (de la que hablé en una entrada anterior) y en bus llegué hasta JUJUY (35 dólares, 11 horas) y de inmediato en la terminal tomé un bus hasta TILCARA, pueblo al que escogí como mi “centro de operaciones”. Me puse a buscar alojamiento y en el CENTRO DE INFORMES (calle Belgrano) conocí a Martín, un muchacho cordobés que me dijo que se estaba hospedando en la casa de una señora del pueblo y que cobraba 10 pesos la cama. Me dijo que él ya se iba esa tarde del pueblo y que podía dejar su espacio para mí. Accedí ir y es así como llegué a la casa de ELSA RAMOS, una mujer muy cariñosa, gentil y  habladora. La habitación para mí solo tenía lo básico: una cama y una mesa de noche. Suficiente. Se hospedaban también allí GUILLAUME y DAVIDE, un par de franceses locos que estaban mochileando toda América desde hacía 7 meses. 
La química fue inmediata por lo que decidimos irnos a vagar por el pueblo. Las calles aún eran de tierra y no había señales por lo que era fácil perderse, pero claro, uno se perdía con gusto entre calles tan tranquilas. Llegamos hasta la PLAZA PRADO, la principal, y pude notar que TILCARA había sido una buena elección. Tiene una gran herencia arqueológica y una fuerte presencia indígena lo que le da mucha originalidad y lo pone en las antípodas de la típica imagen que tenemos de Argentina: un pedazo de Europa venido a América. Aunque también eran notorios los cambios que está propiciando el turismo: terrenos algo caros, restaurantes inmensos que uno puede concebir solo en una gran ciudad. 
Subimos al PUCARA, lugar al que quise ir para ver la presencia Inca lejos de Perú, y allí llegamos. Pagamos la entrada y anduvimos por las ruinas. La vista que se tiene de parte de la Quebrada de Humahuaca desde ese lugar es algo impagable; es seguro que los residentes de la zona usaran este recinto para observar la llegada de invasores, mejor lugar para tal fin no se podía tener. También nos metimos por una especie de BOSQUE DE CACTUS en el que vale la pena caminar. Al bajar entramos al JARDIN BOTANICO que está a la entrada de las ruinas y, para mi sorpresa, me encontré con unas llamas muy bonitas. Era como tener un poco de mi país lejos del mismo. Aunque las llamas, ya se sabe, son patrimonio del mundo andino y no de un solo país por lo que era muy normal encontrarlo aquí. El calor apremiaba así que nos sentamos a tomar unas coca colas bien frescas para aguantar, mientras hablábamos de cine francés y yo me reía de todas las aventuras que los franceses habían pasado durante su largo recorrido. 

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Pucara de Tilcara. Jujuy - Argentina.

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Bosque de cactus en Tilcara. Jujuy - Argentina.

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Vista de la quebrada de Humahuaca. Jujuy - Argentina

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Tilcara- Jujuy - Argentina

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Con Davide y Guillaume en Tilcara- Jujuy - Argentina

En la noche nos sentamos en el patio de la casa a tomarnos un vino que los chicos habían comprado. Se nos unió doña Elsa quien nerviosa nos pidió que si llegaba su marido le dijéramos que no estaba, cosa bastante extraña. En medio de la velada llegó el marido en un estado bastante malo, preguntó por la dueña de la casa (quien ya se había escondido detrás de una puerta) y le dijimos lo convenido. Se fue hipando. Al rato salió Elsa y la conversa siguió como si nada. Con Davide nos fuimos a comprar unas Quilmes mientras Guillaume les ponía los parlantes a su Cd – Player. Trajimos las cervezas; el universo sobre nosotros nos daba la cara: era un manto azul en la que habían prendido medallas con forma a estrellas; tan claro, tan luminoso. Oyendo a Manu Chao o a Serge Gainsbourg seguimos con la velada mientras Elsa nos contaba sus cuitas y, ya bastante ebria, lamentaba que el ebrio de su esposo siempre hiciera lo mismo: que viniera a pedirme plata y yo soy la que sostengo la casa, no señor, ¡salud!
Purmamarca
Al día siguiente nos fuimos a la TERMINAL  (al oeste de la calle Belgrano) a tomar un bus hacia PURMAMARCA (6 pesos). Por fin, se cumpliría mi gran sueño. Llegamos y de inmediato nos fuimos a la plaza donde está el MERCADO ARTESANAL. El pueblo, pese a su crecimiento turístico, felizmente aún mantiene el cautivante estilo de sus casas y su carácter. Lástima el paso de los camiones que usan la ruta del Corredor Bi Oceánico (Chile – Brasil), que alteran un poco la tranquilidad.

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Pumamarca. Jujuy - Argentina.

Y desde la plaza lo vi: el cerro en todo su esplendor, con los colores destellando bajo un sol de fuego. Un sueño se hacía realidad, era inevitable no pensar en esa revista en la que lo vi por vez primera y que había despertado en mí el deseo de ir detrás de ese sueño. 

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Cerro de los 7 colores en Pumamarca. Jujuy - Argentina.

Nos fuimos a un café al lado de la iglesia, la cual tenía una pésima atención pero no quedaba otra, nos moríamos de hambre. Luego visitamos la IGLESIA SANTA ROSA DE LIMA (1778), de paredes blancas, encantadora.

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Pumamarca. Jujuy - Argentina

Por fin, decidimos irnos a caminar por el PASEO DE LOS COLORES, que empieza en la plaza y termina allí mismo. Es un recorrido de 3 kilómetros que se puede hacer en auto pero nosotros preferimos hacerlo caminando para gozar en directo de aquél paisaje árido, multicolor, lunar. Era como estar en otro planeta. No podía creerlo, estaba en la entraña de un sueño hecho realidad: caminando bajo la enorme sombra del CERRO DE LOS 7 COLORES

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Paseo de los colores en Pumamarca. Jujuy - Argentina.

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Paseo de los colores en Pumamarca. Jujuy - Argentina

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Paseo de los colores en Pumamarca. Jujuy - Argentina

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Paseo de los colores en Pumamarca. Jujuy - Argentina

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Paseo de los colores en Pumamarca. Jujuy - Argentina

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Paseo de los colores en Pumamarca. Jujuy - Argentina

Luego bajamos a la plaza y preguntamos por un restaurante económico y nos fuimos a uno muy pequeño pero acogedor. Había mucho sol y los paisajes se veían preciosos. Le pedimos a la dueña del restaurante que nos dejara sacar la mesa al patio de la casa a beber y comer allí bajo el sol. Con algo de vergüenza, ya que el patio estaba desordenado, nos permitió comer allí. Así que mirando el CERRO DE LOS 7 COLORES, tomando un vino que los franceses habían comprado en CAFAYATE y comiendo muy buena comida regional pasamos un rato inolvidable. Luego nos fuimos a dormir un poco a la plaza, a la hora de la siesta absolutamente vacía; y volvimos a TILCARA.

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Pumamarca. Jujuy - Argentina.

Esa misma noche mis amigos franceses salían hacia JUJUY para luego seguir hasta BUENOS AIRES, luego subirían hacia BRASIL. Así que nos despedimos tomando un café en el pueblo. Habían sido una agradable y buena compañía. Regresé a la casa de Elsa a dormir un poco y en la noche me despertó el sonido de los cohetes que al reventar extendían un eco sin fin en todo el pueblo. TILCARA estaba de fiesta, se celebraba el EXODO JUJEÑO. Una celebración tradicional en el norte que conmemora la retirada del pueblo jujeño hacia el sur, dejando campo raso a los realistas que venían desde el Alto Perú; de ese modo el enemigo no encontraría refuerzos ni nada que los soliviante en su pesado recorrido por el norte. Fue toda una proeza que hayan caminado 50 kilómetros diarios huyendo hacia TUCUMAN y que allí vencieran a los realistas. Lo bonito de esta celebración es que toda la gente se viste a la vieja usanza colonial; se adornan a los caballos, se usan carretas, se llevan fusiles y, por último, en un descampado se arman unas chozas que luego de la lectura del BANDO se destruye con fuego y empieza una simbólica retirada. Toda la gente del pueblo, vestidos como sus ancestros, inician el camino hacia la plaza donde les esperan para un magnifico y colorido desfile. 

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Celebración del éxodo jujeño en Tilcara. Jujuy - Argentina


MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Éxodo jujeño. Foto de la página http://www.rosario.gov.ar

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Éxodo jujeño. Foto de la página http://www.rosario.gov.ar


En la noche se hacen pagos a la Pachamama, cosa que también me sorprendió pues pensé que era algo que se hacía en los andes peruanos y bolivianos pero por lo que veo la cultura andina ha trascendido fronteras y ha creado un “corredor cultural” amplio y extenso. Las calles eran una fiesta de luces, cohetes y música. 

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Celebración del éxodo jujeño en Tilcara. Jujuy - Argentina

En la mañana siguiente me desperté muy temprano y ayudé a Elsa a dar de comer a sus pollos y cerdos, lo que hizo de mi experiencia algo verdaderamente “vivencial”. Luego de despedirme me fui a la terminal, el viaje debía continuar.
Humahuaca
Si bien más fría y más alta que el resto de pueblos de la Quebrada, Humahuaca me dio una sensación de ser más pacífica y tranquila, lo cual ya es bastante. Esto quizás se deba al hecho de que mucha gente tiene sus casas de fin de semana en pueblos más cálidos como Tilcara o la misma Purmamarca y se van para esos lugares dejando Humahuaca algo vacía. Caminar por las calles estrechísimas y siempre vacías de Humahuaca es un lujo.

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Humahuaca. Jujuy - Argentina.

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Humahuaca. Jujuy - Argentina.

La plaza es un remanso de paz en donde hasta el rumor del agua que se usa para regar se puede oír con claridad. La IGLESIA DE LA CANDELARIA Y SAN ANTONIO es algo digno de verse, de hecho es un monumento histórico y en su interior hay una serie de pinturas pertenecientes a la escuela cuzqueña.

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Humahuaca. Jujuy - Argentina

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Humahuaca. Jujuy - Argentina

Luego de visitar el lugar subí hacia el pomposo MONUMENTO A LA INDEPENDENCIA el cual fue construido en 10 años; es verdaderamente impresionante y la vista que regala del pueblo bien vale la pena subir los muchos escalones hasta la cima. Detrás está el cementerio al que visité y, cosa peculiar, vi muchas tumbas pintadas de colores llamativos, como quitándole seriedad a la muerte. 

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Monumento a la independencia en Humahuaca. Jujuy - Argentina.

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Monumento a la independencia en Humahuaca. Jujuy - Argentina

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Cementerio de Humahuaca. Jujuy - Argentina

MOCHILEANDO EN UNA TIERRA DE COLORES: LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

Humahuaca. Jujuy - Argentina.

Sabía que a las 12 pm había todo un espectáculo en la plaza ya que dicen que una réplica de SAN FRANCISCO SOLANO sale de la torre reloj del Cabildo gracias a un ardid mecánico pero mi bus hacia LA QUIACA (5 dólares, 2,5 hrs) salía poco antes de las 12 por lo que no pude verlo, pero si estás por la zona no deberías perdértelo. Desde LA QUIACA crucé la frontera hasta VILLAZON (Bolivia); llegué un día antes de la salida del tren pero no podía perder más tiempo así que decidí salir esa misma tarde en bus. Craso Error.
Villazón no se me hacía un pueblo muy lindo para quedarme, es puramente comercial y prácticamente “llueve tierra” por los fuertes vientos que hay y las cantidades de polvo y piedrecillas que se levantan, así que he allí otro motivo para apurarme. Tomé la empresa DIAMANTE, la última que salía en la tarde-noche hasta LA PAZ (pensaba regresar a Perú vía Puno y Arequipa hasta Lima) y seguramente ha sido la peor empresa con la que alguna vez haya viajado. La experiencia fue de terror, con un chófer ebrio al volante, unos policías que no lo quisieron detener, una gringa a la que le dio un ataque de nervios al enterarse el estado del chofer, varias paradas en la carretera a pedir que se sancione al conductor, una huelga y más y más. Definitivamente una patada al estómago. Me parece que la mejor y más segura manera de viajar por esa zona es en el tren así que si puedes compra un ticket con anticipación y disfruta los hermosos paisajes que verás desde tu asiento.
Así es como con un sueño hecho realidad regresaba a mi hogar. Había conocido uno de los lugares más hermosos de América. La sonrisa, nadie me la pudo quitar del rostro por muchos días. 
Pablo

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