Revista Remedios

Mocos con sangre

Por Gabriel Giner @esaludcom

Los mocos con sangre suelen aparecer de manera repentina y alarman de forma importante a la mayoría de las personas que los padece, sin embargo, sus causas son tan diversas que pueden estar asociados a condiciones benignas o a enfermedades más importantes. En el lenguaje médico los mocos con sangre se conocen con el nombre de hemoptisis.

Por lo general, la nariz sangra luego de que se presenta un estímulo fuerte e involuntario, como toser o estornudar, razón por la cual muchas veces los mocos con sangre no son más que la consecuencia del rompimiento de uno o varios vasos sanguíneos, lo cual genera un sangrado temporal que desaparece al poco tiempo. No obstante, cuando la hemorragia se vuelve recurrente resulta indispensable acudir al médico para diagnosticar la causa de dicha condición y tratarla debidamente. Si deseas conocer a fondo cuáles son las causas de los mocos con sangre, lee detenidamente el siguiente artículo de eSalud.

Causas de los mocos con sangre

Causas de la sangre en mocos

Infecciones respiratorias

Las infecciones respiratorias son causantes de una serie de síntomas que muchas veces no asociamos directamente a enfermedades como la bronquitis o la neumonía. Sin embargo, estas manifestaciones suelen ser las principales responsables de síntomas que aparecen de forma inesperada como los mocos con sangre o la mucosidad en la garganta. ¿Por qué? Las vías respiratorias inferiores y superiores están conectadas entre sí y esto facilita el tránsito de las bacterias y microorganismos a través de todo el sistema respiratorio, haciendo posible que, por ejemplo, el malestar de una bronquitis afecte también la nariz y la laringe.

Dicho esto, resulta muy importante identificar si la presencia de mocos con sangre está acompañada de síntomas de infección respiratoria como dificultad para respirar, tos con flema o disnea, ya que en estos casos es vital atender la enfermedad para evitar complicaciones lamentables. Entre las principales afecciones asociadas a la aparición de mocos con sangre encontramos:

  • Bronquitis: es la infección que tiene lugar en los conductos que transportan el oxígeno hasta los pulmones y se caracteriza por causar los siguientes síntomas: disnea, cansancio, fiebre, tos, dificultad para respirar y mucosidad en la garganta. Si una bronquitis no es tratada a tiempo, puede convertirse en crónica y comprometer considerablemente el estado de una salud de una persona, sobre todo si se trata de un fumador.
  • Gripe: es la infección respiratoria más común que ocurre debido a la penetración de distintos tipos de virus al organismo a través de la nariz o la boca. La gripe es una de las causas más comunes de los mocos con sangre, ya que entre sus síntomas destacan la tos y los estornudos, acciones que pueden ocasionar el rompimiento de los vasos sanguíneos de la nariz. Una gripe mal curada puede llegar a convertirse en bronquitis.
  • Neumonía: es la infección respiratoria más peligrosa, ya que su progreso puede ser mortal. La neumonía es producto de bacterias, virus o hongos que han infectado uno o los dos pulmones causando dolor al respirar, fiebre muy alta, mucosidad excesiva en las vías respiratorias, tos con flema y escalofríos.

Clima o ambiente muy seco

¿Sabías que la exposición excesiva al aire seco puede llegar a inflamar las vías respiratorias superiores? Los senos paranasales reaccionan a la falta de humedad aumentando su tamaño y muchas veces rompiéndose, lo cual puede causar la presencia de mocos con sangre. Durante las temporadas de mucho frío como el otoño o el invierno el clima se torna mucho más seco, lo cual suele causar sequedad nasal, si deseas combatir esta condición es importante usar en casa y oficina humidificadores que permitan combatir la falta de humedad.

Las personas que sufren condiciones respiratorias como la sinusitis, que suelen usar de forma habitual gotas para la nariz, son más propensas a experimentar sequedad nasal, y por esta razón pueden ser más propensos a presenciar mocos con sangre. Asimismo, condiciones como el asma, la gripe y la bronquitis tienden a empeorar durante el invierno, llegando a complicarse y a causar la inflamación de los senos paranasales.

Traumatismos y cicatrizaciones

La cicatrización o el rompimiento de los vasos nasales debido a una cirugía, golpe o simplemente por soplarse la nariz de forma muy brusca pueden ser también una de las causas de los mocos con sangre. En estos casos el síntoma suele ser muy pasajero, razón por la que es importante estar atentos si se vuelve permanente para acudir al médico. El tiempo de cicatrización puede variar en las personas dependiendo de su estado de salud y enfermedades preexistentes.

Mocos con sangre y afecciones pulmonares

Las afecciones pulmonares también pueden provocar moco sanguinolento
Las afecciones pulmonares también pueden provocar moco sanguinolento.

Las infecciones respiratorias no son las únicas condiciones que pueden afectar el estado de salud de los pulmones y causar sangre en los mocos. Existe tres tipos de afecciones asociadas a la hemorragia nasal que se deben tener muy en cuenta:

  • Enfermedades respiratorias: suelen comprometer de forma directa el funcionamiento de los conductos por donde transita el oxígeno. En cáncer de pulmón, el enfisema pulmonar y el asma son algunas de estas enfermedades.
  • Condiciones que afectan el tejido pulmonar: estas condiciones dificultan la obtención de oxígeno e impiden que los pulmones puedan expandirse en su totalidad. La fibrosis pulmonar forma parte de este tipo de enfermedades.
  • Problemas en la circulación pulmonar: inflaman los vasos sanguíneos de los pulmones y pueden llegar también a lastimar el funcionamiento del corazón. Entre estas condiciones resalta la hipertensión muscular.

Otra causa de los mocos con sangre

La fibrosis quística es una condición hereditaria que afecta las glándulas mucosas y sudoríparas, razón por la cual puede comprometer los pulmones y los senos paranasales entre otras partes del cuerpo humano. La fibrosis quística puede aumentar de forma importante la mucosidad en la nariz, lo cual puede causar eventualmente sangre. Asimismo, quienes padecen esta condición tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias.

Como podemos ver, la hemoptisis o mocos con sangre puede estar causada por diversas afecciones, sin embargo, es fundamental estar atentos a los síntomas que la acompañan para que el médico pueda tener una idea más clara de cuál puede ser su origen. Por lo tanto, es vital prestar atención cuando los mocos con sangre se acompañan de vómitos, fiebre, dolor en el pecho, dificultad para respirar, tos o disnea. Ante cualquiera de estos síntomas resulta vital visitar de inmediato al médico para recibir un diagnóstico a tiempo.

Tratamiento de la hemoptisis

Para tratar correctamente los mocos con sangre es vital acudir al especialista médico para que realice un chequeo exhaustivo de la salud de la persona y en función de ello ofrecer un diagnóstico. Una vez que se obtenga el diagnóstico el objetivo será tratar la condición que está generando los mocos con sangre y detener la hemorragia, acción que se puede llevar a cabo a través de los siguientes tratamientos:

  • La embolización es un tratamiento a través del cual se inyecta un medicamento en los vasos sanguíneos maltratados para detener la hemorragia y acelerar el proceso de cicatrización. Por lo general la mejoría es inmediata.
  • Los medicamentos antitusivos ayudan a disminuir los episodios de tos crónica y permiten reducir el riesgo de rompimiento de vasos sanguíneos al toser.
  • En condiciones más complicadas puede que el especialista médico evalúe si es necesario realizar transfusiones sanguíneas o suministro de oxígeno.
  • El drenaje postural se recomienda cuando los mocos con sangre son causados por una, mucosidad excesiva en las vías respiratorias superiores, pues ayuda a que la persona expulse el moco acumulado.
  • Cuando la causa de los mocos con sangre es alguna condición pulmonar el tratamiento requerirá el consumo de medicamentos broncodilatadores para expandir los conductos respiratorios y facilitar el paso del oxígeno y la expulsión de la flema o la mucosidad acumulada.

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