Durante su reinado, la capital azteca de Tenochtitlan conoció un período de esplendor cultural y se inició la práctica de las –guerras floridas-, en las que los aztecas capturaban prisioneros destinados al sacrificio religioso.
Moctezuma I Ilhuicamina, conocido también como Moctezuma el Grande, nació hacia el año 1390. Era hijo del rey azteca Huitzilihuitl II, aunque no lo sucedió en el trono después de su muerte, en 1417. Durante los reinados de Chimalpopoca e Itzcóatl fue jefe de los ejércitos aztecas. Por fin, en 1440 fue elegido emperador. La primera victoria de su reinado se produjo en la guerra contra el rey de Tlatelolco, que había intentado usurpar el reinado azteca. Extendió el poderío azteca por el norte y por el sur y mantuvo una sangrienta guerra contra Atonal, señor de Coixtlahuaca. Éste fue vencido en 1461, y Moctezuma sometió los territorios del este y del sudeste. Consolidó también las anteriores conquistas de Tenochticlan mediante el sometimiento de los pueblos rebeldes.
Después de estas conquistas y campañas, una serie de desastres asoló el imperio azteca; se sucedieron las inundaciones y el hambre, y para aplacar la cólera divina se multiplicaron los sacrificios humanos. En 1456 comenzaron a superarse las calamidades. Se inició una nueva era de conquistas en la que Moctezuma y sus aliados arrasaron Chalco y derrotaron después a los habitantes de Tepeaca. De esta forma, Moctezuma logró el control de todo Anáhuac.
Moctezuma fue un monarca muy severo, pero consiguió atraerse el afecto de su pueblo. Aumentó el esplendor de la corte y acentuó la importancia de los sacerdotes y de las ceremonias religiosas. Murió, respetado por todos, en el año 1469.