El Liceo fue la pasarela escogida anoche por la diseñadora gallega Fina Seoane para el pase de sus creaciones de ropa de ceremonia en todas sus variedades -novia, novio, comunión arras- pero con modelos de excepción: tres personas "no caminantes", como ella los define, entre ellos su propio hijo. Porque la moda es arte y el arte no tiene barreras.
Fina Seoane, coruñesa y afincada en Ourense, es diseñadora de moda. Su línea de ceremonia, desde trajes de novia, padrino, comunión y arras, entre otros, no siempre siguen la imposición del mercado convencional, sino que optan por un colorido vivaz y atrevido. Sin minimalismos impuestos.Pero su línea creativa tiene ya un signo especial de compromiso pionero: es la única diseñadora que ha puesto sobre la pasarela, como hizo anoche con su desfile en el Liceo de Ourense a modelos convencionales, junto con hombre y mujeres con tallas XXXL y "no caminantes", como ella dice, es decir que viven, aman, trabajan y desfilan en la vida como cualquier otro, pero en una silla de ruedas."No me ponga minusválidos ni discapacitados, porque eso es ajeno totalmente a la realidad de estas personas creativas, activas e independientes. El término adecuado es "no caminantes", puntualiza Fina Seoane.
Uno de esos tres modelos es su propio hijo, que perdió la movilidad de sus piernas en un accidente de tráfico a los 16 años, un golpe que , lejos de dejar a Fina y a su familia en la cuneta, les animó a tomar otra dirección y adaptarse a la nueva situación."Es un palo que nunca superas del todo, pero la vida no para ni para él, ni para la mayoría de estos "no caminantes", y mi lema en la pasarela es que se puede ir elegante y atractivo independientemente del tipo de zapatos que gastemos y la talla de ropa que llevemos puesta" ,afirma la diseñadora.
Allí, sobre el escenario del Liceo y en los 19 pases que incluyó el desfile, Fina o, lo que es lo mismo "Matilda´s Moda", una firma de moda sin sede física pero que tiene ya pedidos en toda Galicia, mostró el trabajo creativo de una gallega que lleva ya dos lustros en las pasarelas.Como su teoría, junto con el colorido y la vitalidad, pero que se adaptar a los deseos y encargos del clientes, es el compromiso, "en mis desfiles los modelos que no van en silla de rueda son de todo tipo, y no todas y todos lucen necesariamente la talla 36 o la 38, hay más opciones. Recurro a modelos con esas proporciones y otros tienen el 90 de pecho con 110 de cadera". La suya es "moda real".Sobre el escenario ayer, el estilo personal de Fina Seoane y el de todos sus modelos, en especial Cristina Márquez, Alicia Tacón y el propio hijo de la diseñadora, José Manuel Barroso Seoane, tres ejemplos de energía vital y proyecto.En el caso de José Manuel "se ha independizado, vive solo y es diseñador de joyas artesanales y orfebrista. A veces piensas que te gustaría verlo correr, pero en el fondo no para, y está lleno de proyectos. Es una persona súperoptimista", afirma su madre. Como la pasarela de ayer, que contó un entregado a conocer moda personal en un desfile de gente real.
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Revista Solidaridad
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