Revista Fotografía
Nadie sabía donde se encontraba el Presidente Camps hasta que
ayer acudió a su sastrería, como si nada hubiera pasado.
Como si los nuevos indicios de financiación ilegal del PP valenciano
estuvieran cogidos al sumario con alfileres, y haciendo manga
ancha con los regalos que sus padres, suegros, mujer e hijo
recibieron por parte del tito Ávaro, el del bigote.
Una prueba más de su elegancia y saber estar.