Revista Cultura y Ocio

Modelos de mujer, de Almudena Grandes

Publicado el 04 abril 2020 por Goizeder Lamariano Martín
Modelos de mujer, de Almudena Grandes Este es ya el decimocuarto libro que leo de Almudena Grandes. Once novelas y tres libros de relatos. Hace mucho tiempo que tenía en casa pendiente Modelos de mujer y ahora por fin me he animado. Desde que la descubrí hace ya diez años he leído todas sus obras, a excepción de sus dos recopilaciones de artículos, y todas me han gustado muchísimo. Se ha convertido por derecho propio en una de mis autoras favoritas.  Sus otros dos libros de relatos, Estaciones de paso y Los besos en el pan, me gustaron muchísimo y ahora también he disfrutado mucho durante un par de días gracias a los siete relatos que componen Modelos de mujer El primero, Los ojos rotos (Historia de aparecidos) nos traslada a un manicomio situado en la sierra madrileña. Allí conocemos a Miguela, una interna con Síndrome de Down, y a Queti, otra interna, anciana, que rememora sus años en su Vitoria natal, donde era toda una eminencia. Ambas mantienen una relación especial, salpicada por las interrupciones de la directora del centro psiquiátrico, el doctor y Gregoria, una de las cuidadoras. Como no podía ser de otra forma tratándose de Almudena Grandes, la Guerra Civil y sus consecuencias cobra un protagonismo muy especial en esta historia que recuerda al realismo mágico al más puro estilo de la autora madrileña.  Malena una vida hervida (Relato parcialmente autobiográfico) nos presenta a Malena (nada que ver con la protagonista de Malena es un nombre de tango). Una mujer marcada por un amor de juventud y por una relación muy peculiar con la comida. Un relato surrealista y extraño pero, al mismo tiempo tan intenso, que logra ponernos a flor de piel todos los sentidos.  En Bárbara contra la muerte conocemos a Bárbara, una alumna de un colegio de monjas que, pescando con su abuelo, rememora un episodio que vivió con una de las religiosas y que marcó su infancia y su juventud. Aunque es el relato que menos me ha gustado, su protagonista me ha parecido muy especial, tan madura, tan inteligente, tan inquieta y curiosa.  Amor de madre es el cuarto relato. Una historia siniestra, oscura, desconcertante, inquietante, que nos presenta a una madre dispuesta a cualquier cosa con tal de retener a su hija a su lado. Salvando las distancias, me ha recordado un poco a Misery, por lo menos la película, que la novela de Stephen King no la he leído. Es imposible no sentir lástima por la hija y rabia, injusticia, asco e incluso odio por la madre.  El vocabulario de los balcones nos presenta a una adolescente que, acompañada de su prima y de sus amigos, recorre los bares de Madrid. Le acompañamos por varios de los barrios de la capital. Chamberí. Malasaña. Tetuán. Y el Macarrón siempre va detrás de ella. Siguiendo sus pasos, a distancia, pero siempre lo suficientemente cerca. Pero es un hortera, un chico raro, poco popular, desgarbado, nada moderno. Así que ella no quiere saber nada de él. Casi al final el relato da un giro que me ha encantado y hace que todo cobre sentido.  El sexto relato es el que da título al libro. Modelos de mujer está protagonizado por una correctora, licenciada en filología eslava, que enlaza un trabajo mal pagado tras otro mientras intenta hacer frente a sus complejos por su peso. Su vida cambia cuando le toca acompañar a Eva, una antigua Miss, a Estados Unidos para trabajar en su primer rodaje. Allí le hará de intérprete. El director de la película es un ruso con muy mala leche y muy poca educación. Y los tres se verán envueltos en una relación llena de malentendidos y discusiones. El personaje de Eva me ha recordado a Estela Reinolds de La que se avecina y la protagonista me ha encantado.  El último relato es La buena hija y es el que más me ha gustado. Está protagonizado por Berta, quien vive con su madre enferma y encamada en un pueblo, cuidándola. Mientras intenta darse un baño rememora su infancia y nos desvela su historia. La de una niña que no encuentra su sitio en su familia, en su propia casa. Es la pequeña de los hermanos. Y todos la tratan como una extraña. Especialmente su madre, doña Carmen. Así que Berta prefiere la compañía, el cariño y hasta la habitación de Piedad, la criada. Doña Carmen es su madre. Piedad, su mamá. Acompañamos a Berta a lo largo de los años, entendemos y compartimos sus sentimientos. Sus miedos, sus inseguridades, sus decisiones.  Siete relatos, el primero y el último más largos, casi novelas cortas, los cinco restantes muy cortitos, que me han hecho disfrutar muchísimo. Todos están escritos con un lenguaje fluido, sencillo, intenso, cercano. Es imposible no coger cariño a las protagonistas de estas historias. Tan diferentes y, al mismo tiempo, tan iguales. Luchadoras, inconformistas, especiales, únicas. Modelos o no, todas mujeres. Y todas inolvidables.  Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí

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