Modelos esperando para casting
Las encontraréis caminando con prisa por las calles de la ciudad, las encontraréis en el metro, en alguna cafetería cogiendo energía con un café… tanto a ellas como a ellos… las reconoceréis por su altura, por su extrema delgadez, por sus caras de niña, por su movimiento elegante y con gracia… las descubriréis con sus zapatos cómodos y planos y sus bolsos enormes donde guardan sus secretos… son las y los modelos que invaden Milán cada día.
Nunca en mi vida me había encontrado tanta concentración de modelos en una ciudad. En Milán, es difícil que no te topes con al menos una cada día, y no es de extrañar teniendo en cuenta que hay cientos de agencias asentadas aquí y cientos de showrooms y castings tienen lugar cada día. Desde luego, por algo esta es una de las capitales de la Moda, y sobre todo, en el centro de la ciudad se ve perfectamente. Tanto es así que no es raro encontrarte una sesión de fotos en medio de la calle o en el mismísimo Cementerio Monumental. ((INCISO: Mr. Paulson y yo, mientras veíamos el Cementerio tranquilamente nos encontramos a un ejercito de mujeres y hombres trajeados, super altos y engominados, unos detrás de otros.
Sesión de fotos en Cementerio Monumental
En seguida Mr. Paulson empezó a recriminar que “fíjate estas sectas religiosas…” pero algo raro había… eran demasiado altos, demasiado delgados y demasiado bien vestidos todos! Yo pensé que eran Testigos de Jehová… de pronto se cogen de las manos y empizan a jugar como al “corro de la patata” en círculo y fue cuando vimos a un fotógrafo en lo alto del edificio. Era una editorial para alguna revista lógicamente. Milán y esas cosas que no te esperas))
Son miles de ellas y de ellos que llegan para poco tiempo y luego se van. Quizá están unos meses, vienen a trabajar todo lo que puedan, y luego cambian de ciudad o vuelven a sus países de orígen. De todas las nacionalidades y de todos los tipos, los modelos son ya un símbolo más de Milán y estas semanas que se están eligiendo a los que subirán a la pasarela para lucir la ropa de grandes diseñadores en la Semana de la Moda de septiembre os podéis imaginar la cantidad de ellos que se ven.
No es raro girar la esquina y encontrar una larga cola de modelos esperando frente a un hotel o una oficina para un casting… y yo siempre me preguntaba cómo será su día a día. Afortunadamente, hoy estoy en disposición de contároslo ya que tengo la gran suerte de tener en Milán a una ya-no-tan-recién-llegada a la ciudad que me ha puesto al día de su mundo como modelo. Muchas gracias Paula Barcala de antemano por dejarme indagar en tu vida y en tus quehaceres diarios.
Paula en Navigli
Las modelos suelen llegar a la ciudad de mano de agencias que las aseguran habitación en casas compartidas con otras modelos de la agencia y un booker que se dedicará a buscarles miles de castings durante su estancia. Lo que hacen es traerlas sin pedirlas nada de dinero y con lo que consigan trabajar, irán pagando los gastos ocasionados. La que tiene suerte, trabajará y pagará su estancia y la agencia estará tan contenta; la que no, tendrá una noticia por parte de su empresa: “vuelves a casa cariño”, a veces no de las mejores maneras posibles. Lógicamente las agencias quieren a niñas siendo contratadas para trabajos, si no, te devuelven a tu país de un día para otro.
Su día comienza alrededor de las 9 – 9:30 cada día, cuando deben presentarse en la agencia y su booker les dará el listado de los diferentes casting a los que tiene que ir ese día con los horarios y las direcciones. Irán poco maquilladas, lo más natural posible, enseñando siempre que se pueda las piernas, bien vestidas aunque cómodas, con unos zapatos para recorrer de arriba a abajo toda la ciudad y unos zapatos de tacón en el enorme bolso que portan. En ese bolso secreto también irá obligatoriamente su “book“, que es su carta de presentación.
De punta a punta recorrerán la ciudad yendo de un casting a otro, a veces con más tiempo y a veces apuradas y corriendo. Así, muchos días no pararán directamente a comer. Llegarán al casting, preguntarán si va por lista o por la última que ha llegado y dependiendo de para qué sea el trabajo las harán desfilar o posar para fotografías, a veces las darán ropa del diseñador y a veces será con lo que ellas han traído. Todo dependerá del trabajo para el que se están presentando.
Tendrán sus días buenos y sus días malos. Tendrán ljornadas en las que cuando te toca volver ya a casa agotada de cansancio te llaman y te dicen que te han cogido para un showroom y debes volver inmediatamente a la otra punta de la ciudad después de haber pasado un largo día con 6, 7 o 10 castings diferentes. Tendrán los días en los que se vengan abajo porque no las han cogido, porque han llegado y han visto que las chicas que se presentaban eran más delgadas, más guapas… o totalmente al contrario… Una buena filosofía en estos casos que sigue Paula es el decirse a una misma que “si no te han cogido no es porque seas peor que otra, es simplemente que no eras lo que estaban buscando para determinado trabajo, no eres el tipo de chica que necesitaban en esta ocasión”. Es una buena forma de mantener la cabeza en la tierra ya que este mundo es muy cruel y para una chica muy joven puede ser totalmente destructivo.
Paula en Navigli
Para los que de moda no saben mucho, un showroom (que es de lo que más hay en Milán), consiste en probarte y desfilar con ropa de un diseñador para un cliente: puede ser un multimillonario actor que quiere comprar… puede ser para invitados de prensa… puede ser para compradores de ropa para negocios privados… En eso consiste. Y sobre la desnudez a la que se ven sometidas (aún recuerdo cuando yo estuve trabajando en el Valencia Fashion Week con Antena 3 y me daba una penita ver a las niñas medio desnudas por todo el backstage mientras decenas de personas danzábamos por allí) al parecer llegan a acostumbrarse y a habituarse.
No van con caras de chicas muy felices, van normalmente agotadas y serias pero algo bueno tienen aquí y es que Milán es uno de los mejores sitios para que esté una modelo. Los privilegios que las brindan en esta ciudad son enormes. Las modelos no pagarán su comida, se cargará todo a la agencia y la mayoría de veces ni eso ya que las invitan; tampoco pagarán el gimnasio porque si para el resto de los mortales con una semana de prueba gratis tienes suficiente, para las diosas de pasarela serán dos meses o más totalmente gratis y con acceso a cualquier parte de las instalaciones; si quieren salir de fiesta directamente no pagarán nada de nada, en Milán existen unos relaciones públicas de discotecas estupendos que las recogen en coche, las llevan a cenar a los mejores restaurantes de la ciudad y las llevan a las zonas VIPS de las discotecas sin pagar un duro, con el caché que dan a los locales al estar ellas allí ya es suficiente. Sin embargo, por lo que Paula me cuenta, muchas ganas no las quedan de salir sino de retirarse a descansar a sus apartamentos y llamar a sus familias para ponerse al día. Sobre las comidas también la pregunté y más que el no comer, parece ser que tiene un problema de comer a deshoras y siempre cuidando un poco lo que comes (nadie se imagina a una modelo comiendo todos los días pizza de ninguna manera).
No hay duda que se las trata bien pero es que también aquí hay mucho trabajo para ellas y un trabajo muy profesional. Sin duda, un lugar por el que deben pasar aquellos que quieran hacer carrera en esta profesión.