Después de uno de los episodios más aburridos de las últimas temporadas (según mi última encuesta, no gustó a dos de cada dos personas), una semana más tenemos otra oportunidad de echar un ojo a una de las familias más divertidas de la televisión. ¡Alerta spoiler!
En este nuevo capítulo de Modern Family, la familia más protagonista vuelven a ser los Dunphy. Phil es contratado por su vecino de al lado para vender su casa, lo que Claire ve como una oportunidad excepcional para poder elegir -de algún modo- a sus nuevos vecinos. Con un elaborado plan, intentan hacerse ver como una familia feliz para agradar a unos compradores con muy buenas referencias en el barrio. Las cosas parecen ir genial hasta que aparecen otros vecinos no tan agradables que, además, mejoran la oferta de los primeros.
Phil y Claire intentan convencer a los otros compradores en una cena en casa, haciéndoles ver que son unos vecinos encantadores. El problema es que se pasan y la pareja les malinterpreta y terminan retirando su oferta por la casa de al lado. Phil va entonces a convencer a su anterior vecino de que espere y no acepte la oferta, pues no les gusta nada esa familia; sin embargo, al ver que lo estaba pasando tan mal, finalmente le insta a que acepte y los Dunphy tienen al final vecinos nuevos. Una gente... peculiar.
En casa de Jay, él se encuentra encantado con un artilugio que ha inventado para rotar los calcetines, invento que quiere incorporar a sus armarios. Manny aparece con Sophie (Cheyn Cole), una amiga que resulta ser nieta de Earl Chambers (Jon Polito), competidor en el negocio de los armarios que tiene unas cuentas pendientes con Jay. Cuando él se entera, se molesta y piensa que Sophie le contará a su abuelo su nueva idea; termina prohibiendo a Manny volver a ver a la chica, cosa que no gusta nada a Gloria. Será su mujer la que intentará normalizar su relación organizando una encerrona entre ambos, intentando que se disculpen y hagan las paces, cosa que al final no conseguirá.
En este episodio, Cam descubre que en el colegio de Lily hay una vacante. Además, ven como su profesora, la señora Plank (Tyne Daly), es muy exigente con sus alumnos y la niña está estresada. Mitch y Cam van a hablar con ella y le aseguran que no creen en sus métodos educativos y prefieren que su hija vaya a la otra clase, donde podrá dar rienda suelta a su imaginación. Una vez que lo hablan con Lily, descubren que la chica no quiere ir a la otra, porque no aprenden nada. Así que los dos tendrán que volver a ver a la señora Plank, a pedirle que readmita de nuevo a Lily en su clase.
En este capítulo podemos ver como la serie vuelve a regalarnos parte de esa frescura que solo el humor de Modern Family es capaz de destilar. Unas gracias que nos devuelven al curso normal de la serie e introducen a unos nuevos vecinos que seguro serán parte frecuente de las historias de la familia.