Revista Cine
Esta semana cobran especial protagonismo en Modern Family los nuevos vecinos de los Dunphy. Un capítulo nuevo de la serie de moda de Estados Unidos que, una vez más, consigue sacarnos unas cuantas sonrisas. Puedes leer el recap del episodio anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
Jay está preocupado por Joe, su hijo pequeño: todavía no va al baño solo, y está harto de comprar pañales (más que nada porque el dependiente aparece con unos de adulto pues se piensa que son para él). El problema es que Gloria no está por la labor de meter presión al pequeño. Aunque Manny pensase que siempre fue un niño adelantado, lo cierto es que Gloria siempre le había mentido y todo para aumentar su confianza. Ahí podemos ver lo mucho que se preocupa la colombiana por sus vástagos.
El chico parece caer en la cuenta de lo que le sucede a Jay. Está obsesionado con Joe ya que todas esas etapas en la vida de Claire y Mitchell se las ha perdido por tener que trabajar. Teme perder esta segunda oportunidad y de ahí que esté tan pendiente. Darse cuenta de eso le da la razón a Gloria en una cosa: la facilidad de Manny de empatizar con el resto es algo que siempre le hará ir por delante.
En casa de Mitchell algo sucede. Cameron y Lily llegan de la biblioteca de una forma muy sospechosa. Mitchell no tarda en enterarse de que vienen de una clase para ser payaso, pues Cam quiere enseñar a su hija a divertir a la gente. Su marido no está nada de acuerdo pero llega a un trato con él: si consiguen hacerle reir, Lily podrá continuar con sus clases. El número no estaba haciendo nada de gracia a Mitch hasta que la chica empezó a golpear a Cam, lo que le hizo troncharse de la risa.
Ahí empezó todo. Las horas siguientes, Lily no paraba de gastar bromas a Cam, asustarle y golpearle, lo que hacía que el hombre estuviese paranoico y no pudiese ir por casa tranquilamente, de lo que termina culpando a Mitch. La realidad es bien distinta: Lily no quiere ser payaso, y encontró en golpear a su padre una manera de intentar que lo olvidasen. Mitch le insta a hablar con Cam, pero como la niña no quiere dañar sus sentimientos, le cuenta que simplemente no quiere seguir ya que nunca será tan buena como él. Mitchell lo tiene claro. Lily tiene futuro como abogada.
Por último, Phil y Claire tienen un pequeño problema con sus vecinos, Ronnie y Amber. Tienen un barco aparcado en casa y eso hace la existencia de los Dunphy algo incómoda. Claire es una persona que prefiere ser directa, pero su marido le insta a ser amable y deciden hablar tranquilamente con ellos al respecto.
A Amber le encanta la inexistente peluca de Claire, lo que hace que estalle y les manda quitar de allí el barco. Lo que solo hace empeorar las cosas. Mientras, Luke está encantado: puede ver desde la ventana de su cuarto a la hija de los vecinos, Tammy, tomando el sol, aunque cuando trata de hablar con ella, la chica le corta en seco en seguida.
Phil tiene un plan: llama a la caballería y monta en frente de la casa de los vecinos un camping improvisado con ayuda de su padre y sus amigos. Sin embargo todo falla, pues todos congenian en seguida con Ronnie y Amber y montan una fiesta en el barco. Aunque Ronnie finalmente recapacita y le cuenta a Phil que tiene pensado retirar el barco de allí, Claire ya había llamado a la policía, así que la relación seguirá siendo igual de mala.
Por último, vemos Luke salir a por el periódico en el momento en el Tammy está tomando el sol y, aunque ella le increpa su insistencia, el joven ni siquiera se gira a mirarla. Todo es un plan elaborado por consejo de Alex: un par de veces más y el interés será mutuo.