Nada hace una vivienda reformada más especial que combinar elementos modernos con otros recuperados de la arquitectura original.
Cuando se hizo la transformación de este pequeño ático de 40 m² en Gotemburgo sus dueños tenían una cosa clara, que fuese diferente. Debía estar a tono con los tiempos modernos en cuestiones prácticas y de decoración, pero hacer honor al edificio en el que se encontraba que databa de 1890, casi nada.
Resueltas las cuestiones de aislamiento, electricidad y fontanería era en los detalles estéticos donde podían permitirse introducir ese pasado, conservando las magníficas puertas de madera de más de cien años de antigüedad.
En ellas puede apreciarse el paso del tiempo y a muchos no les interesaría mantenerlas tal cual, pero al tratarse sólo de un set no recarga la decoración de ‘cosas viejas’ y si le da un toque muy personal.
El resto del piso, a pesar del poco espacio, está muy bien resuelto, tanto la decoración, como la distribución, quizás el hall es demasiado grande en comparación con el resto, pero a cambio puede alojar grandes armarios, solucionando así la falta de lugares de almacenamiento, característica de estos pisos tan pequeños. ¡Feliz martes!
Vía: Alvhem