Modernos e intoxicados

Debe ser mi infancia repleta de veranos en el monte pero siempre he pensado que en los avances científicos y tecnológicos no vale todo. Entiendo que las industrias químicas han mejorado parte de nuestas vidas pero también nos han perjudicado. Casi siempre porque utilizar componentes algo menos inocuos para el total de los consumidores abarata costes y, por tanto les incrementa las cifras de beneficio. Pero todos olemos estupendamente, limpios como una patena y desinfectadísimos según ellos. En mi caso, me acaban de diagnosticar una molesta alergia al Kathon, un componente que está en casi todos los productos de higiene o limpieza del hogar, pero conozco casos de niños cuyas madres tiene que meterlos por la mañana en la bañera para poder sacarles el pijama y adolescentes que se pasan el día quitándose piel seca en su habitación, incapaces de salir al mundo porque no cumplen el estandar físico de perfección que se nos presupone. Por fortuna, no le pasa a todo el mundo y es cierto que hay seres humanos con alergias a elementos presentes en la Naturaleza pero ¿de verdad es necesario que intoxicarnos tanto? En el periódico El País publicaron el pasado martes un interesante artículo que aquí les dejo, en el que la doctora Pilar Muñoz Cavero de la Fundación Alborada lanza un inquietante “la vida moderna es un tóxico”. ¿Tú que opinas?