Revista Coaching

Modifica o crea hábitos para ser más efectivo

Por Jofoba @jordifortunybad

Para aquellos que creen que una alta efectividad es solo tener un método, acompañado de unas buenas herramientas, siento decepcionarles, pero esto solo son ayudas, lo único determinante son los hábitos.

Nuestra vida se compone de muchos hábitos, estos, son un mecanismo que adopta el cerebro para no tener que estar constantemente decidiendo, es una forma de automatización para optimizar recursos. Si no fuera así nuestro cerebro se ‘fundiría’ abrumado por todos los inputs que recibe durante el día.

El problema radica en que el proceso que fija los hábitos (casi siempre inadvertidamente) no distingue entre si son buenos o malos. Así además de beneficioso por lo expuesto antes, también puede ser casi una maldición.

Este proceso de fijación de un hábito es un bucle de tres pasos: señal, rutina y recompensa. Señal es el detonante que activa el automatismo, la rutina es lo que hacemos (físico, mental o emocional) y la recompensa es lo que ganamos, y esta es también lo que hace que nuestro cerebro valore si vale la pena recordar el bucle o no.

rutina habitos

Comprender y conocer este bucle es la clave para facilitar el cambio. Con esfuerzo podemos controlar o combatir deliberadamente casi cualquier hábito.

Charles Digg, en el libro The Power of Habit (en el que se inspira este post) define La Regla de Oro para cambiar hábitos.

Esta se basa en que para cambiar un determinado hábito, si usamos la misma señal y proporcionamos la misma recompensa, la mayoría de las veces podremos cambiar la rutina y por lo tanto el hábito.

Así, es clave conocer cual es la señal que nos activa y cual es la recompensa que recibimos. Aunque, determinar esto con exactitud no acostumbra a ser tarea fácil.

Otra cosa importante, tanto en el cambio, como cuando pretendamos fijar un nuevo hábito, es que también influye la convicción, debemos estar convencidos que el cambio es posible.

Otro concepto a tener en cuenta es el Efecto Dominó Positivo, esto significa que si cambiamos un hábito para mejorar algo, este arrastra otros hábitos en la misma línea, también hacia la mejora.

El principio es la mitad de todo.

Así pues, una vez expuestos los ingredientes, ¿por donde empezamos? ¿cómo lo hacemos?, pues el primer paso es pensar un poco en relación a que hábitos queremos cambiar o bien cuales queremos adquirir para ser más efectivos.

Quizá, lo recomendable, seria empezar por modificar hábitos que nos restan efectividad, como por ejemplo, las interrupciones que nos ‘autocausamos’. Solo trabajando este aspecto ya tendremos una notable mejora, y una vez ya hayamos optimizado nuestros malos hábitos existentes, será el momento de incorporar los nuevos, directamente vinculados a una mejora de la efectividad a través de un método (y sus herramientas), como podría ser, por ejemplo, el proceso de Capturar en GTD.

Pasar de la teoría a la practica, no es fácil, por eso os propongo que lo intentéis con la plantilla que he creado para este fin. Esta, pretende guiaros por el proceso de reflexión, habilitaros para tomar decisiones y trazar un plan de cambio. También he incluido un pequeño ejemplo para hacerla más explicativa. Espero que os sea útil, ya me contareis.

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