Llevo unos días desaparecida, el pequeño paréntesis de las vacaciones y las muchas cosas por hacer me ha nido restando tiempo para el blog. Ha habido que priorizar y el pobre ha salido perjudicado. Pero hoy vuelvo para contaros un cambio que vamos a tener en próximas semanas y que bajo mi punto de vista nos beneficia como familia enormemente, algo tan sencillo como un cambio de horario laboral de Papá sin complejos.
Ya en febrero os contaba que dejaba el trabajo para irse a otra empresa. Tras dos años y medio soportando abusos a muchos niveles, entre ellos de su horario, jornadas interminables no remuneradas, ni tan siquiera agradecidas, decidió poner el punto y final y marcharse. Una oferta de trabajo nos vino como anillo al dedo, y sin pensarlo dos veces renunció para intentar tener algo mejor. Nosotros pedimos poco, un puesto de trabajo que permita tener vida familiar. Aunque en este país cuyo lema es "culopegadoalasilla cuanto más mejor" es difícil en ocasiones tenerlo.
El nuevo trabajo tiene un horario como todos, jornada completa lo que implica que antes de las 7 no le vemos, pero la carga laboral es distinta, y en el momento que se produce una sobrecarga de trabajo en días puntuales toman medidas al respecto: algunas horas libres, mayor flexibilidad.... y ahora la modificación del horario.
Hay un pico de trabajo en este momento, lo cual había provocado jornadas muy largas, no llegar a acostar al peque, y mucho cansancio. Ante esto, y en previsión de lo que vendrá las próximas semanas han reestructurado los horarios. A partir de hoy y hasta que ese pico finalice, el compañero de Papá sin complejos y él harán turnos, de tal manera que trabajarán 8 horas estrictas y al mismo tiempo cubrirán el servicio de manera impecable.
Esta semana le toca trabajar de tarde: de 2 a 10 de la noche. La próxima semana de mañana: de 8 a 4. En ambos turnos salimos beneficiados. Hoy Rayo ha podido desayunar con su padre, ir juntos al cole, compartir ese momento, que es del todo inusual para ambos. Después podrá ir a recogerle y estar otro ratito juntos hasta que llegue la hora de irse al trabajo. Bien es cierto que no podrá estar por la tarde con él. Pero cuando llega tan tarde de trabajar, a veces solo le da tiempo a leer el cuento de antes de dormir. Y ahí no hay más momentos para compartir.
La próxima semana tendrá mañana, con lo cual llegará a las 4.30 a casa. Podrá compartir el parque, las clases de música y tendremos mucho más tiempo en familia.
Eso me beneficia a mi a nivel laboral también pues esa semana de mañana yo podré dedicar un par de horas por la tarde a mi trabajo, y llevarlo todo de una manera más fluida y tranquila, sin recurrir a horarios nocturnos como a veces me veo obligada.
A todo esto, por el cambio de horario va a haber una remuneración extra, por la rotación. A esto se suma guardias de fin de semana alternas que igualmente se pagarán. Es trabajo sí, pero reconocido y remunerado. Con flexibilidad suficiente para decidir qué fin de semana hacer, y además una guardia desde casa, lo cual no le restará tiempo en familia.
Esto demuestra que querer es poder. Si se quiere se puede tener al trabajador contento, hacerle trabajar exclusivamente el tiempo pactado, en caso de sobrecarga de trabajo puntual adoptar medidas efectivas y
respetuosas y además remuneradas. ¿Qué tiene la empresa a cambio? Un trabajador contento, agradecido y que se va a esforzar sobremanera en sus 8 (estrictas) horas laborables. No creo que sea tan difícil.
Rayo está contentísimo, poder compartir ese momento del cole con su padre le ha hecho muy feliz.
