Revista Cultura y Ocio
Vuelvo a estar en contacto con José-Luis. Me echa de menos y yo también a él. La flipada que nos ocupa hoy es algo inverosímil aunque a simple vista parece normal. Mi padre, personaje excepcional donde los haya, siempre y cuando digo siempre es siempre, enjuaga su vaso duralex, esos grandotes de nuestra infancia transparentes ahora grises del uso, antes de usarlo. La historia puede parecer usual al pensar que tiene que ver con la limpieza o el polvo que pueda haber en el vaso pero la calificación de flipada se le otorga ya que este ritual metódico se hace igual aunque el vaso este acabado de fregar...es más lo enjuago yo y el vuelve a enjuagarlo. Me tiene loca este gran sabio que a la vejez, viruelas se ha vuelto metódico, matemáticamente individualista y sumamente maniático o manioso. Lo adoro aunque hay veces que no comprendo este sufrir suyo porque os digo una cosa cuando alguna de las flipada de mi padre se ve interrumpida o le impedimos hacerla el ataque de nervios es morrocotudo. Hasta la próxima
