Resulta gracioso que el mundo entero sólo pierda las formas cuando un “ataque” inminente del Virus fantasmagórico, pseudo-racista y sin escrúpulos que, cansado de matar a África, por fin llega a las demás razas que ocupan la zona norte del Planeta y entonces ahí sí saltan las alarma como cuando intentas traficar con drogas en un aeropuerto: los perros ladran, los silbatos chillan, las bombillas brillan de mil colores y te tiran al suelo, te hacen daño y, en muchos casos, hacen que las bolsitas de coca se te exploten en el estómago. De igual manera sucedió en España: ninguno había prestado la atención suficiente a La Muerte hasta que no llegó de visita a Madrid, a nuestra tele, a nuestros salones. Ninguno reparó en que el Virus era importante hasta que, gracias a Ana Mato y a Rajoy, lo trajeron de visita turística con VISA religiosa a España (por lo exótico, ya se sabe) y, como un inmigrante ambicioso decidió quedarse indocumentado al ver buenas condiciones naturales, las facilidades de enriquecimiento ilícito, el festín que se pegaría al conquistar europeos y la poca necesidad de moverse para protegerse ya que en el territorio español no hay un Azkaban ni Dementores, también llamados Hospitales con un nivel de seguridad P4, para contenerlo. En fin, ahora sí conocemos los daños que causa el Ébola, los síntomas y la gravedad porque ya no es cosa de los de abajo, ahora es la Cosa Nostra.Hasta aquí, todo correcto. Ahora bien, este Susodicho entró por la puerta grande, lo recibieron con luces y cámaras. No sólo se aprovechó de la deprimente falta de conocimiento de nuestros líderes al invitarlo tan amablemente y de los tristes medios para su tratamiento si no que vulneró nuestra confianza porque nos utilizó para su lanzamiento al estrellato apoyándose en la necesidad del pueblo de Occidente de temas más jugosos que la crisis, el conflicto sirio y demás preocupaciones que los gobiernos quieren quitarnos de la cabeza. Ahora el barómetro del CIS indicará que el Ébola está en primera posición ganando puestos sobre la desconfianza en los políticos, su corrupción evidente y el paro… Nos gusta la farándula, el amarillismo y aprovechamos cualquier noticia para regodearnos morbosamente y preocuparnos más por la muerte de un perro que por lo miles de seres humanos muertos más allá de nuestras narices. Y así, mientras la sociedad entera está pendiente de nuestra enferma favorita en el hospital, el Gobierno de turno insensato y elitista aprobará el modelo de 3 años de grado +2 de máster obligatorios en las universidades.
Total, nos dicen: mira, mira, ¡Un OVNI!. Y allí estamos todos, atentos, perplejos e idiotizados mirando el cielo pulcro y despejado mientras el matón del curso nos roba la merienda del recreo de nuestros bolsillos traseros.