Hace tiempo que a los valencianos no nos van bien las cosas. No es extraño, porque el Consell del PP está más preocupado por solucionar sus causas judiciales que en defender nuestros intereses. Sea cual sea nuestro color político, esta situación es mala para todos porque, entre otras razones, influye negativamente en los resultados de nuestra economía. La tasa de paro es hoy del 23,83%, casi cuatro puntos porcentuales superior a la española. En 2009, nuestra renta per cápita se ha desplomado hasta el 89,47% de la media nacional. En educación, exhibimos uno de los peores fracasos escolares de la OCDE. En Alicante, por ejemplo, ya han salido las primeras promociones de alumnos que nunca han pisado un colegio de verdad: han recibido toda su enseñanza en barracones. Reparar el destrozo producido por el conseller Font de Mora en nuestro sistema educativo nos llevará toda una generación. Tenemos servicios sanitarios deficientes que, comparados con los de otras comunidades autónomas, ocupan el último puesto en la clasificación que elabora la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.
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