El Mundo al revés.
Luis García Miró Elguera. (Diario Expreso).
MOMENTO DELICADO.
La imprevista renuncia de dos ministros –Carolina Trivelli y José Luis Silva– se ha anticipado a la tradicional costumbre juliana del 28, que es cuando el jefe de Estado usa las fiestas para refrescar su gabinete y darle aires nuevos al Ejecutivo. Es menester precisar que este hecho ha traído por tierra lo que el país esperaba. En efecto, hace muy pocos días el presidente Ollanta Humala concertó una extensísima –y sobre todo inusual, por la fecha– entrevista radial en la que acabó madrugándose a sí mismo, porque adelantó a la ciudadanía que no haría cambios ministeriales. ¿Entonces qué pasó con Trivelli y Silva? ¿No escucharon al primer mandatario? ¿Acaso hubo pujas con el sólido ministro Luis Miguel Castilla? ¿Palacio cambió de opinión tras los lamentables acontecimientos en el Congreso?
No obstante la cosa fue más allá. El presidente se explayó durante la entrevista, abundando en los logros de su gestión y en las perspectivas que promete cumplir de aquí a julio de 2014. Es decir, presentó al país un resumen ejecutivo de lo que, en esencia, abarcaría su Mensaje Presidencial por el día de la Independencia. Y encima agregó –de buen talante– que éste “no traerá sorpresas”. ¿Ocurrirá igual, acaso, que con aquel anticipo presidencial que no haría cambios en el gabinete y, sin embargo, al final del día estos se han producido antes de tiempo y, además, en forma sorpresiva? ¿Es que estos idus de julio –caracterizados por la torpeza de su partido en connivencia con el toledismo y, más extraño aún, con el fujimorismo y el PPC– habrían acabado agriándole el humor al mandatario, inclinándolo a introducir transformaciones precipitadas en el Mensaje para recuperar protagonismo, tras las protestas de una juventud indignada que, por primera vez, tomó las calles?
Todo es posible a estas alturas. El gobierno –en particular, el presidente Humala– ha sentido la pegada. Primero, el bajón en las encuestas. Y todo indica que palacio sopesa demasiado estos menesteres; aunque este escriba los considera irrelevantes pues los surveys en general acarrean una manipulación clamorosa. Y, por otro lado, Dios perdona la falta pero no el escándalo. Y vaya que si escándalo es lo que ha generado la clase política, encabezada por el partido oficialista. Y a renglón seguido del escandalete, el recalentamiento social que se tradujo en una secuencia de manifestaciones espontáneas de miles de jóvenes, gente decidida a enrostrarle al presidente un comportamiento diametralmente opuesto a aquel perfil de político no tradicional con que el candidato Humala se presentara ante el país.
FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/momento-delicado