Revista Diario
Estos días de puente(aquí en Barna)me apetecía pasar un día en la playa,así que elegí una playa que me encanta y le dije a mi marido de irnos a pasar el día.
Así lo hicimos.
El caso es que no pensé en los inconvenientes,aunque no es que olvidara que ahora soy como una bola y que ya no me iba a resultar tan cómodo pasar el día así, como un lagarto al sol.
Pues bien, es intensamente incomodo estar embarazada y tumbarse en la arena, en mi caso ya son 32 semanas,esto por más que no quieras es un bulto en tu cuerpo que no te deja moverte libremente,te tumbas...sí, aún costando mucho la maniobra(porque claro, hay que maniobrar)casi te dejas caer en la arena,una vez tumbada el problema es levantarse una y otra vez para ir a remojarse al mar.
Una grúa necesitaba yo!!!!!
Al principio bueno...puedes hacer tal esfuerzo unas cuantas veces, pero a la que llevas unas horas haciendo la misma maniobra ya no puedes más.
Te sientes pesada,más si cabe,el único sitio en el que vuelves a sentirte como una sílfide es...dentro del mar,en el agua, que sientes como si flotaras en el aire...que alivio.
Y ahí es donde quieres pasar el mayor tiempo, flotando en el agua.
El problema es que si pasas mucho rato dentro del agua todos sabemos lo que pasa...que te arrugas como una pasa.
Vuelta otra vez a la toalla para tumbarte o sentarte,eso sí,otro gran inconveniente es que solo puedes ponerte de una cara, aquí no sirve "vuelta y vuelta", aquí estás cruda por un lado y tostada por el otro...qué sexy.
Yo intentaba (dentro de lo que me permitía mi embarazosa barriga) ponerme un poco de perfil,encogida en posición fetal o como se podía de un lado primero y del otro después, más que nada para compensar un poco el bronceado.
Cada vez que me tenía que incorporar tenía a mi marido para echarme una mano, aunque más bien necesitaba dos o tres (manos),ahora ya peso más que él,así que ya podéis imaginar. Intentar levantar un peso muerto del suelo (digo muerto porque no tenía nada a lo que poderme sujetar a parte de a él, así que no podía evitarle tal esfuerzo) es un gran esfuerzo,bueno, más bien un sobre esfuerzo diría yo, y durante el proceso me entraba la risa de ver el panorama y a más de uno/a mirar la situación, que realmente era cómica, supongo que con estos datos os podéis hacer una idea del "momento playa".
Como somos novatos en embarazos pues no pensamos ni en sombrillas,así que protección a tope y a cubrir del calor sofocante a la pobre María que está en ese peazo de tripa,por eso tantos viajes al agua, para aplacar el calor.
He aprendido algo de esta anécdota.
1- la próxima iremos con sombrilla
2- la próxima será; o un rato por la mañana o un rato por la tarde, nada de pasar el día(aunque para comer salgas al restaurante y vuelvas)
3- ésta muy importante...llevar una silla de playa,nunca volver a tumbarse en la arena,no hay que ser tan tonta. Las sillitas perfectas son esas bajitas que usan las abuelas.
Esto es todo, espero que sirva de ayuda a alguna de las que leéis y estáis embarazadas también,yo tengo que confesar que las ganas de playa me han desaparecido un poquito, y es que después de vivido y sufrido...ya no es lo mismo...