Supongo que, aunque la crianza de un hijo es un momento único y especial en si mismo, cada mamá guarda como un tesoro algunos instantes concretos compartidos con su pequeño, que por algún motivo son especiales.
Yo de esos tengo unos cuantos pero os voy a contar dos:
Al morir mi abuelo y cuando volví del funeral yo me encontraba muy triste, aunque quería hacérselo notar a David lo menos posible. El caso es que cuando llegué, él acababa de comer y estaba sentadito en su trona. Al verme entrar por la puerta de la habitación, me miró y, como siempre tendió los brazos hacia mi para que lo saludara. Pero cuando me acerqué para darle un besito, me dió un abrazo fuerte y largo, como esperando que encontrara consuelo en el. Y en efecto lo encontré. Lloré abrazada a mi pequeño, encontrando en él una comprensión y un consuelo que jamás antes había sentido. Ese día aprendí mucho de mi niño.
Otro momento especial (bueno, momentos, puesto que se repiten a menudo) es cuando llevo a David en el Mei-hip y yo estoy haciendo la compra o mis cosas, pero compartiendolas con el. Entonces a veces, cuando ve que me disperso demasiado o que me concentro en otras cosas, me coge la cara con sus dos manitas y me la girar hacia el, mirándome a los ojos y con una sonrisa de oreja a oreja. Parece que me diga, mami, que hace mucho rato que no me haces caso!!! Parecera una tontería, pero para mi es un momento super tierno.
Me gustaría aprovechar este espacio para que compartierais conmigo esos pequeños momentos con vuestros hijos que hacen que vuestra vida, siempre maravillosa a su lado, alcance momentos de una felicidad inimaginable. Creo que es algo tan bonito que sería una pena guardárnoslos solo para nosotras!!