Placas Ema con dibujos de Momotarō - Flickr photo credit: Chica_de_Ayer
La historia comienza en una vieja aldea, donde vivía un anciano y una anciana que al no poder tener hijos, rezaban a los dioses para que le concedieran uno.Un día, mientras el anciano recogía leña en la montaña, la anciana fue a lavar ropa en la orilla del rio. Mientras lavaba la ropa, la anciana vio flotar por el rió un gran melocotón, el más grande que había visto en su vida.
La anciana, muy contenta tomó el melocotón del rió y lo llevó a su casa para comerlo en la cena junto al anciano.
Cuando la anciana se lo llevó a la casa, el anciano tomó un cuchillo para cortarlo, pero antes de hacerlo, el melocotón rápidamente se abrió en dos partes y salió un niño de adentro.
Luego de la gran sorpresa, los ancianos muy felices comprendieron que lo dioses le enviaron aquel hijo que tanto esperaban.
“Naciste de un momo (melocotón), ¡así que vamos a llamarte Momotarō!” dijeron los ancianos muy animados. Desde ese momento decidieron criarlo como su hijo.
Los años pasaron, y Momotarō se convirtió en un muchacho fuerte. Sintió la necesidad de retribuir todo lo que le habían dado sus padres, y por eso tomó la decisión de ir a pelear con los ogros, que con frecuencia robaban y causaban desastres en las aldeas.
“Abuelos, voy a ir a la isla de los ogros a recuperar los tesoros de todos los aldeanos.” Dijo Momotarō a los ancianos, y orgullos le proporcionaron todo lo necesario para ir, como una espada, armaduras y varios kibi dango (dulces típicos de Okayama).
Cuando Momotarō comenzó su viaje hasta la isla de los ogros, un perro se cruzó en su camino y le dijo:
“Si me das de comer un kibi dango, te ayudaré a vencer a los ogros.”
Más tarde se encontraron con un mono, y este le dijo a Momotarō:
“Si me das de comer un kibi dango, te acompaño para vencer a los ogros”
Y por último se sumó un faisán.
“Si me das un kibi dango yo también te acompaño a la isla de los ogros para vencerlos” dijo el faisán.
Momotarō les proporciono provisiones a los tres animales que decidieron acompañarlo, y juntos construyeron una barca para cruzar el mar, en la que llegaron a la isla de los ogros.
Momotarō peleó contra los ogros con la ayuda de los animales, hasta que se rindieron entregando todos los tesoros que habían robado de las aldeas. Los ogros, arrepentidos prometieron no volver a ser malvados. Momotarō con la ayuda de los animales rescató todo los tesoros para devolverlos a sus dueños, y regresaron a su casa con los ancianos, donde vivieron felices y en abundancia.
Momotarō junto al mono, el perro y el faisán - Photo: Irasutoya.com
Momotarō es un personaje muy importante para el folclore japonés, y una figura típica especialmente en la prefectura de Okayama, que es de donde surgió su leyenda y las primeras versiones de este cuento. En la estación de Okayama hay una estatua en honor a Momotarō, y también hay una famosa canción para niños que trata sobre él.¿Te ha gustado este cuento?