La semana pasada os comentaba sobre el Monasterio de Sant Benet del Bages, hoy me apetece seguir con el tema monástico viajando hasta Bulgaria, concretamente hasta el Monasterio de Rila, situado al suroeste del país.Sin duda, es uno de los lugares más visitados del país, tanto por extranjeros como por los propios búlgaros que veneran a su fundador, San Juan de Rila, canonizado por la iglesia ortodoxa y todo lo que el monasterio simboliza. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.
Ivan Rilski (canonizado más tarde como San Juan de Rila) fundó el monasterio en el año 927 a.C. Fue un ermitaño que se retiró a las montañas y según cuenta la leyenda, vivió como un santo en el hueco de un árbol tallado en forma de ataúd. Su fama pronto se extendió y mucha gente acudía a verlo para seguir su ejemplo, por lo que se fundó un monasterio para albergar a todos esos monjes. Tras su muerte, su fama fue en aumento y empezó a ser un lugar de peregrinación. El primitivo monasterio se fue ampliando, desempeñando un importante papel espiritual y social en todo el país.En 1833, un incendio lo destruyó parcialmente pero años más tarde se reconstruyeron las partes dañadas gracias a las donaciones de multitud de fieles.Durante los siglos de ocupación otomana, el Monasterio de Rila fue un reducto para los fieles ortodoxos y un símbolo de la identidad cultural, por lo que se considera un ejemplo de la resistencia Búlgara entre los siglos XVIII y XIX.

Se ha escrito mucho sobre el Monasterio de Rila y se pueden encontrar infinidad de referencias en distintos blogs de viajes, pero es difícil evitar hacerlo si se ha viajado hasta allí.
Por este motivo, en esta entrada no hablaré sobre su historia o sobre su valor artístico, sino únicamente compartir nuestra experiencia aportando algunas informaciones prácticas.Para saber más sobre el Monasterio de Rila, en estas dos webs encontraréis amplia información.
http://www.rilamonastery.pmg-blg.comhttp://www.bulgarianmonastery.com/rila_monastery.html
Puerta Samokov. Monasterio de Rila

Salida por la Puerta Samokov
CÓMO LLEGAR:
Si se quiere hacer una excursión de un solo día, utilizar el autobús es posible, aunque considero que hay muy poco tiempo para hacer la visita con la tranquilidad que se merece. Siempre hay la posibilidad de contratar un tour organizado o un taxi privado que puede costar alrededor de 70€ ida y vuelta.
En nuestro caso hicimos el viaje hasta Rila en autobús. Sólo hay un bus diario que parte de la estación de Ovcha Kupel, una pequeña estación alejada del centro y algo tercermundista. Se puede llegar hasta allí con el tranvía nº 5 (2 levas) que inicia su recorrido detrás del Palacio de Justicia y sigue por el Bulevard Makedonia. Desde el inicio hay que contar once paradas. Es muy recomendable llevar escritos los nombres en cirílico porqué poca gente habla inglés y si hay que preguntar, lo más fácil es enseñar el papel. A diferencia de la nueva estación central de Sofía donde los destinos están bien señalizados y abunda la información, la estación de Ovcha Kupel es un sálvese quien pueda.
El autobús (minibus en nuestro caso) de Sofía a Rila sale a las 10:20 (11 levas y se compra el ticket en el mismo bus). Llega al pueblo de Rila sobre las 12:15 donde hace una parada de unos 15 minutos y sigue hasta el monasterio donde llega alrededor de las 13:15.
El bus de regreso a Sofía sale a las 15:00 y llega a la capital sobre las 17:30.Si sólo se quiere visitar el monasterio hay tiempo suficiente pero si se quiere caminar por los alrededores es muy justo. Para alargar un poco más la estancia, hay la posibilidad de coger el bus a Dupnitsa (13km) que sale a las 17:00 y desde aquí hay un autobús cada hora a Sofía (tarda 90 minutos) o el tren. La segunda opción es un bus a Blagoevgrad (15km) y de aquí a Sofía.
Nosotros dormimos en el monasterio y el día siguiente continuamos el viaje hasta Blagoevgrad, una agradable ciudad donde nos quedamos también una noche.


DÓNDE DORMIR:
Nos apetecía quedarnos a dormir en el monasterio para poder disfrutar más tranquilamente de su magnífico entorno y de la belleza del lugar, pero no teníamos muy claro si podría ser. Unas semanas antes había escrito un correo electrónico que nunca tuvo respuesta. Se puede intentar llamar por teléfono (+3590896872010). El monje que nos atendió hablaba un inglés muy justo pero me imagino que suficiente para hacer la reserva.
Hay dos tipos de habitaciones: Las viejas son las del ala oeste y no tienen ducha. Las habitaciones nuevas tienen cuarto de baño con ducha (60 levas la triple).Las habitaciones son grandes y están limpias aunque son muy básicas. No hay que olvidar que estamos en un monasterio y los lujos los guardamos para otras ocasiones pero dormir en aquellas incomodísimas camas fue un auténtico acto de penitencia.
Fuera de los muros del monasterio hay otras opciones para dormir: Hotel Tsarev Vrah y Hotel Rilets
Ya un poco más lejos, en la carretera que va del pueblo de Rila hasta el monasterio, se ven algunas guesthouses, campings y pequeños hoteles.

Nuestra habitación

Nuestra habitación
DONDE COMER:
Restaurante Rila y Restaurante Drushlyavitsa (no dejéis de probar el yogurt)
Monje frente a la entrada de la Iglesia de la Natividad

Tienda de recuerdos en la Torre Hreliova
El trayecto de Sofía a Rila me recordó un poco alguno de los desplazamientos que realizamos en Camboya, aunque faltaban las gallinas y los sacos de arroz. Lo digo porqué en un pequeño minibús (me gustaría creer que en temporada alta pondrán un autobús grande) nos metimos no sé cuántas personas, más los equipajes, más varios paquetes ya que el chófer también hace el servicio de recadero. Viajamos acompañados de un grupo de australianos, un joven chino (ya había estado en el Monasterio de Rila unos años antes, pero había perdido todas las fotos y quería recuperarlas in situ), cuatro búlgaros y nosotros dos. Se quedó gente sin asiento pero el chófer sacó unos taburetes plegables de lona que los distribuyó en el estrecho pasillo. Pasamos por pueblos feos con ganas, con casas grises y destartaladas y muy descuidados. Sin embargo, el trayecto del pueblo de Rila al monasterio es ya otra cosa. El paisaje se vuelve más agreste y boscoso, forma parte del P.N. de Rila. Una estrecha carretera de curvas que va siguiendo el curso de un riachuelo nos lleva hasta el monasterio que visto desde el exterior sus gruesas paredes le dan un aspecto de fortaleza.

Exterior de la Iglesia de la Natividad

Bajo los arcos del claustro
Los autobuses paran justo delante la Puerta Dupnitsa. Cuando la atravesamos, la imagen del conjunto te deja boquiabierto, realmente impresiona. Un claustro de cuatro pisos (tres en el ala este) rodea el patio empedrado, en el centro del cual se levanta la Iglesia de la Natividad, todo envuelto en un marco de montañas y bosques. La planta del monasterio es irregular, me recuerda la forma de una ancha corbata, como la que lucen los payasos de circo. El exterior de la iglesia forma una U bajo los arcos; estas tres cuartas partes están completamente pintadas con motivos religiosos referentes al bien y al mal, muchos demonios que torturan a los pecadores y los arrastran hacia las llamas del infierno. Me imagino que estas imágenes provocaban respeto y temor a los fieles de tiempos pasados, que es de lo que se trataba, pero a mí me resultan realmente cómicas.Las paredes y arcos de los pisos del claustro están decorados con motivos florales y pintados con franjas en blanco y negro, mientras que la cuarta pared exterior de la iglesia combina el blanco con el color sepia.El suelo del patio está cubierto con grandes losas de piedra irregulares y extremadamente gastadas por la erosión de miles y miles de visitantes y peregrinos.






Torre Hreliova e Iglesia de la Natividad
Entre una cosa y la otra se ha hecho la hora de comer. Salimos por la puerta Samokov y encontramos un par de restaurantes. Comemos en el restaurante Rila, buena comida y ambiente agradable con la chimenea encendida.Después de comer hacemos una corta excursión hasta la ermita de San Lucas. Cuesta un poco encontrar el camino porqué las indicaciones brillan por su ausencia. La ermita nos decepciona; el entorno está sucio y descuidado y da la sensación de estar medio abandonado. Desistimos de seguir hasta la cueva de San Iván donde parece ser que vivió el santo y preferimos pasear por el bosque y por la orilla del río Rilski. El paisaje es increíblemente bello.
Indicaciones para llegar a la Ermita de San Lucas

Vistas del valle desde la ermita de San Lucas

Ermita de San Lucas
Regresamos al monasterio que visitamos con más detenimiento y nos recreamos fijándonos en cada detalle de las pinturas exteriores de la Iglesia de la Natividad. El monje antipático que nos ha atendido en la recepción pasa dando golpes a un artilugio de madera, supongo que es una llamada a la oración porqué algunos monjes salen de sus celdas y se van acercando a la iglesia. No sé cuántos vivirán en el monasterio pero tan sólo cinco acuden a la llamada. Cantan y rezan una especie de letanía de la liturgia ortodoxa que nos quedamos a escuchar. El interior de la iglesia está también repleto de pinturas y iconos, a pesar de estar ennegrecidos por el humo de las velas que queman sin parar. Me llama la atención una enorme lámpara en el centro del templo de la que cuelgan 12 huevos de avestruz.
Llamada a la oración

Puerta de entrada a la Iglesia de la Natividad
Tras la liturgia nos dedicamos a recorrer los pisos de las diferentes alas del claustro. Esta zona está reservada a los huéspedes y cada vez que nos cruzamos con alguien nos llama la atención. Les enseñamos la llave y tras una disculpa seguimos nuestro recorrido. Sólo por poder curiosear estos corredores y ver la imagen del monasterio desde el último piso, merece la pena hospedarse aquí.Las zonas más antiguas son también las más bonitas, donde abunda la madera que cruje al caminar. Sobre las barandillas, en los peldaños de las escaleras y en cualquier otro rincón, los gatos andan a sus anchas y reciben todos los mimos de los monjes. Los perros, sin embargo, sólo dan vueltas por el patio pero no suben a los pisos superiores.








