Después de una visita a O Cebreiro y como todavía teníamos bastantes horas de luz para aprovechar el día, decidimos acercarnos a la maravillosa abadía de Samos.
La abadía se puede visitar y el guía es un monje benedictino que te adentra en la historia del monasterio y de su orden al mismo tiempo que te muestra lo más salientable de la edificación. La entrada fueron 3 euros y la duración de la visita es más o menos de una media hora.
El monasterio de San Julián se construyó en distintos períodos, por lo que tiene estructuras románicas, góticas, renacentistas y barrocas. Fue fundado por el obispo lucense Ermefredo en el s.VII. Fue el refugio de Alfonso II el Casto. Con la desamortización de Mendizábal, los monjes huyeron al extranjero, pero les fue devuelto en 1891.
La visita es totalmente recomendada ya que si por fuera impone, por dentro no se queda atrás. Es un poco surrealista que el guía "turístico" sea un monje, pero es muy interesante y te cuenta datos de bastante importancia histórica con una mezcla de leyenda y realidad.
Fuera del monasterio hay un pequeño paseo al lado del río y la Capilla del Ciprés. Cuentan que es más antigua que el propio monasterio y que el ciprés lleva allí tanto tiempo, o más, que la capilla. Es de estilo mozárabe y fue declarada Monumento Nacional en 1944.
Visita nuestro Press Kit y síguenos en:Perfil de Facebook, Página de FacebookTwitter, Google+, YouTube,Instagram