La corona checa es una de las monedas más jóvenes de Europa. Apareció por primera vez en el mercado en el año 1993, producto de la fragmentación de Checoslovaquia. Hablar de la corona checa es mencionar también a Oldřich Kulhánek, responsable del aspecto y diseño de los billetes. El libro “La moneda Checa” publicado en el año 2011, reúne la historia en torno al diseño e incluye interesantes bocetos del artista que luego aparecieron con modificaciones en los billetes.
Observar la variedad de billetes checos es descubrir poco a poco a las personas que marcaron los orígenes de la nación. El primer rey checo Otakar I, de la dinastía premislita aparecía en el billete de 20 coronas, el equivalente a 80 céntimos de euro. Desde el año 2008 el billete se retiró de la circulación, pero para los historiadores de la Edad Media se trata de una de las figuras más representativas del nacimiento del país. Lo que los checos llaman la “modernización” del siglo XIII tiene al Rey Otakar I como protagonista, responsable tanto del desarrollo económico del país como de las primeras semillas de su identidad cultural.
Dentro de los billetes actuales el más pequeño es el de 100 coronas y contiene una imagen del Rey Carlos IV, uno de los monarcas más importantes de su historia. Su accionar fue tan relevante para el país que muchos lo llaman “El Padre de la Patria”. En la ciudad de Praga todavía funcionan instituciones fundadas por él, como el arzobispado de Praga y la Universidad Carolina. También aparecen dentro de sus obras lugares como el Puente de Carlos, la Nueva Ciudad de Praga, el castillo de Karlštejn o la Catedral de San Vito, verdaderos símbolos de la ciudad e imperdibles destinos turísticos. (Imagen: Wikipedia.org).
En el billete de 200 aparece uno de los líderes del movimiento religioso del país, Juan Amos Comenio, obispo de la Unidad de los Hermanos. La fundadora de la prosa en lengua checa tampoco podía faltar en los billetes, la escritora Božena Němcová se puede ver en las 500 coronas checas. Con una muerte temprana pero un gran aporte a la literatura local, Božena Němcová es una de las figuras más representativas del talento checo. Pero la huella de la autora en el país no sólo quedó marcada por su capacidad de producir grandes obras literarias, para la República Checa Božena Němcová es sinónimo de lucha y compromiso político. En la imagen de David Fernández puede verse un billete de 1.000, donde se encuentra Frantisek Palacký, historiador y uno de los padres de la nación, al igual que el Rey Carlos IV.
Los billetes más grandes son los de 2.000 y 5.000 coronas, aunque este último apenas puede encontrarse en la calle. El del 2.000 lleva impresa la imagen de otra figura femenina del movimiento cultural, la cantante de ópera Ema Destinnová. El billete más alto fue dedicado al padre del estado checo moderno, Tomáš Garrigue Masaryk. La teoría política desarrollada por este profesor universitario sentaron las bases del movimiento nacionalista en vísperas de su independencia.
Los billetes checos hablan, no sólo permiten movilizarse por el país y disfrutar de sus atractivos, también realizan un recorrido más que interesante por la historia y el crecimiento de la nación.