Vivimos bajo el imperio de don poderoso caballero, que todo lo puede, todo lo consigue y todo lo ensucia. Para él todo tiene un precio y nada resiste su tentación. Familiares de la realeza y pordioseros inmundos le rinden tributo y se humillan ante su presencia. Ni la dignidad y la honestidad pueden perturbar su influencia y dominio. Se sirve de la avaricia y la ambición para conquistar feudos y ensanchar su imperio. Ni los derechos tienen ya valor, sino un precio que puede resultar insostenible. Estamos sometidos por don dinero. Cantémosle desde el cabaret de este mundo.