Mong hola

La prensa amarilla tiene en “Hola” una de sus publicaciones más emblemáticas. Al margen de la línea editorial, los comentarios almibarados de la revista no solo están lejos de la verdad, sino que alimentan la sospecha de encontrarnos en algo bastante peor que el mundo feliz de Huxley. Ahora resulta que los letrados que la representan se querellan contra Mong-Hola por la similitud en la maquetación de la portada, algo que queda fuera de toda duda, si la intención de esta nueva publicación es la crítica o la ironía sobre la primera. Ser un icono tiene un precio, y la ironía sobre el mismo no puede ser causa de condena, pues en tal caso todos quienes hayan trasladado al papel couché la imagen del Rey o del Presidente del Gobierno, el que fuese, contraerían una deuda similar a la que se pretende hacer contraer a esta nueva iniciativa editorial.

Por cierto, lo de Mong-hola, quedó de cine.