El mercado laboral español está próximo a cumplir su sexto año consecutivo con aumento del empleo. Es por ello que el Adecco Group Institute, el nuevo centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, ha elaborado el VII Monitor Anual Adecco de Ocupación: un detallado análisis de la evolución del empleo según la ocupación en España[1].
El fin de este Monitor Adecco es analizar los puestos de trabajo que se están creando en nuestro país desde diferentes ángulos sociodemográficos y económicos. En esta primera entrega se analiza el perfil demográfico de los nuevos ocupados en España: sexo, comunidad autónoma, edad, nacionalidad y nivel de formación alcanzado.
Por último, en aquellos puntos en los que sea relevante la información, se establecerá una comparativa entre los datos de 2019 con los de 2008 –año en que comenzó la crisis económica en nuestro país- para comprender mejor el impacto que ésta ha dejado en la ocupación española y si es muy diferente el empleo que se está creando ahora con respecto al que se creaba entonces, justo antes de la recesión o cuál ha sido su evolución en los últimos años.
La primera conclusión de este análisis es que se está ralentizando ligeramente la creación de empleo en nuestro país pues hace un año se crearon 478.800 puestos de trabajo, que suponían un incremento interanual de un 2,5% y a finales de 2019 se han creado 346.300, con un crecimiento de un 1,8%.
La segunda conclusión es que sigue creciendo el empleo juvenil: los jóvenes menores de 25 años han captado 1 de cada 6 nuevos trabajos (+5,5% interanual) pero esto solo ha beneficiado a los hombres (60.200 empleos, +10,4%) mientras que las jóvenes de esa franja de edad cuentan con 1.100 puestos menos que hace un año (-0,2%). Eso sí, en el cómputo total, las mujeres han captado más nuevos puestos de trabajo que los hombres, el 53,2% del total.
Distribución geográfica del empleo en España
En el último año, el número de ocupados en nuestro país alcanza a poco más de 19,9 millones. Es el número más alto desde diciembre de 2008. En estos últimos doce meses el número de ocupados ha aumentado en 346.300 personas, lo que supone un incremento interanual de un 1,8%. Con este, suman 22 trimestres consecutivos con crecimiento interanual del empleo, cosa que no ocurría desde junio de 2008. Eso sí, el ritmo de crecimiento se ha ralentizado (un año atrás el crecimiento interanual era de un 2,5% y se crearon 478.800 puestos de trabajo).
El empleo ha crecido en todas las comunidades autónomas excepto Asturias (-2,1%), Canarias (-2%) y Baleares (-0,3%). Las autonomías que proporcionalmente más han incrementado sus respectivos colectivos de ocupados son la Región de Murcia (+3,9% interanual), la Comunidad de Madrid (+3,5%) y Extremadura (+3,2%), que son también las únicas que presentan un crecimiento superior al 3%. Esto muestra un cierto debilitamiento en la creación de empleo, pues un año atrás solo había una autonomía donde se destruía empleo (también Asturias).
Tres de cada diez nuevos empleos han surgido en la Comunidad de Madrid, con 104.500 nuevos ocupados (+2,7% interanual). Si a esos empleos se les suma los 68.500 creados en Cataluña (+2%; 19,8% del total) y los 68.200 nuevos puestos de Andalucía (+2,2%; 19,7% del total), se tiene que 2 de cada 3 (69,7%) nuevos puestos de trabajo de todo el país corresponden a estas tres autonomías.
Comparando la distribución geográfica del empleo ahora con la de 2008, se aprecia que diez comunidades mantienen su participación en la ocupación total con ligeros cambios. Las excepciones positivas son Baleares, Canarias, Madrid y Andalucía, que ganan, respectivamente 5 décimas, 4 décimas y 3 décimas en los dos últimos casos. Eso se compensa principalmente con la menor participación de Galicia, Asturias y el País Vasco, que ceden 4 décimas en el primer caso y 3 décimas en los dos restantes.
En todo caso, Cataluña continúa siendo la autonomía donde hay más gente trabajando, con poco menos de 3,5 millones de ocupados (17,5% del conjunto de España). Le siguen Andalucía y la Comunidad de Madrid, cada una con 3,1 millones de ocupados, equivalentes al 15,6% de todo el país.
Cuando se comparan los datos con 2008 se encuentra una pérdida acumulada de empleo del 3,3% para el conjunto español. Baleares, Canarias y Murcia son las únicas autonomías que presentan ahora un nivel de empleo superior al de 2008 (+15,2% en el caso balear, +6% en el canario y +0,7% en el de Murcia).
La ocupación por sexo y autonomía
De los poco más de 19,9 millones de ocupados que hay en España, 10,82 millones son hombres y 9,05 millones son mujeres. La creación de empleo del último año (346.300 puestos) ha favorecido un poco más a las mujeres (un año atrás las proporciones estaban equilibradas). Ellas han captado 184.200 empleos (+2,1% interanual y un 53,2% del total) mientras que ellos lo han hecho con 162.100 puestos (+1,5%, un 46,8% del total del empleo creado).
Aunque en proporciones variables, diez autonomías imitan el patrón general, con creación de empleo para ambos sexos. El único caso de creación de empleo equilibrada es el de Navarra (el 50,8% de los nuevos empleos son para los varones y el 49,2% para las mujeres, lo que implica cerca de 3.300 empleos para cada sexo).
Entre las autonomías que crean empleo para ambos sexos, los dos casos extremos son Castilla y León y la Comunidad Valenciana. En el caso castellanoleonés, el 91,9% de los nuevos empleos ha ido para personas de sexo femenino (7.300 plazas; +1,7%), en tanto que el restante 8,1% ha sido para varones (600 empleos; +0,1%). En cambio, en la autonomía valenciana, más de 3 de cada 4 nuevos puestos de trabajo benefician a hombres (34.100 empleos; +3%), quedando solo el 21,8% para mujeres (9.400 puestos; +1%).
La región con menos empleo para mujeres este último año es Canarias, donde se han suprimido 20.100 empleos (-4,8%). Asturias muestra la peor evolución del empleo masculino, con la eliminación de 6.000 puestos de trabajo (-2,9%). El caso asturiano destaca también por ser la única región que ha destruido empleo para ambos sexos, al eliminar también 2.300 plazas que estaban en manos de mujeres (-1,2%).
Los mayores incrementos interanuales del empleo masculino se han registrado en Madrid (+3,1%), la Comunidad Valenciana (+3%) y la Región de Murcia (+2,9%).
Murcia encabeza además la incorporación de mujeres al empleo (+5,2% interanual), seguida por Extremadura (+4,3%) y la Comunidad de Madrid (+3,9%).
Castilla-La Mancha (58,7%) y Extremadura (58,3%) son las dos autonomías en las que el empleo de varones tiene un mayor peso en la ocupación total. Por el contrario, las comunidades donde las mujeres reciben una mayor porción del empleo total son Asturias (48,2%) y Madrid (48,1%). En todas las comunidades autónomas los hombres ocupan más de la mitad de los puestos de trabajo.
Como se ha visto en el anterior apartado, cuando se comparan los datos con 2008 se encuentra una pérdida acumulada de empleo del 3,3% para el conjunto español, que se amplía hasta el 8,6% en el caso de los varones, pero que en el caso de las mujeres es un incremento de un 3,8%.
Baleares, Canarias y Murcia son las únicas autonomías que presentan ahora un nivel de empleo superior al de 2008 (+15,2% en el caso balear, +6% en el canario y +0,7% en el de Murcia). La diferencia es que, mientras ambos archipiélagos presentan mayor empleo que en 2008 para ambos sexos (en Baleares +8,9% los varones y +23,3% las mujeres y en Canarias +1,5% y +12%, respectivamente), en Murcia solo hay más mujeres trabajando (+5,4%, en tanto que los varones pierden un 3,6%).
Doce autonomías exhiben ahora un mayor número de mujeres con empleo que en 2008. Además de Baleares y Canarias, se destacan La Rioja (+10,7%) y Navarra (+7,5%). Por el contrario, Asturias (-9,7%) y Galicia (-3,2%), son las regiones que están más lejos de recuperar el nivel de empleo femenino de antes de la crisis.
Empleo por sexo, edad y autonomía
A diferencia de lo que ocurría hace un año, la creación de empleo ya no es generalizada pues se han perdido puestos de trabajo para las mujeres de menos de 25 años. Específicamente, el número de ocupados de 25 y más edad ha aumentado en 287.200 personas (+1,6%), en tanto que el de jóvenes con empleo ha crecido en 59.100 (+5,5%). En otros términos, uno de cada seis nuevos empleos ha sido para menores de 25 años.
La diferencia se advierte cuando se desglosan los datos anteriores por sexo: el empleo juvenil solo ha beneficiado a los varones. En el caso de las personas de 25 y más años de edad, el incremento interanual del empleo ha sido de un 2,2% en el caso femenino (185.300 plazas) y un 1% en el masculino (101.900 nuevos empleos). Entre los jóvenes, en cambio, mientras la contratación de varones ha tenido un aumento interanual de un 10,4% (60.200 nuevos empleos), el empleo de mujeres ha caído un 0,2% (1.100 empleos menos).
En nueve comunidades autónomas se ha registrado una evolución similar a la media nacional, es decir, con crecimiento en el empleo de ambos grupos de edad. La Región de Murcia (21,2% de crecimiento interanual en el empleo de jóvenes y +2,8% en el de adultos) y Extremadura (+13,7% y +2,6%, respectivamente) muestran los incrementos más marcados.
Canarias es la única región con destrucción de empleo para ambas franjas de edad. La pérdida de empleo alcanza a un 6,3% para las personas de entre 16 y 24 años, mientras que ha sido de un 1,7% para los de 25 y más años de edad.
En las restantes siete autonomías, hay varias situaciones diferentes. Asturias es la única comunidad donde ha crecido el empleo de jóvenes (+16,5%, el segundo mayor incremento), al mismo tiempo que se ha perdido empleo de adultos (-2,7%, el peor resultado a nivel autonómico), arrojando un resultado total negativo.
Baleares también ha sufrido una pérdida neta de puestos de trabajo, pero eso es resultado de un aumento en la contratación de personas de 25 años y más años (+0,3%) simultáneo a una pérdida de empleo juvenil (-7,7%, el peor resultado autonómico). Cantabria también presenta una dinámica particular: su número de ocupados de menos de 25 años no ha variado, al tiempo que ha crecido el de adultos (+0,8%).
La Comunidad de Madrid, Navarra, el País Vasco y La Rioja muestran en todos los casos una reducción en el empleo juvenil que es más que compensado por la contratación de adultos. Es decir que los datos por autonomía presentan una gran heterogeneidad, en especial en lo referido a la evolución del empleo juvenil, ya que oscila entre el +21,2% de Murcia y el -7,7% balear.
Sexo, edad y autonomía
Si además del grupo de edad se tiene en cuenta el sexo de las personas implicadas, la diversidad de situaciones es más amplia.
En el caso de los varones de menos de 25 años, trece comunidades han aumentado el empleo. Murcia (+24% interanual), Canarias (+22%) y la Comunidad Valenciana (+21,9%) son las que lo han hecho en mayor medida. Por el motivo contrario destacan las regiones del País Vasco (-10,9%), Baleares (-8,9%) y Navarra (-4,3%).
Son 11 las autonomías que han incrementado la contratación de hombres de 25 y más años de edad. Los mayores crecimientos se registran en Madrid (+2,8% interanual), Navarra (+2,6%) y Aragón (+2%). Las tres con el saldo más negativo son Asturias (-3,6%), La Rioja y Cantabria (-1,1% en ambos casos).
El colectivo de mujeres ocupadas de menos de 25 años muestra una amplia disparidad entre las diferentes regiones españolas. Entre las nueve autonomías donde ha crecido, se observan incrementos muy significativos en Cataluña (+18,4% interanual), Murcia (+17,4%) y Asturias (+13,2%). Al mismo tiempo, se encuentran caídas en el empleo femenino juvenil muy marcadas, como las de Canarias (-33,2%), Cantabria (-13,7%) y la Comunidad de Madrid (-12,9%).
En el caso de las personas de 25 y más años de edad de sexo femenino, son 13 las autonomías en las que su ocupación se ha incrementado. Madrid (+4,9% interanual), Murcia (+4,4%) y Extremadura (la misma variación) alcanzan los resultados más favorables. Entre las regiones que han visto caer el empleo de mujeres adultas, los descensos más pronunciados se registran en Canarias (-2,9%), Asturias (1,6%) y Baleares (-0,8%).
Empleo por nacionalidad
Si se atiende a la nacionalidad de los nuevos ocupados en nuestro país, se observa que mientras el número total de ocupados ha tenido un incremento interanual de un 1,8%, la cantidad de ocupados de nacionalidad española lo ha tenido de la mitad, un 0,9%. En cambio, el número de inmigrantes ocupados ha mejorado un 8,8%. Es decir, los inmigrantes han captado casi 6 de cada 10 nuevos puestos de trabajo: 196.500 empleos frente a 149.800 puestos para personas de nacionalidad española.
Los dos principales grupos de inmigrantes han aumentado su número de ocupados de forma relativamente similar: el número de inmigrantes procedentes de otros países miembros de la UE se ha incrementado un 10,2% (86.900 nuevos empleos) al mismo tiempo que el de aquellas originarias de terceros países ha aumentado un 7,9% (109.600 empleos).
En otras palabras, de cada 100 nuevos empleos, los ciudadanos españoles han recibido 43, mientras que los inmigrantes procedentes de otros países de la UE han recibido 25 y los inmigrantes de terceros países los restantes 32.
Los 19,9 millones de ocupados que hay ahora en España se corresponden con 17,4 millones de ocupados de nacionalidad española y 2,5 millones de extranjeros. Este último grupo se compone de 937.200 personas procedentes de otros países de la UE y de 1,5 millones de inmigrantes de otros lugares del mundo.
- NACIONALIDAD Y AUTONOMÍA
El caso general, en el que se incluyen diez autonomías, es el incremento simultáneo del número de ocupados españoles e inmigrantes. Tres regiones (Baleares, Navarra y La Rioja) exhiben un incremento en el empleo de españoles al mismo tiempo que cae la ocupación de inmigrantes. Las restantes cuatro (Asturias, Canarias, Cantabria y Castilla-La Mancha) muestran el caso inverso: aumento del empleo de inmigrantes simultáneo a un recorte en la ocupación de españoles.
Las regiones donde más ha aumentado el número de trabajadores inmigrantes son Castilla-La Mancha (+20% interanual) y Cantabria (+13,7%). Les siguen Aragón y Cataluña (+12,8% en ambos casos).
Las únicas tres comunidades que muestran retrocesos en la ocupación de extranjeros son los casos ya citados de Baleares (-3,5% interanual), Navarra (-2%) y La Rioja (-0,6%).
Baleares y Canarias son las comunidades con mayor participación de trabajadores procedentes del exterior, con un 22,6% y un 19,5% del total de ocupados, respectivamente. Les sigue Cataluña, con un 15,3%. Las proporciones más bajas de ocupados inmigrantes se encuentran en Asturias (3,9%), Extremadura (3,9%) y Galicia (4,5%).
Solo hay cuatro autonomías en las que la participación de los inmigrantes en el empleo es ahora mayor que en 2008. Se trata de Canarias (+4 puntos porcentuales), Extremadura (dos décimas más), Cantabria y Galicia (una décima más en ambos casos).
La ocupación según el nivel formativo alcanzado
Una última perspectiva demográfica para analizar el empleo es la formación. Para ello se utiliza cuatro grandes categorías: 1) Primaria (que incluye a quienes hayan acabado o no esa etapa educativa además del pequeño número de analfabetos); 2) Primera etapa de educación secundaria; 3) Segunda etapa de formación secundaria y/o Formación Profesional y 4) Superior (incluye a quienes hayan completado todo o una parte de un grado universitario, además de a quienes tengan maestrías y/o doctorados).
En los últimos doce meses, ha crecido el número de ocupados de los tres niveles formativos superiores, mientras que se ha reducido el de aquellos con educación primaria. Concretamente, se han contratado 66.800 personas con la primera etapa de la secundaria (+1,3%), 31.700 personas con la segunda etapa (+0,7%) y otras 333.600 con formación superior (+4%). Esas contrataciones han sido parcialmente neutralizadas por el despido de 85.800 personas con educación primaria (-7,6%). Es decir, que la práctica totalidad (96%) de los nuevos empleos han ido para personas con educación superior, mientras que los puestos creados para quienes cuentan con educación secundaria solo han compensado los que se han perdido entre quienes cuentan con educación primaria.
Desde este ángulo, los 19,9 millones de ocupados se desagregan en poco más de un millón con educación primaria, 5,4 millones con la primera etapa de la secundaria, 4,8 millones con la segunda etapa de formación secundaria y 8,7 millones con formación superior.
La importancia capital de la educación como medio de maximizar las oportunidades de empleo queda ratificada cuando se comparan los datos del tercer trimestre de 2008 con los actuales: a lo largo de la crisis, solo aumentó el número de personas trabajando con educación superior, mientras cayó el de trabajadores con menores niveles de formación.
En efecto, a lo largo de los últimos diez años, la cantidad de ocupados con formación superior ha crecido en 1,7 millones de personas (+24,8%), mientras que la de aquellos con educación primaria se ha reducido en 1,9 millones (-64,8%), la de quienes cuentan con la primera etapa de secundaria se ha contraído en 209.600 personas (-3,8%) y la de los que tienen la segunda etapa de la formación secundaria ha disminuido en 275.500 (-5,5%).
Esto ha significado un importante cambio en la composición del colectivo de ocupados según el nivel de formación alcanzado. La participación en el empleo de quienes tienen educación primaria se ha reducido casi a una tercera parte de lo que era, pasando de un 14,5% en 2008 hasta un 5,3% en la actualidad (-9,2 puntos porcentuales). Ese espacio ha sido ocupado en su totalidad por personas con formación superior, que en 2008 disponían del 33,9% de los empleos y ahora concentran el 43,8% (+9,9 p.p.). Las dos categorías intermedias han tenido variaciones mínimas.
Formación y autonomía
Andalucía y Extremadura son las únicas regiones en donde se ha registrado creación de empleo en los cuatro niveles de formación en los últimos doce meses. Solo cinco comunidades replican el caso general, con caída del empleo entre las personas con educación primaria e incremento en las restantes tres categorías: Aragón, Cantabria, Cataluña, Murcia y Navarra.
En todo caso, los datos ratifican la importancia clave de la formación a la hora de encontrar empleo: el número de ocupados con formación superior ha tenido un incremento interanual en 16 autonomías (todas menos Asturias). En cambio, el de aquellos con educación primaria solo ha crecido en cinco.
En el tercer trimestre, el grupo de personas ocupadas con formación superior ha tenido sus incrementos más amplios en Canarias (+8% interanual), Castilla y León (+7,4%) y Baleares (+5,5%). Este colectivo, como se ha señalado ya, solo ha reducido sus puestos de trabajo en Asturias (-2,1%).
Más heterogéneas resultan las variaciones en las restantes categorías. Por ejemplo, las personas con hasta la segunda etapa de la educación secundaria y/o FP han visto aumentar sus puestos de trabajo un 7,6% interanual en Aragón y un 7,3% en la Comunidad de Madrid, pero al mismo tiempo han perdido un 7,1% en Canarias y un 5,7% en Castilla y León.
Más dispares aún son los resultados para el colectivo de personas con educación primaria. Mientras en Extremadura han aumentado sus puestos de trabajo en un 15,9% interanual y un 6,6% en la Comunidad Valenciana, en Asturias han perdido el 57% y en Aragón el 37,8%.
Los datos autonómicos sí muestran una tendencia similar cuando se comparan los datos de 2008 con los de 2019. En todas ellas ha aumentado el espacio ocupado por las personas con formación superior, al tiempo que se ha retraído el del grupo con educación primaria.
Con excepción de Extremadura, en todas las autonomías el grupo más importante de ocupados es el de quienes cuentan con educación superior. País Vasco, Madrid, Navarra y Asturias sobresalen por ser las únicas en las que este grupo supone ahora más del 50% de la ocupación: 56,9%, 52,9%, 51,1% y 50,6%, respectivamente. El caso opuesto lo representa Extremadura (32,4%), que es la única región en la que el grupo de mayor formación ocupa menos de una tercera parte del total de puestos de trabajo.
Extremadura, Murcia y Canarias destacan por ser las autonomías en las que las personas con educación primaria ocupan una mayor proporción de los puestos de trabajo, con un 8,7% del total en el primer caso y un 8,3% en los dos restantes.