El viernes 3 en el programa de Cuní en 8 TV estuvieron debatiendo Pilar Rahola y la monja Forcades sobre Oriente Medio, y los que estábamos viendo el debate nos teníamos que mantener a distancia del televisor porque saltaban chispas.
Ambas esgrimieron razones y argumentos de peso, comprensible si se tiene en cuenta que en ambos bandos hay radicales locos y población inocente que padece las barbaridades de los locos, pero en mi opinión la razón estaba bastante más de parte de la Rahola que de la monja, y la razón es la que he explicado montones de veces: no tengo la más mínima preocupación de que algún día el judaísmo controle totalmente Catalunya, España y Europa y nos obligue a convertirnos a su religión o pasar a ser ciudadanos de quinta categoría o a ser inquilinos de algún cementerio o fosa común, pero en relación con el Islam radical si tengo esta preocupación porque así se lo manda el Profeta, preocupación que además aumenta cada día que pasa gracias a las barbaridades islámicas y la estupidez de nuestros gobernantes.
A lo largo de todo el debate aparecían mensajes en la parte baja de la pantalla con comentarios de los espectadores que me dieron la impresión de ser también más favorables a Rahola que a Forcades, pero unos dos o tres de ellos decían algo absurdo. Afirmaban que nadie que conozca bien la historia del conflicto palestino puede darle la razón a Pilar Rahola, pero creo que quien no tenía ni idea de dicha historia eran los autores de dichos comentarios, muy probablemente debidos a dos grandes tergiversaciones musulmanas de la historia que la mayoría de los medios de comunicación españoles dan como buenas, la primera que señala como inicio del conflicto la creación del estado de Israel en 1948, cuando en realidad se iniciaron las hostilidades nada menos que en los años 20 cuando los Hermanos Musulmanes iniciaron sus actividades delictivas y terroristas encaminadas a la reinstauración de la Ley Coránica que había sido derogada en 1917 con la desaparición del Imperio Otomano, y la segunda la falsedad que la agresión ha partido siempre del lado israelita cuando en realidad siempre ha sido lo opuesto y la agresión inicial ha sido siempre árabe, excepto en la Guerra de los Seis Días en 1967.
Otro debate que también podría organizar Cuní y en el que también saltarían chispas sería entre Rahola y Colau.
Aparte el inicio desconcertante de la gestión de la Alcaldesa, la semana pasada se produjo un detalle que aumentó mi preocupación: Sonia Recasens, concejal de CDC que afortunadamente ha renovado su mandato, visiblemente molesta afirmó que por ahora lo único que hacía Colau era pararlo todo. En varias ocasiones he expresado la opinión que la Sra. Recasens era de lo mejorcito y de lo poco aprovechable del anterior equipo, aparte ser la principal responsable de la excelente situación financiera del Ayuntamiento de Barcelona, y que una persona inteligente, buena gestora y conocedora de las entrañas del Ayuntamiento rompa su habitual discreción para hacer ese comentario, como ciudadano de Barcelona no me deja tranquilo.
Tampoco me deja tranquilo que haya decidido parar todas las licencias de hostelería de la ciudad mientras se pone a pensar que hacer en relación con el turismo. La gestión municipal del turismo necesita revisarse a fondo porque nunca ha funcionado como debía, pero pararlo todo lo único que demuestra es que la señora no se aclara y no sabe por dónde empezar. Seguro que entre los hoteles a los que de momento se les niega la licencia hay alguno muy especulativo y que no aporta nada bueno y quizás algo malo a la ciudad, pero también es seguro que habían otros buenos proyectos que favorecían la ciudad.
En relación con el frenazo Colau hay un detalle muy significativo, los dos únicos grupos que han dado claramente su apoyo a la decisión son por un lado organizaciones del sector hotelero encantados que se detenga el aumento de la competencia, y por otro las Asociaciones de Vecinos que siempre están contra todo que suponga alguna movida en Barcelona.
La enorme influencia de las Asociaciones de Vecinos, al menos en Barcelona, nunca la he entendido. Nunca he votado por ninguna de dichas asociaciones ni conozco a alguien que lo haya hecho. Hace unos años me interesé por el tema en mi barrio, Gracia, y lo que vi no me gustó mucho en cuanto a la forma de nombrar sus juntas directivas y sobre todo de tomar decisiones, incluyendo métodos para anular la opinión en contra de vecinos que no son de la asociación. Desde entonces pienso que si una empresa plantea en un barrio un gran proyecto, con una infraestructura, que creará puestos de trabajo y será beneficiosa para el barrio y además contará con una ranura en la fachada de la que cada día cada vecino del barrio podrá extraer un billete de cinco €, es seguro que cuando esté a punto de aprobarse por el Ayuntamiento habrá una manifestación de la Asociación de Vecinos del barrio en contra del proyecto.
El estilo Colau de gestión no es nuevo. Estoy leyendo un libro muy interesante “The Architect’s Apprentice” (editado en castellano con el título “El Arquitecto Universal”) de Elif Shafak, escritor turco que vive en Londres y publica en Inglés. La novela es una interesante descripción de la vida política y social en el Estambul del siglo XVI como capital del Imperio Otomano a través de la historia de Jahan un joven hindú que se va a vivir a Estambul como cuidador de un elefante que se envía como regalo al Sultán Suleiman y acaba siendo el aprendiz del principal arquitecto del propio Sultán. En un pasaje de la historia el gran arquitecto propone al Sultan crear una red de acueductos y canales subterráneos porque el agua empieza a escasear en la ciudad debido a que la red de acueductos no se había mejorado ni ampliado desde la toma de la ciudad por el Islam, más de un siglo atrás, pero el proyecto encuentra muchas dificultades porque el Gran Visir (algo así como el Presidente del Gobierno) se opone rotundamente en base a que según él Estambul ya esta superpoblada y si se solucionan los problemas de suministro de agua todavía acudirán más inmigrantes a la ciudad. ¡Que poco se imagina la Colau que está utilizando los mismos métodos que un Gran Visir del Imperio Otomano del siglo XVI!
Como que Cuní no va a organizar ningún debate Rahola-Colau, os adjunto un artículo de Rahola publicado en La Vanguardia del viernes 3 en que doña Pilar se despacha a gusto, y de paso, si os quedan ganas de leer, recomiendo el artículo vecino al de Rahola, por Walter Laqueur, porque es una satisfacción enterarse de que la opinión personal sobre un asunto coincide bastante con la de un comentarista y experto como Walter Laqueur.