Revista Espiritualidad
Lo que no tengo ni medio claro es que un monje zen por su sitio sea alguien cómodo para convivir.
Con esa manía de llamar a las cosas por su nombre o, en su defecto, quedarse mudo-callado porque no puede decir (ni él ni nadie) una sola palabra verdadera, que es que si nos vamos a poner así no abrimos la boca porque todo habla por sí mismo.
Con ese salirse por los cerros de úbeda que parecen (vale que tal vez no lo sean, habrá que otorgarles como a cualquiera, el beneficio de la duda) más bien ganas de hacerse los originales.
Con ese dejar colgado el universo entero y así lluevan chuzos de punta cuando es la hora de ir al dojo o a una sesshin. (Recuerdo un(@) maestr@ relatando, orgullos@ de sí mism@, cómo había dejado al cuidado de otro a su hija con varicela por ir a una sesshin. No lo comparto, tan clarito como eso)
Me recuerda a uno de los diálogos de la peli Samsara que dio lugar a múltiples discusiones entre la gente del dojo, realmente fructíferas aún sin haberse resuelto en ninguna dirección de momento (habrá que darle tiempo):
Pema (llorando después de encontrarse a su marido huyendo para volver al monasterio):- Yashodhara, ¿conoces ese nombre?. Príncipe Gautama, Sakyamuni, Buda... todos conocen esos nombres, pero... ¿Yashodara?.
Yashodara estaba casada con Siddharta. Ella lo amaba tiernamente. Una noche Siddharta la dejó junto a su hijo Rahul, mientras dormían, en busca de la iluminación. Para volverse Buddha. No le dijo una sola palabra al marcharse.Yashodhara mostró compasión por los enfermos mucho antes que Siddharta lo hiciese, mucho antes que Siddharta tuviese consciencia del sufrimiento.¿Quién puede decir si él le debió su iluminación a ella? Quizás Yashodhara quería dejar a Siddharta y a Rahul. ¿Cómo podremos saber si Yashodara cayó víctima de la cólera, la soledad o la amargura después de que Siddharta la dejara? ¿Quién pensó en ella? ¿Qué habrá dicho, cuando su hijo Rahul hizo esa pregunta eterna: ¿dónde está mi padre? ¿Qué le habría dicho ella? ¿Cómo podría una madre dejar a su propio hijo en mitad de la noche? Eso sólo puede hacerlo un hombre, Tashi, sólo un hombre.
Después de eso, Yashodara no tuvo elección. Tuvo que llevar una vida de renuncia. Se cortó su cabello y vivió como una asceta.
¡Oh Tashi!, si tus pensamientos hacia el Dharma fueran de la misma intensidad que el amor y la pasión que me has mostrado a mí, te habrías convertido en Buddha en este mismo cuerpo, en esta misma vida.
Tashi(en el suelo, roto): Pema, perdóname. Volveré contigo, de regreso a dónde pertenezco.
Escena finalTashi se encuentra una piedra que tiene una inscripción en tibetano que dice: “¿Cómo prevenir que una gota de agua se evapore?”
Por la parte de atrás obtiene la respuesta:
“Lanzándola al mar”
Que no digo ni que sí ni que no.... Koanes que nos presenta la vida..........