Por María Augusta Cedeño con la colaboración del Lic. Mauricio Gil Gutiérrez
(Publicado originalmente por la revista digital En Contexto, Guayaquil, el 21 de septiembre de 2015)
Muchos niños crecen viendo dibujos animados, anime; o leyendo cómics y manga. Todos, con referencias foráneas a las que aprenden a amar.
Esos niños se vuelven jóvenes adultos con facultades del dibujo y desean hacer, de la novela gráfica, su vida; pero, en nuestro país no se da este arte… ¿o sí? Veamos.
En realidad, en Guayaquil se producen historietas propias; una muestra de novelas gráficas, cómics y novelas ilustradas, editadas en nuestra ciudad. Y uno de los exponentes de esta forma de arte es Mono Cómics, que tiene a su haber alrededor una veintena de trabajos publicados, entre revistas y libros, en estos dos últimos años.
Algo de historia
La historia del Cómic ecuatoriano nació, oficialmente, el 7 de noviembre de 1885, con el lanzamiento del semanario “El Perico”, del Dr. Francisco Martínez Aguirre, que hacía burla del presidente Plácido Caamaño. El personaje “El Perico” fue el inicio del arte secuencial en el país. Lastimosamente tenemos un vacío de producción de historietas de más de 50 años. Nos perdimos la edad de oro y plata de la historieta mundial. Pero, nuevamente surgió a finales de los 70 e inicios de los 80.
¿Quiénes son Mono Cómics?
Mono Cómics es el primer grupo editorial dedicado a la producción de historietas ecuatorianas, además de otras publicaciones. El inicio de Mono Cómics se dio como parte de un proceso: “Todos los miembros de Mono Cómics fueron alumnos en la Escuela del Cómic, pero son los que en verdad decidieron dedicarse a la historieta como algo profesional y no un pasatiempo”, explica el Lic. Mauricio Gil.
“Hace dos años atrás, participamos en la convocatoria a fondos concursables del Ministerio de Cultura y Patrimonio, realizando una novela grafica entre 4 personas en dos semanas. Nosotros pensamos:
“…Si esto pudimos hacer en dos semanas, podemos hacerlo con más tiempo y con otras personas”.
Así mismo, en la Feria del Libro Quito 2013, se invitó a dos productores de historietas estadounidenses: Renne Witterstaetter y James O Barr. Fueron 4 días en los cuales recibieron muchos consejos e información sobre el mercado y el trabajo de una editorial. Ese fue el punto que los motivó, aun más, para crear Mono Cómics.
Mono Cómics se divide en dos secciones: el Staff y los Mono Independientes. El staff son los ex alumnos de la Escuela del Cómic que estuvieron desde el inicio en la creación de Mono Cómics y que ya tenían sus propias publicaciones en marcha. Los Mono Independientes son los clientes que firman contrato con ellos durante un año, en el cual van puliendo y afinando el proyecto que tengan para sacar una publicación. “Nosotros manejamos varios factores de sus publicaciones, como edición, arte final, imprenta, promoción, distribución”, comenta Mauricio.
El año 2014, Mono Cómics terminó lanzando 14 publicaciones ecuatorianas nuevas. Este año 2015, hasta agosto, han realizado 9 lanzamientos y faltan algunos más para el mes de octubre o noviembre.
Mono Staff ha publicado: Revista Leyendas volúmenes 1 al 19, de Mauricio Gil; Salud, Dinero y Humor 1, de Iván Guevara; Competir X Ti, volúmenes 1 al 5, de Valeria Galarza -quien comenzó el primer volumen en quinto año de colegio- y lo publicó en mayo del 2013; espera que la saga sea de 10 ó 12 volúmenes. Colegios en Guerra 1, que explota las rivalidades y enfrentamientos callejeros de emblemáticos colegios de Guayaquil, de John Alvarado; D.A.D. y Espíritu Urbano, de Andrés González, quien lanzó la publicación antes de graduarse del colegio; Mono Álbum Volumen 1, de todo el staff; y, próximamente, RUNAKAY, en el que estará involucrado todo el staff.
Como Mono Independientes, por su parte, han publicado: Tal Vez 1 y 2, de Emilia SIgcho; Allexia 1, de Nicole Castillo; Bajo un Guayacán, de Jean Piere Rodríguez; Umbrarum, de Jorge Jaramillo; 365, de Claudia Ayala; Deusfall, de Francisco Hernández; y, El Albañil 1 y 2, de Ricardo Edelzstein.
También ayudan a publicar novelas ilustradas, que son obras literarias con algunas ilustraciones entre capítulos, para graficar escenas. Los títulos de novelas ilustradas que tienen, son: 1842 de Gabriel Fandiño; Angeluz, el Pacto del Solitario y Angeluz, La Promesa Rota, de Carlos Mendoza; Entre Marte y la Tierra, de Gladys Ordoñez; y, Dharma y Karma, de Juan Carlos Andrade.
Las actividades que realiza Mono Cómics y la escuela del Cómic van encaminadas a lo artístico y cultural: Punto y Raya (actividad donde se reúnen en un lugar específico y sólo se sientan a dibujar cosas del paisaje); Duelo de Dibujantes (concurso donde se pone a prueba la habilidad de los chicos, al conceptualizar ideas y palabras en gráfico, en menos de 3 minutos); Talleres y Workshops sobre temas específicos en ilustración y cómics.
Han ido por algunas provincias del país enseñando a los demás lo que en verdad es la historieta y que ya se está haciendo cómics ecuatoriano.
Los interesados en ser parte de Mono Cómics deben enviar la muestra de su trabajo, ya sea en físico o digital, y entrevistarse personal con el staff de Mono Cómics, para tomar una decisión. Si al interesado le faltan cosas básicas, como: narrativa, anatomía o diagramación, se le sugiere que entre a la Escuela del Cómic. Si el proyecto que presenta está armado en otro nivel, le sugerimos que firme contrato con Mono Cómics, para poder publicar su obra. Sean ésta dibujos o historia escrita.
1842 GYE, ciudad muerta
Gabriel Fandiño había escrito esta historia hace cuatro años atrás, pero no veía la forma de cómo lanzar el libro. En el evento del Cómic Club, realizado en la Universidad Católica, él conoció el trabajo que estaba haciendo Mono Cómics y se interesó bastante con la idea de publicar bajo este sello. Gabriel le enseñó a Mauricio Gilla maqueta del libro y éste último no pudo dejar de leerlo. Juntos hicieron los cambios y correcciones, hasta que entró a imprenta. Sabían que 1842 iba a ser algo nuevo y el apoyo mutuo entre Gabriel y Mono Cómics hizo que sea, hasta ahora, el número uno en ventas, en el 2015.
Lo realmente importante de su proyecto es que no caiga en oídos sordos por parte de librerías y otros lugares donde se puede distribuir el talento nacional.
Actualmente se puede ver mucho material internacional en percha, por la gran demanda que tiene; pero tener expuesto junto a estas publicaciones, cómic nacional, de forma que sea fácil de encontrar, abrirá un espacio al producto que nos pertenece, donde los niños, jóvenes y muchos adultos que consumen este arte, se identificarán con aspectos muy nuestros; conocerán nuestras leyendas y, desde un punto de vista muy gráfico, parte de nuestra cultura.
La gente seguramente aprenderá, no sólo a consumir lo importado, sino el cómic nuestro, que es de muy buena calidad. Hay que darlo a conocer y apoyar las iniciativas nacionales. ¡Prefiere lo nuestro!
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