Después de ver como los bancos continúan zampándose entre ellos hasta que sólo quede uno, como en “Los Inmortales” y que monstruos como Amazon se dedican a ir por ahí comprando cadenas de supermercados mientras las instituciones miran silbando hacia otra parte cada vez estoy más seguro de ser
una mota de polvo en mitad del tablero del Monopoly. ¿Os acordáis de aquellas tardes intentando desplumar a los compis de juego hasta que uno se forraba y los otros se arruinaban? Pues eso, sólo que esta vez los primeros despojados somos nosotros y parece que en el tablero han quitado la casilla de “vaya a la cárcel”, porque no hay manera de que ninguno visite el “Hotel Rejas”.
Serán quimeras mías pero estoy convencido de que se está jugando en nuestras narices una partida para ver quién se queda con todo. No se, igual es que me ha dado demasiado el Sol pero se me antoja que les estamos entregando hasta el alma a cuatro multinacionales mal contadas, envuelta con un lacito, para que quede más mono.
De un tiempo a esta parte parece que el ritmo de la partida se haya acelerado y 
¿No resulta curioso ver como nuestros representantes ponen tanto empeño en unos acuerdos que posibilitan la destrucción de los mecanismos de protección 
A mí siempre me ha parecido que la democracia no consiste sólo en ir a votar con cierta regularidad y tener unas instituciones mas o menos corruptas. La 
Lo estamos viviendo, cada vez menos empresas lo acapararan todo, desde la alimentación al entretenimiento, pasando por la banca o los medios de 
Estamos a las puertas de un nuevo modelo que se diferenciará en dos clases, los mega-ricos y los cada vez más pobres e invisibles. Es para consolidar eso para lo que necesitan una especie de gobierno mundial a sus órdenes que se refleja en engendros como el CETA que les permita manipular las cosas y aborregarnos.
Parece que no hayamos caído en que la democracia resulta imposible si no 
Ahora tenemos un reto para conservar NUESTRA democracia. Los grandes acuerdos como aquello de TTIP y ahora el CETA, con sus tribunales extrajudiciales y todo el aparato, nos pueden dejar en manos de multinacionales a costa de nuestra soberanía y nuestros derechos. Nos pretenden dejar en manos de monopolios a los que no les importamos nada en nuestras peculiaridades, sólo pretenden su beneficio. Oponerse a tratados como el CETA no ha de ser necesariamente cosa de Outsiders. Debiera ser cosa de todos porque hemos de decidir si queremos regalarles lo poco que nos queda de la libertad perdida. Este jueves en el Congreso se votará y nuestros políticos no parecen dispuestos a pararlo ¿de verdad se preocupan por nosotros?.

