Revista Cultura y Ocio

Monseñor Romero

Por Julio Alejandre @JAC_alejandre

Monseñor RomeroEl lunes 24 de marzo de 1980, a las seis y media de la tarde, Monseñor Romero fue asesinado por un francotirador cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia en San Salvador. En el día de su aniversario, aprovecho para recordarlo en las palabras de la gente campesina que vivió la tragedia de su muerte, del exilio y de la guerra. Los testimonios que siguen están tomados de “Tiempo de recordar y tiempo de contar”, editado por el S.J.D. “Pedro Arrupe”, San Salvador, 1994.

Soledad, de Nueva Esperanza: «Una de las últimas celebraciones que se hizo en mi lugar fue cuando nos visitó Monseñor Romero, en el 79. Fue algo maravilloso. Llegaron alrededor de veinte comunidades vecinas. Toda la gente le cortamos una rama cada uno y nos fuimos a encontrar a Monseñor Romero.
Dio una gran misa que toda la gente quedó bien motivada. Monseñor dijo que tuviéramos fe, que él estaba con los pobres y no con los ricos, y que este recibimiento que le habíamos hecho, eso valía oro».

Dora Chicas, de Guarjila: La última vez que vez que llegó Monseñor Romero, fue bien terrible […] El ejército lo encontró antes de llegar al pueblo y lo registró hasta de los zapatos. Lo pusieron así en el paredón y le dijeron un montón de cosas. Desde allí fue custodiado y el pueblo se llenó de ejército. Cuando Monseñor llegó a la iglesia, iba una multitud más grande que de aquí a la calle y entraron con él. Eso fue el 24 de agosto del 79, en Arcatao».

Dolores Recinos, Santa Marta: «Fue terrible cuando escuchamos la noticia. Era una cosa angustiada para el pueblo salvadoreño. Mire, la noticia salió por radio, la gente lloraba. Yo, con mi mamá y otra gente, pegados al radio, oyendo la noticia, y llorando.
Fuimos al entierro y nos acribillaron a balazos, aculaditos en las casas de San Salvador. Allí tiraban bombas lacrimógenas. También hubieron muertos y heridos».


Monseñor Romero
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