El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, no dejará de sorprendernos. Ahora carga contra las redes sociales, como antes cargó contra el matrimonio o el divorcio. Ignacio Escolar dibuja, en un artículo recogido en el diario Público, el doble lenguaje de un hombre al que nunca hemos escuchado denunciar los atropellos del mercado y las injusticias sociales que genera el capitalismo. Sus críticas se centran siempre en cuestionar los avances que implican mayores cotas de democracia y libertad para las personas. Por todo ello, su discurso suena cada vez más alejado del movimiento cristiano de base, caracterizado por su compromiso social, su defensa de la igualdad de todas las personas y el reconocimiento de las diferentes formas de vivir y convivir, respondan o no al concepto convencional de familia, que Rouco Varela quiere imponer como el único válido y legítimo. La Iglesia tiene que dejar paso a nuevas voces si quiere recuperar el terreno perdido, acercarse a sus fieles y ganar credibilidad y respeto.