Los documentales han sido y, siguen siendo, uno de los medios más populares de divulgación sobre el conocimiento de la vida prehistórica, especialmente los que tratan sobre dinosaurios.
Si bien los más conocidos por el público actual son aquellos que se realizaron tras las hipótesis planteadas en la Dinosaur Renaissance (Renacimiento de los dinosaurios) a finales de los años 60; lo cierto es que el interés por mostrar la forma de vida de los dinosaurios y el trabajo de los paleontólogos a la hora de desenterrar y preparar sus restos fósiles viene de más antiguo.
El ejemplo más temprano que tenemos a día de hoy de una grabación que puede considerarse sin dudas como documental de dinosaurios data del año 1922. Se titula Monsters of the Past. The story of the Great Dinosaurs (Monstruos del pasado. La historia de los grandes dinosaurios) y fue producido por Arthur Sterry Coggeshall; en aquel momento conservador y administrador del Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburgh, Pensilvania, EE.UU.
Originalmente se trataba de una filmación muda en blanco y negro que se mostraba en la sala de proyecciones del museo a modo de introducción al visitante sobre los hallazgos de dinosaurios en la cantera Carnegie, en lo que actual se denomina Dinosaur National Monument (Monumento Nacional del Dinosaurio) en Utah, a cargo de los científicos del museo y su labor de conservación y exhibición. Actualmente el National Park Service (Servicio de Parques Nacionales) de los Estados Unidos ha subido una copia de la película en YouTube acompañada de una narración describiendo las imágenes mostradas.
Al principio de la filmación se nos muestra, mediante carteles e ilustraciones (una de ellas es la reconocible escena de saurópodos alimentándose dentro de un pantano de Charles R. Knight), un panorama general de lo que se pensaba que era el entorno de las Montañas Rocosas durante “La edad de los reptiles” en los primeros años del siglo XX.
Lo que se dice una comida informal de ensaladas jurásicas
¿Me rascas en este lado? Que no llego bien y tus garras son afiladas, colega
Cuando te estas bañando de tranquis en la piscina y el pesado de tu amigo trata de hacerte una ahogadilla
Posteriormente, la mayor parte del metraje consiste en mostrar a los paleontólogos en el campo, empleando para ello grabaciones de la campaña de excavación dirigida por Earl Douglass en 1909 a la cantera Carnegie. En ella se nos muestra técnicas que se siguen usando a día de hoy como la elaboración de cuadrículas en el terreno, aunque otras serían consideradas demasiado arriesgadas, como el uso de explosivos para eliminar parte de la roca situada por encima de los fósiles.
WTF?
BOOOOM!!
¿Se ha roto tu martillo? Tranquilo, llevamos a un herrero, en la fragua te dará uno nuevo
Más tarde, se nos presentan fragmentos de los cortometrajes The Ghost of Slumber Mountain de 1919 (que puedes ver aquí) y Along the Moonbeam Trail de 1920 (que puedes ver aquí) para que los espectadores tuviesen la experiencia de ver dinosaurios en movimiento, mediante la técnica de animación stop-motion.
Cabe decir que aunque, el Stegosaurus de Along the Moonbeam Trail y el Brontosaurus (más bien Apatosaurus) de The Ghost of Slumber Mountain si estarían presentes en la formación geológica en que se encuentra el Dinosaur National Monument (la famosa Formación Morrison del Jurásico superior); el resto de dinosaurios que aparecen en este último metraje (Triceratops y Tyrannosaurus) son claros representantes del Cretácico superior de Montana. De hecho, sale unos actores inesperados, una serpiente moderna y un Gastornis alimentándose de esta.
¿Y estos dos? ¿Qué hacen en la Morrison?
¿Triceratops? Se ve que les faltaban cuernos para impresionar a las visitas
¿Y ahora un T. rex peleando contra un Triceratops? Definitivamente, la sangre vende
El resto de la película trata de mostrar las labores de extracción, transporte, limpieza, restauración, catalogación, montaje y finalmente la exposición al público en el museo.
Sí, tu ríete, pero te vas a quedar con las manos y el antebrazo despellejado
Ahora sí que necesitaría un brontosaurio, suertudo Pedro Picapiedra
JAVIER SALAS HERRERA