El culebrón, ópera bufa, pantomima, como se le quiera llamar, de Soria y el Banco Mundial ha puesto sobre la mesa una serie de hechos ya probados miles de veces que deberían estar clarísimos para todos los españoles:
1.- la ineptitud de Mariano Rajoy es de grado superlativo, y también lo es la de la mayoría de sus ministros como de Guindos.
2.- El método básico con el que se maneja SIEMPRE el PP está basado en la corrupción, la mentira, las falsedades, la difamación y el insulto.
3.- Lo único que preocupa a los miembros del actual gobierno y a buena parte de nuestros políticos es de dónde sacarán grandes cantidades de dinero cuando ya no ocupen su cargo.
Mi problema con el PP es que algunas de sus fechorías me revuelven el estómago hasta tener ganas de devolver. Ahora resulta que para algunos miembros del PP la renuncia de Soria demuestra una gran honestidad (un momento, ahora vuelvo, tengo que ir al baño a devolver). Lo grave es que corre un rumor muy consistente en el sentido que el PP obligó a Soria a renunciar solo minutos antes de que el Banco Mundial rechazase por vez primera un candidato propuesto por un país europeo, negándole el cargo a Soria, rumor que yo estoy convencido de que es absolutamente cierto por una sola razón: la renuncia de Soria se produce el martes 6 a primera hora de la tarde, después que tanto el lunes 5 como el martes 6, prácticamente todos los principales periódicos europeos, y probablemente también muchos de los del resto del mundo, diesen la noticia que el gobierno español proponía como director ejecutivo del Banco Mundial a uno de los que aparecen en las listas de Panamá, y ¡Oh! casualidad pocas horas después que todo el mundo se entere, el Sr. Soria retira su candidatura. ¡Comportamiento ejemplar! al estilo PP claro está.
Lo único bueno del sainete Soria es que parece que han aflorado ciertas discrepancias en el PP que, aunque la probabilidad sea muy baja, podrían acabar provocando la sustitución de Rajoy como candidato a presidente, con lo que el único obstáculo para la solución del problema de gobernabilidad del país desaparecería y en poco tiempo tendríamos gobierno.
Casi al mismo tiempo que se producía la retirada de Soria se oían varios rebuznos en la apertura del año judicial. La Fiscal General del Estado Consuelo Madrigal, la muy obediente jurista que fue nombrada después de que el PP forzase la dimisión de su antecesor Eduardo Torres-Dulce porque se negaba a cometer irregularidades, cargó en exclusiva contra el independentismo catalán, como si la corrupción no existiese y como si el ministro de interior Fernández Díaz no hubiese cometido un delito por el que en países tan poco democráticos como USA se han cargado presidentes, y como si el sistema judicial no hubiese sido destruido y manoseado por el PP mientras aniquilaban la separación de Poderes. Es curioso que en cuanto se acerca una fecha señalada o importante para el independentismo siempre surge una o varias almas caritativas del PP que hacen lo posible para asegurar el éxito independentista.
Para completar el vómito, el presidente del Tribunal Supremo Carlos Lesmes defendió la “rabiosa independencia” de los Altos Tribunales y calificó de falsos e infundados los comentarios sobre la obediencia a las órdenes del gobierno. Rabiosa sí, pero de independiente nada de nada, empezando por un presidente del Tribunal Constitucional que ocultó todo lo que pudo su carnet de militante del PP y sigue en su puesto, y aparte otros asuntos, en el tema Catalunya no hace falta demostrar a la orden de quien están, en algunos casos con decisiones que rozan el ridículo.
Si hay terceras elecciones y el PP no solo no resulta castigado por los electores sino que sus votantes vuelven a aumentar, no quedará más remedio que dar al país y su ciudadanía por inútil y declarar el triunfo del franquismo. No estoy calificando a los votantes del PP de franquistas de manera gratuita sino en base a su actuación. Solo se puede calificar así a los votantes de un partido que sea cual sea el número de escándalos de corrupción que cometen o el de inmensas irregularidades que desvirtúan y destruyen la democracia les continúan votando, en ningún caso porque se traguen las increíbles mentiras del PP sino porque cumplen las órdenes recibidas de sus superiores. En Catalunya Jordi Pujol tomó el pelo a la mayoría, pero él y sus hijos se han tenido que retirar de la política y su partido ha pasado y pasa por un verdadero calvario para recuperar votantes, a pesar que incluso el ministro del interior en persona se ha encargado de demostrar con sus pesquisas ilegales y tramposas que sus casos de corrupción son cosa del pasado. Si los catalanes hubiesen reaccionado al estilo de los votantes del PP en este momento los Pujol serían la Familia Real catalana.
Por último quiero aclarar porque siento este tremendo rechazo al PP. Razones hay varias y variadas, pero la más importante, la única que de no existir bajaría muy sensiblemente mi nivel de cabreo es que no puedo entender, soportar ni aceptar un gobierno de delincuentes que cuando no llevaban ni un año en el poder perjudicaron a toda la ciudadanía y favorecieron a las eléctricas, completando el trabajo iniciado por José Mª Aznar, para continuar con los servicios estafa, asegurando una marcha atrás y una evolución retrograda de la producción de energía cuando todos los países europeos, incluidos Grecia y Portugal, desarrollan al máximo las energías renovables, mientras el gobierno del PP completaba la infamia con la práctica prohibición de la producción privada de energía.