Monte Santiago, en Burgos, un hayedo bien conservado que termina de forma abrupta sobre un vertiginoso acantilado, de más de 300 metros de caída vertical, que se abre hacia el Cantábrico. Allí está el espectacular salto del Nervión, con unas vistas espectaculares sobrevoladas por el águila real y el buitre leonado.
En el interior del hayedo, recorrido por un cómodo camino, se puede visitar una de las mayores loberas de la Península, una trampa para capturar lobos que estuvo en uso hasta 1955.
Un poco de historia
Estos territorios fueron de los primeros en liberarse de la dominación musulmana, por lo que pronto fue ocupado por los cristianos, que construyeron fortalezas y monasterios.
Es un territorio en donde, por lo general, los pueblos se encuentran muy bien conservados, con casas blasonadas, edificaciones civiles, religiosas y militares de gran valor y belleza.
En el propio Berberana hay un torreón del SXV, y muy cerca, en Villanañé, ya en la provincia de Alava, se encuentra la Torre de los Varona (SXIV-XV), un bonito ejemplo de arquitectura militar medieval, con muralla, foso, torre y palacio. Por el Valle de Losa se continúan estos ejemplos.
Según cuentan las crónicas, los territorios del Monte Santiago pertenecieron al Monasterio de Santiago de Langreiz, construido en el SXI, y cuyos restos se pueden ver en el interior del hayedo. El monasterio fue abandonado y a finales del siglo XVI cayó en ruinas, no sin que antes se trasladara el retablo a la actual parroquia de Berberana. En la casa del parque se pueden ver varios capiteles del monasterio.
Durante siglos los lobos fueron muy abundantes en todos estos montes y hacían mucho daño al ganado. Para combatirlos, los paisanos se juntaban, se esparcían por el monte formando una línea e iban avanzando espantando los lobos hacia la lobera. Esta consiste en dos largos muros de piedra que corren por el monte formando una uve y convergen en un pozo, a donde caían los lobos sin escapatoria alguna.
Los lobos eran tan abundantes, que en Monte Santiago llegó a haber dos loberas. La que se conserva es una de las mayores de la Península Ibérica y fue utilizada por última vez en 1955.
En toda la zona hay una gran tradición micológica, destacando los platos de níscalos y perrechicos. También son muy buenas las morcillas, las típicas de Burgos elaboradas con arroz, el queso fresco y el lechazo.
El paisaje natural
Monte Santiago se encuentra justo en el borde la meseta. Es un terreno relativamente llano, situado a unos 850 m de altitud, que termina bruscamente en un espectacular cortado vertical de 350 m de caída que nos pone en los valles cantábricos.
Es un macizo calizo de gran interés, con los típicos procesos kársticos. Según abandonamos la carretera y cogemos la pista de tierra que nos lleva al hayedo, nos introducimos en el potente lapiaz de Mijala. Se trata de un gran afloramiento de roca caliza en donde la erosión del agua ha dejado su huella en forma de surcos rectilíneos.
También es importante la red de cuevas y conductos subterráneos, algunos de los cuales tienen más de 40 Km de desarrollo. También hay simas, dolinas y surgencias de agua, una de las cuales se encuentra justo debajo de la casa del parque.
En esta zona los ríos, que bajan desde la meseta hacia el cantábrico, deben superar un gran desnivel en un corto recorrido, lo que da lugar a potentes procesos erosivos y saltos de agua. Sin duda el más espectacular es el salto del Nervión, con 300 m de caída, que cuando lleva agua hace un espectáculo de gran belleza
En toda la comarca es bien patente la transición entre la vegetación mediterránea y la atlántica. Las zonas más secas, generalmente las orientadas hacia el sur, albergan una vegetación típicamente mediterránea con encinas, mientras que las orientas al norte, directamente expuestas a los vientos húmedos procedentes del Cantábrico, están ocupadas por el robledal y el quejigar.
En los enclaves más húmedas se desarrollan densos hayedos, como el de Monte Santiago, tan denso que no permite el desarrollo de arbustos.
Bichos
Predominan las especies forestales, como corzo, jabalí, marta, tejón y gato montés. Todavía hoy ocasionalmente algún lobo, pero están muy perseguidos.
Es una zona interesante para ver aves, pues en un lugar relativamente pequeño hay aves representativas de tres ambientes bien diferenciados. En los cortados son fáciles de ver especies rupícolas, como el buitre leonado, el águila real, el halcón peregrino y la chova piquirroja.
En el bosque predominan las aves forestales típicas de los bosques atlánticos. Además de los típicos carboneros, herrerillos y carpinteros hay colirrojo real y halcón abejero. En las zonas de matorral del lapiaz se puede ver el alcaudón dorsirrojo, tarabilla norteña y curruca rabilarga.
Por la gran humedad del enclave, la comunidad de anfibios es muy diversa, con salamandras, tritones, sapos y ranas. De hecho está catalogada como área importante para la herpetofaúna.
Destaca la presencia de la rana ágil (Rana dalmatina), una especie de distribución centro europea que en España solo vive en ciertos enclaves de Navarra y Alava.
En la Guía del Monumento Natural de Monte Santiago, proponemos la principal ruta para disfrutar de los valores de tan singular hayedo.
Buen viaje!