Revista Salud y Bienestar
Montero señala que Andalucía tiene la tasa de hospitalización más baja de los países avanzados
Por Fat
Andalucía tiene la menor tasa de hospitalización de los países avanzados, junto con Canadá. Así lo ha señalado hoy la consejera de Salud, María Jesús Montero, durante su intervención en el Desayuno-Informativo Forum Europa, donde ha participado con una ponencia titulada ‘La sanidad sí es sostenible’. En concreto, Montero ha puntualizado que la tasa andaluza de hospitalización es un 16% menor que la media española (33% menor que la media de la OCDE y al mismo nivel que Canadá), lo que es resultado de las políticas de eficiencia puestas en marcha en la comunidad entre las que se encuentra apostar por las técnicas ambulatorias y por la atención primaria.
Durante su intervención, Montero ha puntualizado que "la crisis no puede ser la gran coartada para desmontar el Estado del Bienestar" y ha afirmado que es posible tener un sistema sanitario público, universal y gratuito sin eliminar prestaciones. Así, en el transcurso de la conferencia, ha hecho un recorrido por los distintos mitos que se han ido asentando interesadamente en torno a su sostenibilidad, como que es demasiado rígido para introducir reformas y no se puede innovar, que la burocracia es una carga, que la frecuentación y el envejecimiento redundan en la ineficiencia o que la descentralización es cara.
La consejera de Salud se ha referido al sistema sanitario público como "el más desarrollado en materia de derechos humanos de la historia" y que por su carácter de universalidad y gratuidad "ha ayudado a que los ciudadanos dispongan de renta para cubrir sus necesidades e, incluso, ahorrar", en contraposición al modelo existente en EEUU, en el que las facturas médicas son "el motivo actual de bancarrota de las economías familiares".
Además, ha tomado como ejemplo el modelo holandés de sanidad implantado en 2006 (orientado al mercado privado) para explicar que, cinco años después, Holanda es "el segundo país del mundo con un sistema sanitario más caro", y ha señalado que el modelo británico, que incorpora una amplia privatización basado un sistema competitivo, está teniendo "resultados muy negativos" para los ciudadanos en tanto en cuanto los pacientes en lista de espera se han incrementado en casi un 50%, el número de pacientes que esperan más de un año para recibir su tratamiento se ha triplicado y la posibilidad de que los hospitales puedan utilizar hasta la mitad de las camas para atender a pacientes privados abre la puerta a las diferencias en el trato. Esta reforma, como la del modelo inglés, abundaban en que la prestación privada iba a abaratar los costes y los resultados que ya se pueden observar, según la argumentación de Montero, apuntan justo a lo contrario.
En ambos casos, la reforma estuvo precedida por una campaña de desprestigio de la sanidad pública y la ha equiparado con la situación actual en España. En este sentido, ha criticado las voces que tiene como principal fin "deteriorar la imagen de la sanidad pública" creando la "falsa ilusión de que lo público es ineficiente y no funciona".
-Desmontando mitos
La insostenibilidad del sistema, la rigidez del mismo para acoger reformas innovadoras, la alta carga burocrática, la hiperfrecuentación, el envejecimiento y el elevado coste de la descentralización son algunos de los mitos que la consejera de Salud ha ido desmontando durante su intervención.
En este sentido, Montero ha enumerado algunas de las medidas innovadoras y eficientes introducidas en el sistema sanitario público andaluz y que han permitido un ahorro de los costes sin merma de la calidad del servicio. La implementación de la cirugía mayor ambulatoria, la prescripción por principio activo, la creación de las Centrales Logísticas de Compras y el desarrollo de las Unidades de Gestión Clínica son algunos de estos ejemplos.
En materia de farmacia, la máxima responsable de la sanidad andaluza se ha referido a la prescripción por principio activo y al nuevo Decreto-Ley de Medidas Urgentes en Farmacia. Más del 88% del total de las recetas emitidas en Andalucía se hacen por principio activo, una medida con más de diez años de experiencia en la comunidad y que ha supuesto un ahorro de 1.000 millones de euros en la última década, a lo que se suma el ahorro estimado que resulte (entre 50 y 200 millones al año) de la reciente aprobación del Decreto-Ley que permite la adjudicación por convocatoria pública de los medicamentos.
Además, en el marco de las políticas de uso racional de los recursos implantadas en Andalucía, Montero también ha destacado la implementación de la cirugía mayor ambulatoria (que ha pasado del 35% del año 2000 al 68% alcanzado en 2010). Son aquellas operaciones que se realizan a través de técnicas mínimamente invasivas y que no requieren de ingreso hospitalario, lo que ha supuesto sólo en 2010 un ahorro de 312 millones de euros.
Por su parte, la agregación de compras a través de las centrales logísticas ha supuesto, sólo en 2010, un total de 100 millones de euros de ahorro, a los que se suman los 50 millones de ahorro potencial que supone la racionalización de procesos industriales y la reducción de la factura energética gracias a la introducción de energías alternativas en los centros. A modo de ejemplo, la instalación de gas natural en 11 hospitales genera un ahorro de 11,5 millones.
Por su parte, la creación de las Unidades de Gestión Clínica, que otorgan a los profesionales una mayor autonomía y capacidad de decisión, han permitido un trasvase del 18% de la plantilla de las estructuras centrales a los centros sanitarios, la reducción de las estructuras directivas de los centros en un 14% en 2010, y un ahorro de 0,5 millones de euros al año en alquileres.
Asimismo, la máxima responsable de la sanidad andaluza ha mencionado la estrategia IT 21 como ejemplo de la reducción de la burocracia en el sistema sanitario, en tanto en cuanto los médicos de familia han pasado de dedicar el 17% de su trabajo a la gestión de las incapacidades temporales, a emplear sólo el 4%.
Todas estas medidas, en palabras de Montero, están permitiendo "una mejora de la calidad" ya que el porcentaje de reingresos en Andalucía se ha reducido en un 4%, mientras que la media de España se ha incrementado en un 6%.
Asimismo, Montero ha desmontado el mito relacionado con la hiperfrecuentación y el abuso de los recursos sanitarios existente en España y el resto de las Comunidades Autónomas. Así, ha señalado que la media de visitas al médico (primaria y hospitalaria) está en torno a 8,1 veces al año en España. Si bien, la tasa de hospitalización a nivel nacional está en el 33% (un 16% menos la de Andalucía). En EEUU la frecuentación médica ambulatoria está en 4 veces al año y "tiene un 67% más de gasto sanitario público per cápita que España" y en Japón, con 13,4 visitas y una de las mayores tasas de envejecimiento, "es el país que tiene mayor número de consultas ambulatorias al año", con una inversión pública per cápita similar a la española (sólo un 6% mayor).
En materia de envejecimiento, la consejera de Salud ha señalado que diversos estudios apuntan a que el gasto sanitario se concentra en el último año de vida con independencia de la edad, por lo que el "envejecimiento de la población no es uno de los factores relevantes del gasto sanitario".
Además, Montero ha defendido la descentralización como medida de eficacia, en contra de algunas voces que la señalan "como fuente de ineficiencia y de derroche sanitario". Así, se ha referido a un informe comparativo de la OCDE sobre la eficiencia de los sistemas sanitarios, entre los que España, con un modelo descentralizado por comunidades autónomas, está en el grupo de los más eficientes. Por el contrario, Francia, "con uno de los modelos más centralizados y centralistas del mundo", tiene un gasto sanitario un 25% mayor que el español sin garantizar, además, la equidad en el territorio.
-Modelo andaluz
Montero ha recordado que entre los objetivos del modelo andaluz de sanidad está el de salvaguardar el Estado del Bienestar, sin disminuir prestaciones, ni recursos, ni derechos asistenciales.
La consejera de Salud ha señalado que el sistema sanitario público andaluz cuenta con 102.500 trabajadores (lo que representa el 4% de la población ocupada en la comunidad), lo que sitúa a la sanidad pública andaluza como la mayor empresa de la comunidad y líder en empleo cualificado y estable (87% de la plantilla ocupa plaza en propiedad). A ello se suman, 1.520 centros de salud, 45 hospitales públicos, 15 helipuertos y una importante red de emergencias que incluye al 061.
En materia de prestación de servicios, sólo en 2011, se gestionaron 95 millones de citas telemáticas, el 100% de los andaluces se beneficia de la historia de salud digital y la receta electrónica (lo que ha permitido reducir en un 20% el número de consultas en Atención Primaria). Cada año se atienden 45 millones de consultas de medicina de familia, 24 millones de enfermería y 7 millones de pediatría.
Asimismo, ha recordado cinco de las características más relevantes del sistema sanitario público de Andalucía y que pasan por tener un servicio de Atención Primaria sólido y resolutivo (el presupuesto destinado a esta partida en Andalucía es mayor que la media nacional, un 18,1% frente a un 14,6%); por invertir en I+D+i en tanto en cuanto el conocimiento genera retorno económico (cada euro invertido en investigación genera un valor añadido de 50 euros); que la salud pública impregne todas las políticas de forma transversal; que se desarrolle una segunda descentralización hacia los profesionales (a través de las Unidades de Gestión Clínica) y que se ofrezca una nueva concepción del servicio público más transparente y participativo.
Durante su intervención, Montero ha puntualizado que "la crisis no puede ser la gran coartada para desmontar el Estado del Bienestar" y ha afirmado que es posible tener un sistema sanitario público, universal y gratuito sin eliminar prestaciones. Así, en el transcurso de la conferencia, ha hecho un recorrido por los distintos mitos que se han ido asentando interesadamente en torno a su sostenibilidad, como que es demasiado rígido para introducir reformas y no se puede innovar, que la burocracia es una carga, que la frecuentación y el envejecimiento redundan en la ineficiencia o que la descentralización es cara.
La consejera de Salud se ha referido al sistema sanitario público como "el más desarrollado en materia de derechos humanos de la historia" y que por su carácter de universalidad y gratuidad "ha ayudado a que los ciudadanos dispongan de renta para cubrir sus necesidades e, incluso, ahorrar", en contraposición al modelo existente en EEUU, en el que las facturas médicas son "el motivo actual de bancarrota de las economías familiares".
Además, ha tomado como ejemplo el modelo holandés de sanidad implantado en 2006 (orientado al mercado privado) para explicar que, cinco años después, Holanda es "el segundo país del mundo con un sistema sanitario más caro", y ha señalado que el modelo británico, que incorpora una amplia privatización basado un sistema competitivo, está teniendo "resultados muy negativos" para los ciudadanos en tanto en cuanto los pacientes en lista de espera se han incrementado en casi un 50%, el número de pacientes que esperan más de un año para recibir su tratamiento se ha triplicado y la posibilidad de que los hospitales puedan utilizar hasta la mitad de las camas para atender a pacientes privados abre la puerta a las diferencias en el trato. Esta reforma, como la del modelo inglés, abundaban en que la prestación privada iba a abaratar los costes y los resultados que ya se pueden observar, según la argumentación de Montero, apuntan justo a lo contrario.
En ambos casos, la reforma estuvo precedida por una campaña de desprestigio de la sanidad pública y la ha equiparado con la situación actual en España. En este sentido, ha criticado las voces que tiene como principal fin "deteriorar la imagen de la sanidad pública" creando la "falsa ilusión de que lo público es ineficiente y no funciona".
-Desmontando mitos
La insostenibilidad del sistema, la rigidez del mismo para acoger reformas innovadoras, la alta carga burocrática, la hiperfrecuentación, el envejecimiento y el elevado coste de la descentralización son algunos de los mitos que la consejera de Salud ha ido desmontando durante su intervención.
En este sentido, Montero ha enumerado algunas de las medidas innovadoras y eficientes introducidas en el sistema sanitario público andaluz y que han permitido un ahorro de los costes sin merma de la calidad del servicio. La implementación de la cirugía mayor ambulatoria, la prescripción por principio activo, la creación de las Centrales Logísticas de Compras y el desarrollo de las Unidades de Gestión Clínica son algunos de estos ejemplos.
En materia de farmacia, la máxima responsable de la sanidad andaluza se ha referido a la prescripción por principio activo y al nuevo Decreto-Ley de Medidas Urgentes en Farmacia. Más del 88% del total de las recetas emitidas en Andalucía se hacen por principio activo, una medida con más de diez años de experiencia en la comunidad y que ha supuesto un ahorro de 1.000 millones de euros en la última década, a lo que se suma el ahorro estimado que resulte (entre 50 y 200 millones al año) de la reciente aprobación del Decreto-Ley que permite la adjudicación por convocatoria pública de los medicamentos.
Además, en el marco de las políticas de uso racional de los recursos implantadas en Andalucía, Montero también ha destacado la implementación de la cirugía mayor ambulatoria (que ha pasado del 35% del año 2000 al 68% alcanzado en 2010). Son aquellas operaciones que se realizan a través de técnicas mínimamente invasivas y que no requieren de ingreso hospitalario, lo que ha supuesto sólo en 2010 un ahorro de 312 millones de euros.
Por su parte, la agregación de compras a través de las centrales logísticas ha supuesto, sólo en 2010, un total de 100 millones de euros de ahorro, a los que se suman los 50 millones de ahorro potencial que supone la racionalización de procesos industriales y la reducción de la factura energética gracias a la introducción de energías alternativas en los centros. A modo de ejemplo, la instalación de gas natural en 11 hospitales genera un ahorro de 11,5 millones.
Por su parte, la creación de las Unidades de Gestión Clínica, que otorgan a los profesionales una mayor autonomía y capacidad de decisión, han permitido un trasvase del 18% de la plantilla de las estructuras centrales a los centros sanitarios, la reducción de las estructuras directivas de los centros en un 14% en 2010, y un ahorro de 0,5 millones de euros al año en alquileres.
Asimismo, la máxima responsable de la sanidad andaluza ha mencionado la estrategia IT 21 como ejemplo de la reducción de la burocracia en el sistema sanitario, en tanto en cuanto los médicos de familia han pasado de dedicar el 17% de su trabajo a la gestión de las incapacidades temporales, a emplear sólo el 4%.
Todas estas medidas, en palabras de Montero, están permitiendo "una mejora de la calidad" ya que el porcentaje de reingresos en Andalucía se ha reducido en un 4%, mientras que la media de España se ha incrementado en un 6%.
Asimismo, Montero ha desmontado el mito relacionado con la hiperfrecuentación y el abuso de los recursos sanitarios existente en España y el resto de las Comunidades Autónomas. Así, ha señalado que la media de visitas al médico (primaria y hospitalaria) está en torno a 8,1 veces al año en España. Si bien, la tasa de hospitalización a nivel nacional está en el 33% (un 16% menos la de Andalucía). En EEUU la frecuentación médica ambulatoria está en 4 veces al año y "tiene un 67% más de gasto sanitario público per cápita que España" y en Japón, con 13,4 visitas y una de las mayores tasas de envejecimiento, "es el país que tiene mayor número de consultas ambulatorias al año", con una inversión pública per cápita similar a la española (sólo un 6% mayor).
En materia de envejecimiento, la consejera de Salud ha señalado que diversos estudios apuntan a que el gasto sanitario se concentra en el último año de vida con independencia de la edad, por lo que el "envejecimiento de la población no es uno de los factores relevantes del gasto sanitario".
Además, Montero ha defendido la descentralización como medida de eficacia, en contra de algunas voces que la señalan "como fuente de ineficiencia y de derroche sanitario". Así, se ha referido a un informe comparativo de la OCDE sobre la eficiencia de los sistemas sanitarios, entre los que España, con un modelo descentralizado por comunidades autónomas, está en el grupo de los más eficientes. Por el contrario, Francia, "con uno de los modelos más centralizados y centralistas del mundo", tiene un gasto sanitario un 25% mayor que el español sin garantizar, además, la equidad en el territorio.
-Modelo andaluz
Montero ha recordado que entre los objetivos del modelo andaluz de sanidad está el de salvaguardar el Estado del Bienestar, sin disminuir prestaciones, ni recursos, ni derechos asistenciales.
La consejera de Salud ha señalado que el sistema sanitario público andaluz cuenta con 102.500 trabajadores (lo que representa el 4% de la población ocupada en la comunidad), lo que sitúa a la sanidad pública andaluza como la mayor empresa de la comunidad y líder en empleo cualificado y estable (87% de la plantilla ocupa plaza en propiedad). A ello se suman, 1.520 centros de salud, 45 hospitales públicos, 15 helipuertos y una importante red de emergencias que incluye al 061.
En materia de prestación de servicios, sólo en 2011, se gestionaron 95 millones de citas telemáticas, el 100% de los andaluces se beneficia de la historia de salud digital y la receta electrónica (lo que ha permitido reducir en un 20% el número de consultas en Atención Primaria). Cada año se atienden 45 millones de consultas de medicina de familia, 24 millones de enfermería y 7 millones de pediatría.
Asimismo, ha recordado cinco de las características más relevantes del sistema sanitario público de Andalucía y que pasan por tener un servicio de Atención Primaria sólido y resolutivo (el presupuesto destinado a esta partida en Andalucía es mayor que la media nacional, un 18,1% frente a un 14,6%); por invertir en I+D+i en tanto en cuanto el conocimiento genera retorno económico (cada euro invertido en investigación genera un valor añadido de 50 euros); que la salud pública impregne todas las políticas de forma transversal; que se desarrolle una segunda descentralización hacia los profesionales (a través de las Unidades de Gestión Clínica) y que se ofrezca una nueva concepción del servicio público más transparente y participativo.
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