Tiene un mucho de personal el partido de Dª Rosa Díez, que ve con recelo el pacto con ciudadanos precisamente por ese motivo, pero la política vasca tiene aún mucho que decir, y suele hacerlo bien, como el Sr. Cantó, que suple la inexperiencia política con la adquirida como actor, y explica las cosas bastante más claras que el resto de dirigentes políticos. La politización del Consejo General del Poder Judicial es vergonzosa y la manipulación política que se hace del mismo, coloca a nuestros próceres en una posición difícil de justificar, al convertir un cargo público en patente de corso para las fechorías que estamos viendo a diario. La corrupción, y así lo ha demostrado Pablo Iglesias, es uno de las principales preocupaciones de los ciudadanos, y los pactos bajo la mesa que llevan a cabo las diferentes formaciones para repartirse loa cuota de poder en la judicatura, es una inmoralidad y una manipulación descarada de la separación entre los pderes legislativo ejecutivo y judicial que propugnaba Montesquieu. Me parece bien la defencsa y la actitud, al no entrar en ese juego, de Dª Rosa Díez, que de haber tenido la capacidad de pactar con Ciudadanos y la gestión de imagen y publicitaria de Podemos, sería, a día de hoy y junto con el conspicuo catalán, uno de los partidos de referencia en el panorama político nacional.