Revista Viajes

Montolieu

Por Orlando Tunnermann

MONTOLIEU
La villa de los libros, vinculada enormemente al mundo fascinante e imaginativo de las letras. Por sus calles huele a páginas amarillentas y tinta gastada. Desprende el pavimento el aroma de sus múltiples librerías, tiendas de libros usados, libros antiguos, sabor añejo a narraciones especializadas o simplemente didácticas, explicativas, ensoñadoras...
MONTOLIEU
Calles medievales y casas de piedra son su cobijo. Es imprescindible la parada en el vertiginoso puente con barranco donde duerme el río L’Alzeau. 
MONTOLIEU
MONTOLIEU
Entorno boscoso, vegetación desmadrada que no se conforma con crecer aleccionada, busca su origen natural. El pueblo lo cruza también el río Dure. Panorámicas excelsas (magníficas) me esperan en diversos miradores, siempre con ese trasfondo selvático y el cauce fluvial que sigue su curso por toda la eternidad...
Me gusta la naturalidad veraz de esta fidedigna villa medieval. Nada es impostado ni fingido. Calles empinadas, piedra dura, suelos implacables. MONTOLIEU
Pero las calles angostas saben lucir sus mejores galas con gran variedad y cantidad de plantas, en un trasunto de barriada andaluza. Lo digo por el gusto floral, que no esencia alguna cordobesa o sevillana. Tal y como ya anunciaba en mi prólogo, la villa de los libros tiene museos, cultura, letras leídas y escritas, arte, librerías para nadar en la nostalgia, sencillas pinacotecas...
Me encuentro de frente con una mole de piedra de diseño gótico, la iglesia de San Andrés. MONTOLIEU
MONTOLIEU
 Demasiado oscura, imponente, eso sí. Fue construida entre los siglos XIII-XIV y es Monumento Nacional. Como ya viene siendo algo pactado, habitual, esperado, las vidrieras son probablemente el broche áureo de este reino umbrío. Está la iglesia añosa, deteriorada, necesita restauración. La humedad no tiene piedad y ha causado varios estragos.
MONTOLIEU
MONTOLIEU MONTOLIEU
En la Rue Bastie hay una casa que merece la pena visitar, por curiosa. Su fachada es una recolección de aperos de labranza, trabajo de campo y de oficios legendarios, una chatarrería vertical. A mis pasos les acompaña el silencio....¡¡Shhhhhh!!!MONTOLIEU

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