Ayer acabamos el día inmersos en la esencia de Portugal y hoy pensamos hacer lo mismo. Nos trasladamos hasta la capital del país, Lisboa, para conocer uno de sus monumentos más visitados.
Son muchos los que aprovechan la visita al Monasterio de los Jerónimos para visitar también el Monumento a los Descubrimientos y la Torre de Belém. De ésta última ya hablamos en su días, así que hoy toca hablar del monumento mencionado.
El Monumento a los Descubrimientos se construyó en 1960 en conmemoración de los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante, uno de los descubridores de Portugal. Es fácil encontrarlo ya que tiene una altura de 52 metros. Representa una carabela, una punta, en la que encontramos a Enrique en cabeza guiando a otros marineros y personajes en el descubrimiento. No en vano, está construido en el margen del río y el conjunto escultórico señala al agua.
Podemos ver representados a Vasco de Gama, Fernando de Magallanes y Alfonso V, entre otros. Navegantes, escritores, pintores… pero llama la atención que tan sólo aparece una mujer en el Monumento a los Descubrimientos. Se trata de Felpa de Lancaster, madre de Enrique, y es que no hay nadie como la propia madre.
Pero hay más, la visita del Monumento a los Descubrimientos no termina aquí. Es posible acceder a su interior, que acoge una sala de exposición con documentos sobre la historia de Lisboa. Además, se puede ascender a la parte más alta y contemplar la ciudad desde las alturas.
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