Anteriores al homenaje de las Stolpersteine que se colocaron en Madrid la primavera de 2019 gracias al trabajo de Isabel y Jesús, ya existían en la ciudad dos monumentos en recuerdo a las victimas de la deportación y asesinato por parte de los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial.
El primer monumento se encuentra en uno de los parque más grandes de la capital, el Parque de las Naciones, o de Juan Carlos I, y fue inaugurado el 15 de abril de 2007 por el entonces alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, el presidente de la Comunidad Judía de Madrid, Jacobo Israel Garzón y el embajador de Israel, Víctor Harel. El monumento fu donado por la comunidad judía a la ciudad de Madrid.
El conjunto se encuentra muy próximo al "Jardín de las Tres Culturas" (referencia a la convivencia en España de las civilizaciones hebrea, cristiana y musulmana que hubo durante siglos en la Península Ibérica), concretamente junto al Vergel de los Granados o Jardín Judío.
El memorial está creado por el artista, de origen sefardí, Samuel Nahón, y el arquitecto Alberto Stisin. El motivo central del conjunto, de 10 metros de altura y 4 toneladas, es una proyección vertical de la Estrella de David, colocada sobre una plataforma formada traviesas de ferrocarril, que quieren recordar a los “trenes de la muerte” que llevaban a los deportados hasta los campos de concentración y exterminio.
A un lado, se encuentra, la estremecedora figura de un padre con su hijo en brazos, realizada tambien con traviesas, y un conjunto de otras clavadas sobre el suelo y cantos rodados.
Una placa conmemorativa reza: "En memoria de los seis millones de judíos asesinados durante la shoá por la barbaria nazi, si como de las victimas españolas, gitanas y de otros colectivos, igualmente asesinados en los campos de exterminio".
Actualmente es la pieza nº 19 de la Senda de las Esculturas, un recorrido artístico-didáctico por una serie de creaciones de diferentes escultores que exhiben una gran variedad de propuestas estéticas y simbólicas.
El segundo memorial, mucho más sencillo, está en la Ciudad Universitaria, donde tuvieron lugar duros combates durante la Guerra Civil española.
En la plaza de Ciencias del campus de Moncloa, en los jardines entre las facultades de Física, Química y Matemáticas se encuentra "Columna: un lugar para recordar", un monumento en homenaje a las víctimas españolas que murieron en el campo de concentración nazi de Mauthausen-Gusen, en Austria, y en otros campos.
En la escultura se entrelazan cuatro cuatro barras que se colocan en paralelo, formando las aristas de un prisma y que se mezclan en la parte superior e inferior formando dos nudos que se colocan en paralelo, apoyada en una pena de hormigón. La composición creada por el escultor conquense Jesús Molina, fue donada por la Fundación Domingo Malagón.
La inauguración fue realizada el 16 de abril de 2009 por el secretario de la fundación, Javier Ruiz, representantes del gobierno, del Foro por la Memoria. La Universidad Complutense estuvo representada por el rector Carlos Berzosa.
En el acto de inauguración tambien estuvo presente Emiliano Pérez, superviviente de Mauthausen-Gusen y de Concha Carretero, compañera de las "Trece rosas", jóvenes fusiladas en 1939 contra las tapias del cementerio del Este de Madrid (Cementerio de la Almudena).
El campo de concentración de Mauthausen era conocido entre los deportados como "El campo de los españoles", ya que por el pasaron más de 7.500 españoles, muchos de ellos fueron quienes lo construyeron. Mauthausen fue uno de los últimos campos en ser liberados por los aliados, que fueron recibidos con una gran pancarta realizada por los españoles, en la que se podía leer: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras".
Para saber más:
Ayuntamiento de Madrid
Europa Press
Entre paréntesis
Jesús Molina
El Confidencial