Revista Opinión

Monumentos y sus Historias (El Arco de Tito)

Publicado el 01 mayo 2019 por Carlosgu82

EN EL CORAZÓN DE ROMA (ITALIA) SE ALZA UN ARCO DE TRIUNFO QUE ATRAE A VISITANTES DE TODO EL MUNDO. FUE CONSTRUIDO EN HONOR A TITO, UNO DE LOS EMPERADORES ROMANOS MÁS QUERIDOS DE LA HISTORIA.

El Arco de Tito tiene dos grandes relieves que representan un importante acontecimiento histórico. Ahora bien, pocas personas conocen su fascinante historia y en este artículo intentaré llevarles de la mano.

Para el año 30 de nuestra era, el Imperio romano se extendía desde Britania y la Galia (Francia) hasta Egipto, y todos sus dominios disfrutaban de una estabilidad y prosperidad sin precedentes. Sin embargo, había una región lejana que era un constante quebradero de cabeza para Roma: la rebelde provincia de Judea.

La Encyclopedia of Ancient Rome explica: “En pocos territorios del Imperio romano existía tanta antipatía entre gobernantes y gobernados como en la provincia de Judea. Los judíos estaban molestos porque sus gobernantes eran extranjeros y no respetaban sus tradiciones. Y Roma no estaba dispuesta a tolerar la terquedad de los judíos”. Muchos de ellos esperaban que un mesías político los liberara del detestable yugo romano y devolviera a Israel todo su esplendor.

Durante treinta y tres años, los judíos soportaron el yugo romano. Finalmente, en el año 66, el procurador de Judea, Gesio Floro, robó dinero de la tesorería sagrada del templo. Esa fue la gota que colmó el vaso. Rápidamente, los rebeldes judíos irrumpieron en Jerusalén, masacraron a la guarnición romana  y declararon su independencia de Roma.

Unos tres meses después, más de treinta mil soldados romanos, comandados por Cestio Galo, se dirigieron a Jerusalén para aplastar la rebelión. Los romanos enseguida penetraron en la ciudad y socavaron el muro exterior del templo. Al año siguiente, Roma reanudó su campaña contra Judea y puso al mando del ejército al general Vespasiano y a su hijo Tito. Sin embargo, poco después de la muerte del emperador Nerón en el año 68, Vespasiano regresó a Roma para asumir el control imperial, y la campaña contra Judea quedó en manos de Tito, que comandaba un ejército de sesenta mil soldados.

En junio del año 70, Tito ordenó a sus soldados que talaran los árboles de Judea para construir una cerca de estacas puntiagudas de 7 kilómetros (4, 5 millas) de largo alrededor de Jerusalén. Tan solo tres meses después, los romanos ya habían saqueado e incendiado la ciudad y el templo. No dejaron piedra sobre piedra (Lucas 19:43, 44). Según un cálculo conservador, “entre 250.000 y 500.000 personas perdieron la vida en Jerusalén y en el resto del país”.

En el año 71, Tito regresó a Italia, y Roma lo recibió con todos los honores. La ciudad entera salió a celebrar una de las mayores procesiones triunfales jamás vistas en la capital.

Las multitudes quedaban deslumbradas al ver pasar tesoros tan fabulosos por las calles de Roma. Ante sus ojos desfilaban naves que habían sido capturadas, carrozas enormes en las que se representaban escenas de la guerra y objetos saqueados del templo de Jerusalén.

En el año 79, tras la muerte de su padre, Vespasiano, Tito se convirtió en emperador, pero murió de repente solo dos años después. Domiciano, su hermano, subió al poder y poco tiempo después levantó un arco de triunfo en honor a Tito.

El Arco actualmente

El Arco de Tito despierta gran admiración entre los cientos de miles de turistas que visitan el Foro romano todos los años. Algunos lo consideran una majestuosa obra de arte; otros, un homenaje al poder de la Roma imperial, y otros, un monumento dedicado a la caída de Jerusalén y su templo. Muchos se reconcilian con la historia y visitan este monumento cargando en sus muros tanta historia, cabe destacar que es uno de los destinos predilectos para los que visitan Roma. ¿Usted se va a sumar?


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