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Mooch de Dan Fante

Publicado el 06 octubre 2011 por Aramys

Mooch de Dan Fante

Un nuevo Fante. Un mismo Fante. Un crudo Fante.

Joder con Dan Fante. Después de Chump Change, uno ya sabe lo que le espera al comprar un libro del norteamericano, uno ya intuye el alcohol, el sexo, las drogas, ya intuye los temblores, las náuseas, los días en blanco, intuye las reuniones de Alcohólicos anónimos, los gritos, la suciedad, intuye la crueldad, el desprecio y el fracaso. Y lo aceptas. Compras el maldito libro. Te vas a casa, lo abres y ¡PUM! Tu bonita vida estalla en mil pedazos.

¨Una vez en la calle sofocante, quité una nueva multa de debajo del limpiaparabrisas de mi viejo Chrysler, la rompí en cuantos pedazos pude y la lancé al aire. Odiaba estar de nuevo en Los Ángeles. Odiaba no haber bebido en meses. Odiaba estar quedándome calvo. Odiaba mi trabajo. Odiaba los cigarrillos con filtros, el rap y los estúpidos dientazos blancos de Tom Cruise. Y odiaba a la puta Dirección General de Tráfico.¨

Es inevitable. Dan Fante hace que lo normal sea miserable, y lo miserable demencial, tiene la capacidad de teñir el mundo con una pátina sucia, cruel y miserable. Pero con un fino hilo de esperanza. Un hilo de esperanza que se manifiesta en mil y una formas, en mil y un momentos; en un exjefe que después de expulsarte del trabajo te da una segunda oportunidad, aun estando sucio, bebido y en la cárcel, en una mujer (siempre hay una mujer) que, siendo de la peor influencia, de la peor compañía y sabiendo de antemano que será tu perdición, despierta en ti lo mejor de tu persona, el mejor tú, el más sobrio tú.

Esperanza, lucha, motivación, superación.

AMOR.

Fante nos da una magistral lección de amor en Mooch, y de superación. Bruno Dante, a quien ya conocimos en Chump Change , sigue queriendo ser escritor, sigue queriendo parecerse a su padre. Pero no es capaz de escribir una sola línea, y no es capaz de mantenerse sobrio demasiado tiempo. En ese contexto Bruno pierde su trabajo como vendedor de aspiradoras y la desesperación llega con más fuerza, las ganas de beber aumentan y su vida se va de lleno al garete. Pero siempre hay esperanza. Bruno consigue un nuevo trabajo, un trabajo que se le da bien, donde gana dinero y puede empezar de nuevo. Y entonces conoce a Jimmi. Y su vida se va a la mierda. Otra vez.

Es así, arriba y abajo, cuando más alto estas más fuerte caes, una y otra vez, una y otra vez. Y Bruno cae y cae, una y otra vez, una y otra vez, pero siempre se levanta, se quita el polvo y sigue su camino. Lección número uno de Dan Fante: siempre hay esperanza. Lección número dos de Dan Fante: un perdedor puede ser un ganador y un ganador gilipollas puede ser un bonito perdedor.

Y es que Fante lo sabe bien, ha pasado por ello y plasma en sus libros esa crueldad, esa soledad en la que se ha sumergido, sus libros emanan directamente del realismo sucio que tan bien conocía Bukowski y del que seguro, gracias a su padre, tan cerca estuvo. Mooch es más sucio que Chump Change, más sexual, más explícito. En Chump Change el padre de Bruno era el eje de la novela, el AMOR, y era bastante dura, reflexiva. En Mooch el eje de la novela es Jimmi, el AMOR, y Bruno es más impulsivo que reflexivo, mas apasionado. Se nota el cambio en Bruno.

Mooch es una novela increíble sobre la naturaleza del hombre y sobre sus grandes debilidades, es una novela de amor dañino y alcohol, de superación y de momentos vergonzosos. Bruno Dante es deudor directo o indirecto de Chinasky, pero tiene carácter propio, personalidad, fuerza, Dan Fante es un gran escritor, sin complejos, sin filtros, sin anestesia.

¡Eso sí que es verdadera protección de precio!

Mooch

Dan Fante

Sajalin Editores 2011

217 paginas.



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